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Dana

Las manos más expertas que salvan al patrimonio del barro

Los técnicos del Instituto Valenciano de Conservación llevan meses de incansable trabajo al rescate de archivos, obras y esculturas de los municipios afectados por la dana

Los técnicos del Instituto Valenciano de Conservación, Restauración e Investigación (IVCR+i), trabajando en Feria Valencia La Razón

Llevan nueve meses y los que quedan. Bastantes más. Están instalados en Feria Valencia. Ataviados con monos, gafas y guantes han sido -y lo siguen siendo- los guardianes del patrimonio valenciano que se llenó de fango y barro en los municipios afectados por la dana del pasado 29 de octubre. Han salvado desde esculturas a retablos o archivos. Mucho papel también y mucho entusiasmo para, en un primer momento, eliminar la humedad, el fango, el barro y los hongos que plagaban desde obras de arte a textiles o tomos de libros que recogían la historia viva de los municipios que se vieron devastados por la tragedia.

Son los técnicos y responsables del Instituto Valenciano de Conservación, Restauración e Investigación (IVCR+i), unos profesionales que no pensaron nunca que ese iba a ser su trabajo en los últimos tiempos. Acostumbrados a devolver el esplendor a grandes cuadros o a imágenes religiosas con siglos de vida, ahora se han convertido en salvadores del patrimonio, desde el más sencillo como pueda ser una partida de nacimiento o un expediente urbanístico a una gran escultura que coronaba una plaza en una de estas localidades afectadas.

«Este es el mayor reto al que nos hemos enfrentado en el instituto», cuenta su directora, Gemma Contreras, a LA RAZÓN. Llevan meses turnándose para ir a Feria Valencia, donde se ubicaron para ponerse manos a la obra, a rescatar -así es como lo llaman, la restauración vendrá después, aseguran- desde algunas de las piezas de la Colección de Arte Contemporáneo de la Generalitat a otros objetos que se guardaban en el almacén que el Consell tiene en Riba-roja de Túria y que se inundó con la riada. Pero no sólo eso. Archivos judiciales, eclesiásticos y municipales se suman a retablos de parroquias y a creaciones artísticas en lo que ha sido una actuación de emergencia, necesaria para salvaguardar un patrimonio que es de todos los valencianos.

«Llevamos nueve meses y, al menos, nos quedan otros nueve meses más como mínimo», señala Contreras. La actividad de estas manos expertas que tratan con minucioso cuidado cada objeto que llega es frenética. «En agosto vamos a empezar la restauración de esculturas y textiles que nos han llegado de las iglesias de Paiporta y Picanya y de la pedanía de La Torre y de Chiva», asegura.

Los técnicos del Instituto Valenciano de Conservación, Restauración e Investigación (IVCR+i), trabajando en uno de los municipios afectadosLa Razón

En total, serán unas doce esculturas y 16 textiles más casi 5.500 libros y expedientes, cada uno con cerca de 500 folios. Además, también van a recuperar otras obras de arte pertenecientes a la Universitat de València y que estaban guardadas en un almacén de la localidad de Algemesí.

Con frío y ahora con calor, los técnicos del IVCR+i siguen aspirando el barro que se ha secado y limpiando cada objeto que les llega.