Formentera y Valencia, el turista que ama el Mediterráneo

La isla de Formentera se nutre principalmente de turismo nacional y entre todos los visitantes, los valencianos figuramos en los puestos de cabeza junto a los catalanes, dada la cercanía de la isla con nuestra costa y pese a que directamente solo se puede llegar por vía marítima, en ferry desde Ibiza o en barco propio, al carecer de aeropuerto.

Esta semana se ha presentado en Valencia la oferta turística de Formentera, una propuesta muy especial, por los compromisos de sostenibilidad y respeto con el medio ambiente que forman parte de los atractivos más valiosos de la isla, que cuenta con 17.000 plazas hoteleras y nulo interés en ampliarlas ni en fomentar un turismo de masas.

Así lo contaba el gerente de Promoción Turística de Formentera, Carlos Bernús, durante la comida celebrada para un grupo de informadores, en el restaurante La Dehesa de Valencia, al resaltar la nueva estrategia turística. Bernús destacó los atractivos y los valores muy particulares de la isla: desde la grandiosidad de sus paisajes a sus rutas senderistas, una oferta gastronómica sobresaliente, el patrimonio cultural, arqueológico e histórico o los paseos en barca y la práctica de deportes náuticos en sus tranquilas y templadas aguas transparentes de un azul turquesa que dan pie al llamado “azul Formentera”.

Los responsables turísticos de la más pequeña y septentrional isla pitiusa, les hacen un guiño a ese turista respetuoso con el medio ambiente que disfruta con la naturaleza y los paisajes naturales y que está dispuesto a cuidar ese paraíso pequeño y frágil. A los amantes de la calidad, los espacios cuidados y el gusto delicado, que encuentran en Formentera un buen servicio y un óptimo catálogo de alojamientos y hoteles, todos ellos empresas locales y familiares, restaurantes y empresas de turismo activo.

Formentera, que ofrece una fuerte identidad propia al turista que lo visita, es la isla más pequeña y septentrional del archipiélago balear, de apenas 83 kilómetros cuadrados y 19 km de largo, cuya tranquilidad, la riqueza de su naturaleza y la protección de sus recursos naturales se deben en parte a ese aislamiento buscado y preservado por los propios formenteranos.

En su amplio catálogo de atractivos, también ponen en valor conceptos como la gastronomía 'slow food' de Formentera, con productos de proximidad maridados con los vinos de la isla, o eventos como el próximo Formentera Zen que celebra su novena edición, del 28 al 30 de abril próximos. La isla cuenta con 32 rutas verdes, un total de 130 kilómetros con experiencias para todo tipo de visitantes que pueden disfrutar de los más de 300 días de sol al año que ofrece la isla balear.

Durante la exposición de los atractivos de Formentera, su responsable turístico reconoció que ir de vacaciones a la isla puede resultar caro si se eligen los meses de pleno verano, julio y agosto, por la gran demanda para una oferta tan limitada, pero no así durante el resto del año, cuando los precios bajan y se sitúan en niveles más asequibles.

En resumen, Formentera ofrece pues una identidad única, familiar, sencilla y amable, en donde sus anfitriones, los formenterenses quieren recibir a sus visitantes como invitados, para que disfruten de su singularidad, pero respetándola y cuidándola.