Agricultura

La horchata valenciana, en peligro de extinción si no se cuida

La mancha negra y las malas hierbas invasoras introducidas a partir de la importación de chufa africana para otros usos que no es la horchata diezman la producción de chufa

(Foto de ARCHIVO) AVA-ASAJA exige soluciones frente a la mancha negra y una hierba invasora que ajustan la rentabilidad de la chufa REMITIDA / HANDOUT por AVA-ASAJA Fotografía remitida a medios de comunicación exclusivamente para ilustrar la noticia a la que hace referencia la imagen, y citando la procedencia de la imagen en la firma 15/06/2006
AVA-Asaja exige soluciones frente a la mancha negra y una hierba invasora que mengua la cosecha de la chufaAVA-ASAJAEuropa Press

En una semana donde la ola de calor golpea con dureza a toda la Península, un vaso de horchata granizada, mixta o líquida es un manjar de los dioses. Un producto con un sabor único que se cultiva en los campos valencianos pero que de un tiempo a esta parte cada vez se produce menos y se hace más costoso.

Así lo denuncian desde la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), que aseguran que en la última década ha caído la productividad en un 25% y el coste ha aumentado en un 40%, lo que alertan que pone al sector en una situación preocupante, especialmente debido a que no han subido los precios en exceso.

"El precio de la chufa estaba hace diez años entorno a los 60 céntimos y ahora 80 céntimos, el precio no ha subido tanto como los costes pero es que además la media de producción ha bajado y así el coste se dispara más. La media por hanegada la teníamos en 1.500 kilos y ahora está en 1.100", asegura a LA RAZÓN el responsable de la sectorial de chufa de AVA-Asaja, Antonio José Gimeno.

Este avisa que "está empezando a haber campos en donde no se puede producir", de ahí que sea urgente intervenir para poder asegurar la producción de un producto que requiere de un tratamiento especialmente costosos para asegurar ese sabor único que tiene la horchata con Denominación de Origen Chufa de Valencia. "La chufa es un producto que está entre 9 y 12 meses en la tierra y requiere mucho jornal y energía primero para recogerla con máquinas y lavarla, después para picarla más energía y al final es un producto que cuando sube el precio de la energía sube muchísimo el coste", explica a este diario Gimeno.

La mancha negra, enemiga

Entre las principales razones de la caída de la producción están la aparición de la mancha negra y de especies de hierbas invasoras.

La primera es única y ennegrece la calidad de la chufa, lo que la hace que no sea comercial, pero se desconoce con total seguridad sus causas. "La mancha negra es un virus que se ha instalado en la chufa que como tal no tiene demasiada solución que lo único es limpiar al máximo la semilla y de esa forma lo mantenemos controlado", asegura el responsable de AVA-Asaja. "La chufa que está afectada por el virus sale con la piel como si estuviera pintada de negro, aunque esté buena para comer no es comercial y se rechaza toda, lo que supone otra pérdida de producción", añade.

Por ello, desde AVA-Asaja solicitan al Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) que "redunde en sus estudios para tratar de mejorar el control de la mancha negra". Gimeno asegura que aunque se ha avanzado en los últimos quince años, "hace falta que se siga estudiando".

La chufa africana

El otro gran reto al que se enfrenta la chufa valenciana es la aparición de una hierba invasora virulenta cuyo origen se desconoce pero que Gimeno traza al comienzo de la entrada de chufa africana. "Si importas masivamente desde hace 10 años de otro sitio y ahí has empezado a tener problemas pues se puede vincular", afirma.

Una "mala hierba invasora" que crece de manera muy virulenta y es difícil de quitar pues no hay productos fitosanitarios específicos. "Esta chufa salvaje, que no es comercial porque es amarga, es bastante más vigorosa que la normal, por eso cuando cultivas la semilla de esta va a florecer y se apodera de la que siembras", explica.

Una chufa que procede de países áridos del Sahel y con un precio muchísimo menor, pero que no compite contra la D.O. Chufa de Valencia, pues tiene características mucho menores y no se suele utilizar para la bebida de horchata. "La chufa africana tiene muchísima menos proteína, menos del 6% nosotros sobre el 9%", dice, y añade que no pasa por "un curado como el nuestro que transforma almidones en azúcares y grasas. Si tu te comes la chufa de aquí va a estar dulzona con un gusto propio, en cambio la africana te va a saber a madera y te puedes hasta romper un diente, es muchísimo más fuerte".

Por eso, Gimeno aclara que el problema no es que se importe ya que "el 90% de la horchata se hace con de aquí y el resto si quieres con una mezcla. La chufa africana se trae para otros usos como comida para animales, comida en piscifactorías, hacer aceites, harinas, hacer multitud de cosas que se hacen con la chufa", afirma. "No nos interesa competir con la chufa africana y por eso no estamos en contra de la chufa de importación, pero sí que no se engañe a la gente, que sea de aquí que lo ponga bien claro", finaliza.