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Examen de Matemáticas de la PAU en la Comunitat Valenciana 2023, ¿facilísimo como en 2021 o complejo como en 2022?

Así han sido las pruebas los últimos años analizadas por un catedrático

Alumnos de Valencia durante la última prueba de Selectividad
Alumnos de Valencia durante la última prueba de Selectividadlarazon

Matemáticas II es el hueso de las pruebas de acceso a la universidad (EVAU). Junto con el examen de Castellano es el que más polémica genera todos los años.

¿Cómo ha sido el examen de la convocatoria de 2023? ¿Fácil como 2021 y 2020? ¿Complicado como el de 2019?¿O sorprendente como el de 2022?

Por partes. En 2019 la prueba generó mucha polémica. Los estudiantes se quejaron de que se les plantearon problemas que no estaban en el temario. De hecho, el Sindicato de estudiantes llegó a solicitar -sin éxito- su anulación.

Al año siguiente ocurrió lo contrario. En 2020 se planteó de tal manera que los estudiantes podían elegir tres preguntas de un total de seis. En anteriores convocatorias había dos opciones, la A y la B, y por tanto, menos margen. Fue el año de la covid y, por tanto, la mayor parte del curso se impartieron clases telemáticas. Aquel año se explicó que era una manera de compensar aquellas materias que no se habían dado de manera presencial porque cada centro imparte las materias- geometría, álgebra y análisis- en distinto orden.

En 2021 aún fue más fácil. Como explicó el catedrático de Matemática Aplicada de la UPV, Samuel Morillas, se mantuvo este criterio. "Con saberse un 25 por ciento del temario se podía sacar un notable". En esta ocasión, Morillas apuntó a que la prueba no sería justa para aquellos alumnos brillantes, porque no iban a tener oportunidad de destacar sobre el resto.

En 2022 también hubo sorpresa. En esta ocasión no se preguntó por ejercicios relacionados con sistema de ecuaciones, una materia que se da por seguro porque siempre se pregunta. Además, también se planteó un problema para el que era necesario razonar antes de llegar a la parte analítica. En el análisis que Morillas realizó a LA RAZÓN, admitió que había algunos apartados de una complejidad mayor a la habitual.

En la convocatoria de junio de 2023, la diferencia principal con respecto a los anteriores es que se incluyó un bloque nuevo de contenidos. "Antes había álgebra, geometría y cálculo y se hacían dos preguntas de cada bloque". Cuando había opción A y B, había una pregunta de cada bloque. A partir de 2019 la complejidad de los problemas de cálculo aumentó bastante. "Desde entonces, esta complejidad se ha mantenido, pero se podían elegir tres problemas de los seis, así podían evitar los que no se habían preparado". Este sistema ha llevado a que los alumnos preparen muy bien álgebra y geometría, que son más mecánicos, precisa.

En el último examen se ha introducido un nuevo bloque de contenidos que es probabilidad. "Han planteado dos preguntas de cada bloque, en total 8, y para que haya suficiente tiempo han reducido a dos apartados en los problemas, pero han dejado los más largos". Morillas constata que el tiempo estuvo justo, "tuvieron que apurarlo".

Aún así insiste en que el modelo de examen sigue estando compuesto por 8 problemas de los cuales se eligen 4, los que el alumno quiera, sin diferencia por bloques. "De esta manera, si te sabes muy bien la mitad del temario puedes sacar un diez. Entonces, ¿qué diferencia hay entre el que se sabe muy bien la mitad del temario y el que se lo sabe todo? Con esta flexibilidad los que salen perjudicados son los mejores alumnos, los brillantes. Sacan la misma nota los que solo saben hacer los problemas más mecánicos y previsibles, aunque los problemas difíciles estén ahí".

El problema llegará, advierte Morillas, cuando se vuelva a poner el sistema que obliga a elegir por bloques, "se verá cómo baja el rendimiento".