Historia

¿Por qué es fiesta la semana que viene en Valencia?

Mientras que en el resto de España acabó la Semana Santa, para los valencianos quedan siete días de vacaciones

La «abrigada» figura de San Vicente Ferrer de la catedral de Valencia
La «abrigada» figura de San Vicente Ferrer de la catedral de Valencialarazon

Acabó la Semana Santa, unas esperadas y necesarias vacaciones en las que todos los españoles disfrutan de unos días de asueto. Pero para los valencianos quedan todavía siete días de fiesta, ¿por qué? Porque el fin de semana que viene se celebra la festividad de San Vicent Ferrer, patrón de los valencianos, venerado por estas tierras por sus grandes obras y milagros.

Sant Vicent Ferrer, también conocido como “San Vicent el del ditet” por ser capaz de obrar milagros solo levantando un dedo, nació en Valencia el día 22 de enero del año 1350, el día de la festividad de San Vicent Mártir (otro patrón de Valencia), de ahí su nombre.

Dominico, taumaturgo, predicador, lógico y filósofo, Vicent Ferrer falleció en Bretaña (Francia) el día 5 de abril de 1419, de ahí que la festividad de su santo sea el día 5 de abril, pero ¿por qué los valencianos no la celebramos nunca dicho día?

Cuenta la tradición que, como la mayoría de los 5 de abril coincidía siempre con la celebración de los días grandes de la Semana Santa, un periodo de recogimiento, ayuno y abstinencia, y que impedía el jolgorio popular, el pueblo decidió trasladar la celebración del santo taumaturgo unos días después para que coincidiese con el periodo alegre de la Pascua de Resurrección.

Por ello, el Papa Clemente VIII, como concesión al arzobispo Juan de Ribera y al Cabildo Catedralicio, estableció en 1594 que fuera una festividad de carácter móvil, que pasaría a celebrarse el lunes siguiente a la octava de Pascua, siendo al año sucesivo, 1595, cuando se celebró por primera vez en tal fecha.

Epidemia de peste negra

Casualmente, el año en que nació este patrón, famoso por sus milagros, la región de Valencia (Corona de Aragón en la época) estaba saliendo de una espantosa epidemia de peste negra y el ambiente era de mucha devoción, en una convivencia social multicultural.

San Vicent Ferrer viajó por toda Europa, predicando en muchas ciudades. Se le recuerda por todos los rincones de Occidente por abundantes anécdotas apócrifas o históricas con fiestas populares, debido al reguero de milagros, objetos y reliquias vinculados a su persona.

Anunció en numerosas ocasiones la inminente llegada del Anticristo y el fin del mundo (por ejemplo en Toledo en 1411). Escribió varios manuscritos y en 1407, su conocido Tratado de la Vida Espiritual.

La celebración de este día es en Valencia, y también en muchos municipios de las tres provincias de la región, uno de los días grandes tras la Semana Santa en la Comunitat Valenciana, Después de una solemne misa en la catedral de Valencia, oficiada por el arzobispo, se desarrolla una procesión religiosa hacia su casa natal (reconstruida en la mitad del siglo XX) con ofrenda de flores junto a ella, con la participación de diversas asociaciones vicentinas y culturales.

Se colocan una docena de altares en varios lugares de la ciudad, con imágenes del santo (“la putjà del Sant”) subidas desde la media noche anterior, a las hornacinas (nichos), y hacen varias representaciones teatrales de “Els Miracles” (los milagros) en tablados móviles montados por la ocasión.

Colegio imperial niños huérfanos de San Vicent Ferrer

El patrón de la Comunitat Valenciana es también conocido por la fundación del Colegio Imperial de los Niños Huérfanos de San Vicent Ferrer en el año 1410, una institución que sigue existiendo a día de hoy como fundación que se encarga del cuidado de niños y adolescentes con entornos complicados.