
Cultura
El Rey Felipe regresa a la Comunidad Valenciana sin dana y para honrar a Rafael Altamira
Felipe VI presidirá en El Campello, Alicante, los actos conmemorativos por la inhumación del humanista, dos veces nominado a premio Nobel de la Paz

Día 3 de noviembre, los reyes Felipe y Letizia visitan la zona cero de la dana en unas imágenes de gran impacto mediático, por la tensión vivida en Paiporta y Chiva, municipios que apenas cinco días antes habían sido totalmente devastados por la riada del 29 de octubre. Entonces trascendió que esa visita fue iniciativa de Felipe VI. Y el día 19 de noviembre, los monarcas regresaron a la zona cero de Valencia, a Chiva y Utiel, para ser exactos; pero, en vez de protestas, se encontraron aplausos por parte de los ciudadanos. Y ahora, el próximo lunes, 10 de febrero, vuelve el Rey Felipe, pero sin Doña Letizia, a la Comunidad Valenciana.
Esta vez no está en sus planes pisar Valencia. Su visita es a El Campello, pueblo costero de Alicante, y la razón tampoco es la dana. Es otra muy diferente, los actos conmemorativos por la inhumación de un alicantino ilustre, Rafael Altamira (Alicante, 1866; Ciudad de México, 1951). Humanista, jurista y escritor, propuesto en dos ocasiones para premio Nobel de la Paz, en 1933 y en 1951, los restos mortales de Altamira volvieron a Alicante, 73 años después de su fallecimiento. Junto a él, regresó su esposa, Pilar Redondo. El matrimonio estuvo exiliado en México a consecuencia de la dictadura franquista. Su regreso se produjo el 6 de diciembre pasado, en una fecha que ya es historia.
La visita de Felipe VI supone un reconocimiento nacional a su figura y su legado, al tiempo que es una gran noticia para El Campello, localidad a la que estuvo muy vinculado. Tal y como se especifica en la web dedicada a Altamira, su propia familia, es una alegría el hecho de que el Rey presida los actos para honrar a una persona que "tanto luchó por la justicia, por la educación, por la paz y por su patria". Una circunstancia, añade su familia, que permitirá situar a Rafael Altamira en el lugar que merece, algo por lo que su familia y especialmente su nieta, Pilar Altamira, lucharon durante tantos años».
Fallecieron en México
Rafael Altamira y Pilar Redondo fallecieron en 1951 y 1957, respectivamente, en la capital mexicana, en la que se exiliaron tras el estallido de la Guerra Civil española (1936-1939). Antes de recalar en esa ciudad latinoamericana, el escritor permaneció cuatro años en Francia y después fue invitado por la Fundación Carnegie a dar clases en la Universidad de Columbia (Nueva York), aunque un inesperado accidente de rotura de la cadera lo obligó a instalarse en México, donde también estaban exiliadas sus dos hijas.
Doctor ‘honoris causa’ por las Universidades de Cambridge, de Columbia (Nueva York), de Burdeos (Francia), París, La Plata (Argentina), de Santiago de Chile, San Marcos de Lima y la Universidad Nacional de México, entre otras, fue decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Madrid; fue juez permanente del Tribunal de La Haya.
Repatriación
La exhumación de Altamira y su esposa y, también su repatriación, fueron posibles gracias a la unión conseguida entre la familia Altamira, el Ayuntamiento de El Campello, la Generalitat Valenciana y la Diputación de Alicante, y la colaboración del Consulado General de España en México.
No era la primera vez que intentaba el regreso de Altamira a su hogar. Ya se hicieron gestiones iniciales para la repatriación en el año 1987, sin que fructificaran.
Sin duda, con su regreso a la patria y con los actos del lunes se ensalza su figura y su legado. Y más, si cabe, con la presencia de Felipe VI.
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