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Dana
El cólera, la fiebre amarilla, el dengue, el Zika o el Chikungunya pueden sonar como enfermedades tropicales ajenas a nuestro día a día, más propia de zonas tropicales para las que cuando viajamos, sanidad pública, nos recomienda vacunarnos. Algo más frecuente puede ser una gastroenteritis o tener la bacteria del E-Coli, que a mucha gente en España no le produce síntomas pero que puede dificultar la vida con diarreas severas.
Bueno, pues todo ello, además de enfermedades intestinales como la enterocolitis, y articulares como la artritis, pueden acabar apareciendo en las zonas afectadas por la dana y extenderse por toda la provincia de Valencia. Un estudio preliminar liderado por investigadores de la Unidad de Parasitología Sanitaria de la Universitat de València que ha analizado muestras las tres semanas posteriores al pasado 29 de octubre ha identificado hasta 30 tipos de agentes infecciosos entre virus, bacterias, parásitos o amebas.
Un primer mapeo que ha sorprendido a los propios investigadores. "Lo que más nos ha sorprendido es la riqueza de agentes, no nos esperábamos encontrar tantos: virus, bacterias, parásitos y vectores de enfermedades infecciosas", ha explicado María Dolores Bargues, catedrática de parasitología en la Facultad de Farmacia de la Universitat de València y una de las líderes del estudio, que ha contado con un equipo interdisciplinar de 25 investigadores.
En este sentido, una de las cuestiones que ha tenido una gran importancia en la aparición de tantos patógenos ha sido que la riada del 29 de octubre pasó en cuatro cauces con zonas y usos muy diversos: "Hubo una primera zona silvestre de bosque, con organismos patógenos ya arrastrados, después una zona rural donde había cultivos de agricultores tratados con pesticidas y también granjas con animales vivos; luego una zona urbana afectada y por último el entorno de L'Albufera con los campos de arroz y la zona recreacional", ha explicado el catedrático Santiago Mas-Coma, otro de los principales investigadores del estudio que es además experto de la OMS y la FAO.
La investigadora Bargues ha avisado que algunos de los que producen la leishmaniasis son conocidos, al ser endógenos de la Comunitat Valenciana, pero otros no: "Algunos virus no los hemos tenido y nos pueden llegar como el del Nilo Occidental o el Chikungunya", ha explicado la doctora. "En los primeros muestreos, en los meses de octubre y noviembre tuvimos más de 3.500 mosquitos capturados solo en cuatro trampas", ha dicho la investigadora, que ha incidido en que la importancia ahora es saber "si estos mosquitos llevaban algunos de los patógenos" anteriormente mencionados.
Uno de los resultados más llamativos es que de los alrededor de 30 agentes infecciosos detectados en esas tres primeras semanas, un tercio no se habían visto en otras catástrofes similares a la dana como por ejemplo el Katrina en Estados Unidos. "Vamos a trabajar tres años mínimo porque la probabilidad de que se de una epidemia es a futuro. Es imprescindible sacar un modelo para la Organización Mundial de la Salud que sea útil para catástrofes de este tipo", ha afirmado el catedrático.
Mas-Coma ha explicado que aunque hay algunos que "resaltan mucho como el cólera", estos ya se han visto en otras catástrofes y la importancia de que "lleguen a ser mortales o no" depende más "de las cepas y cómo se hayan combinado y si tienen epidemiología". En este sentido, asegura que el reto es que algunos cuentan con un "ciclo biológico muy corto y se pueden reproducir rápidamente, pero otros muy largo y por lo tanto plantean un problema de dar epidemias en dos o tres años".
Bargues ha querido insistir en la importancia del mensaje de prevención que lanzaron días después de la dana para evitar enfermedades como el lavarse las manos o usar mascarillas. "Los voluntarios o incluso las personas afectadas estaban bebiendo agua y comiendo bocadillos con manos sucias, sin guantes ni mascarillas... ahí hicimos gran hincapié para que se tomaran las medidas preventivas contra todos estos agentes de transmisión oral o fecal se tomaran las medidas preventivas y afortunadamente no hubieron más casos de los que pudieron haber habido", ha asegurado.
Los investigadores han descubierto que las tasas de este tipo de agentes que pueden propagar viruses, bacterias y epidemias han sido más altas en el lodo que en el agua, y ha explicado que el desarrollo de estos viene dado no solo por la riada, sino por las condiciones anteriores también: "Llevábamos más de cuatro años de sequia y al venir aires torrenciales se arrastraba la capa superficial con todos estos organismos", y ha advertido que las obras que se hacen ahora engrandecen esa capacidad de transmisión: "El aire es una cosa que nos preocupa porque los lodos se secan, el polvo se levanta y muchas obras levantan polvo debido a las máquinas, lo que implica que varios de estos agentes pueden entrar por nariz, boca, etc", ha explicado.
Aún así, ha explicado que lo que el agente más extendido es la bacteria Escherichia coli, el E-Coli, común en muchas personas sin síntomas pero que puede llegar a producir diarrea con moco y vómitos. Esta es la primera que estudiará sus efectos el grupo MiniAging del Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA, al que le preocupa en especial los problemas que pueda causar en la gente de avanzada edad: "El envejecimiento disminuye la capacidad para reaccionar ante estos agentes infecciososos y les cuesta más, por lo que pueden producir síntomas o reacciones atípicas y es importante saber estas cosas porque va a aparecer en un tiempo", ha explicado la doctora Consuelo Borrás.
Ahora, los investigadores han pedido calma: "No hay nada que nos induzca a pensar que va a pasar algo mañana", ha explicado Mas-Comas. Su estudio durará al menos tres años para poder ver las consecuencias a medio y largo plazo, que es donde han dicho que se pueden desarrollar los mayores problemas en forma de enfermedades y epidemias. "La finalidad de esto es avisar y poner en guardia a todos los centros que se dedican a atención de diagnóstico de enfermedades infecciosas para que haya una capacidad de respuesta rápida", ha incidido el catedrático.
Ahora, advierten de que en los muestreos que siguen hay "muchos más" agentes infecciosos que los treinta iniciales, pero no han avanzado cuáles al estar los resultados pendientes de publicar. El acto lo presidió la rectora de la Universitat de València, Mavi Mestre, quien ha puesto en valor que estudios como este muestra que "somos una universidad abierta a la sociedad" y que "la dana ni se ha acabado ni se puede olvidar".
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