Periodismo
Pablo González y Carlos F. Chamorro, premios Llibertat d'Expressió 2023
La Unió de Periodistes Valencians denuncia con estos galardones la situación del periodista vasco, encarcelado en Polonia, y la represión en Nicaragua
La Unió de Periodistes Valencians entrega este jueves los premios Llibertat d' Expressió 2023. La asamblea de la Unión de Periodistas decidió otorgar dos premios. En el ámbito nacional, la asamblea galardonó al periodista vasco, Pablo González, encarcelado en Polonia, hace ahora más de un año, sin juicio y en aislamiento. González está acusado de espiar para Rusia mientras cubría la crisis de refugiados provocada por la invasión de Ucrania. Polonia prorrogó el encarcelamiento preventivo durante tres meses más que están a punto de finalizar. La Unió de Periodistes reclama la excarcelación del periodista y la celebración de un juicio justo con garantías.
En el ámbito internacional se decidió premiar al periodista nicaragüense, Carlos Fernando Chamorro Barrios, exiliado de su país, por segunda vez, ante la persecución política ejercida por el régimen de Daniel Ortega, que ha perseguido y encarcelado a centenares de opositores y periodistas desde su retorno al poder en 2007, quitándoles, incluso, la nacionalidad nicaragüense. Carlos F. Chamorro recoge esta tarde el galardón en representación de los periodistas nicaragüenses que se encuentran en la misma situación.
Vicent Marco, presidente de la Unió de Periodistes, ha agradecido la presencia de los galardonados y sus representantes en el acto y ha expuesto los motivos que llevaron a la asamblea de socios y socias de la Unió a elegir estas dos candidaturas. Marco ha añadido, además, que en el caso de Pablo González, la Asamblea de la FAPE, aprobó hace unas semanas, una resolución para urgir al gobierno a tomar medidas para garantizar que se respetan los derechos humanos de Pablo, cosa que no está pasando en la actualidad y que sus representantes han confirmado durante su intervención.
El presidente de la Unió ha comentado brevemente la persecución sufrida por el periodista Carlos F. Chamorro desde 2007 y ha destacado el compromiso inalterable de Chamorro con el periodismo y su capacidad de trabajo para continuar, por ahora, informando sobre Nicaragua desde el exilio, con todo lo que ello implica.
Después de estas palabras, Marco ha cedido el turno de palabra a Oihana Goiriena, pareja de Pablo González y a Maribel Martínez, secretaria de la organización FreePabloGonzalez.
“Hace ya más de un año y dos meses que silenciaron a Pablo, que le impidieron estar donde él es realmente valioso, allí donde sucede la noticia. Hoy nuevamente acudo a recibir un premio por la libertad de expresión en nombre de Pablo González, mientras él continúa privado de ambas cosas, de libertad y del derecho a expresarse sin censura” afirmaba Oihana Goiriena.
La representante de Pablo González ha explicado las condiciones en que está el periodista en la prisión de Polonia, “pasa 23 horas al día encerrado en una celda, sin ventilación, sin luz directa y sin contacto con el mundo exterior. Tan solo he podido ir a visitarle en una ocasión, y desde hace tan solo un par de meses tiene contacto directo con su abogado de confianza. En este tiempo, todavía no le han autorizado a poder hablar con sus hijos. Llevan 14 meses sin escuchar a su padre, incapaces de entender lo qué está sucediendo”, relataba emocionada.
Goiriena ha finalizado su intervención denunciando el poco apoyo recibido por parte de las autoridades españolas y europeas y la falta de contundencia en la hora de pronunciarse sobre la terrible situación del periodista español. “Lo he dicho en varias ocasiones: al Gobierno no le pedimos que se posicione, únicamente, que luche porque se respetan los derechos básicos de Pablo y porque se le garantice un juicio justo lo antes posible”.
En nombre de Pablo González ha hablado también Maribel Martínez,secretaría de la asociación FreePabloGonzalez, una asociación creada, como ella ha explicado, por amigos de Pablo, compañeros que estudiaron juntos el máster de Periodismo y que conocen bien a Pablo y su compromiso con la profesión, su generosidad y solidaridad. “Pablo González ha cubierto buena parte de los conflictos bélicos y las revueltas sociales que se han producido en esta última década en el espacio postsoviético, incluso cuando ningún otro medio lo ha considerado relevante. Es una voz autorizada que tendría que estar aportando todo su conocimiento” comentaba Maribel Martínez. “Desde nuestra asociación pedimos un juicio justo para él, donde le dan voz y le dejan explicarse, así como un trato digno y que respeten sus derechos”.
La represión en Nicaragua
Por su parte, Carlos Fernando Chamorro ha empezado a relatar la situación en Nicaragua después de agradecer este galardón y dedicarlo al equipo de Confidencial, a los periodistas independientes de Nicaragua y a la memoria del periodista Ángel Gahona, asesinado en 2018 mientras cubría unas protestas cívicas, y de José Ruben Zamora, director del Periódico en Guatemala, quien después de estar preso durante nueve meses, hoy está enfrentando un juicio que amenaza la libertad de expresión en Guatemala. Chamorro ha explicado cómo desde 2018 más de 600.000 nicaragüenses, el 10% de la población del país, ha tenido que exiliarse.
De entre ellos, a 316 ciudadanos nicaragüenses el régimen de Daniel Ortega les ha retirado el pasado mes de febrero la nacionalidad, en un acto que ha calificado de “ilegal, inconstitucional, y violador de tratados internacionales subscritos por el Estado de Nicaragua”. En la lista de los 316 ciudadanos había 23 periodistas, personas vinculadas a los medios de comunicación, ahora ya en el exilio, “condenados sin ninguna prueba por presuntos delitos de ‘conspiración contra la soberanía nacional’, ‘lavado de dinero’, y ‘propagación de falsas noticias’, algunos de ellos estuvieron en prisión de aislamiento o bajo arresto domiciliario hasta 600 días” confirmaba Chamorro.
Esta situación provoca que “en este momento en Nicaragua ya no existan fuentes independientes a quienes se pueda atribuir una información, un dato, o una valoración de los hechos. Todos sin excepción solicitan que sus identidades sean protegidas para poder informar u opinar, por temor a represalias oficiales, que incluyen la prisión. Esta doble criminalización de la libertad de prensa y de la libertad de expresión –para silenciar a periodistas, fuentes informativas, y la libertad de opinión–, representa la última etapa de un largo proceso de demolición del estado de derecho” continúa el galardonado.
“Sin embargo, el periodismo desde el exilio resiste como la última reserva de todas las libertades conculcadas. La represión contra los periodistas incluye asesinatos y agresiones físicas, censura en la televisión, destrucción física de medios, bloqueo aduanero en los periódicos, hasta culminar con el cierre y la confiscación de medios, la imposición de leyes represivas, y el encarcelamiento de periodistas. Desde mediados de 2021, estoy exiliado por segunda vez en Costa Rica, para evitar ser silenciado en Nicaragua con una infame acusación criminal y una orden de captura. Toda mi redacción, y prácticamente todos los medios de comunicación independientes, estamos trabajando desde el exilio. El exilio ya no es una situación temporal de emergencia que nos obliga a salir y reubicarnos en otro país, sino una condición permanente, a medio plazo”, ha concluido Chamorro.
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