Tribunales
El último golpe del "gastrojeta", el juez lo envía a la cárcel
La Policía Nacional asegura que siempre pide whisky y ensaladilla rusa
El "gastrojeta" no estafará a más restaurantes. Un juzgado de Alicante ha decretado la prisión provisional para el hombre de 50 años que se pegaba grandes comilones y luego fingía infartos para no pagar.
Con veinte arrestos en menos de un año en Alicante por este tipo de estafa en restaurantes de las calles más turísticas, este individuo lituano no ha ocultado su sonrisa cuando el juez le ha preguntado si era reincidente. Con apariencia del "típico turista ruso" con dinero ha sido sometido hoy a un juicio rápido en el juzgado de Instrucción número 9 de Alicante por la última estafa cometida el pasado martes en "El buen comer" de la calle Mayor de la localidad.
Tras esta vista oral, también ha pasado a disposición judicial en otros dos juzgados (el 4 y el 5) durante la mañana por requisitorias similares que tenía pendientes, y ha sido éste último, el Instrucción 5, donde su titular ha ordenado su ingreso en prisión por reiteración en un delito leve de hurto, según fuentes jurídicas consultadas por EFE.
En la vista por lo ocurrido el martes, ha prestado declaración con la ayuda de un intérprete jurado lituano y ha asegurado que no recuerda lo ocurrido en "El buen come", pero al ser preguntado por si había hecho antes ese tipo de estafa se ha limitado a sonreír y a afirmar que sí.
La fiscalía ha pedido tres meses de multa a razón de 10 euros diarios, pagar la cuenta pendiente con 'El buen comer', de 34,85 euros, y seis meses de alejamiento con este local.
Para el administrador del restaurante, Juan Carlos Gracia, la pena es poca para "el escándalo" que montó el individuo durante casi dos horas, interrumpiendo el paso por la puerta al arrojarse al suelo junto a la puerta de entrada cuando fingía estar indispuesto.
"Entre que pagaba y no pagaba, que se tiró al suelo, y estaba bien o no y que llegó la Policía y lo levantó... estuvimos entre una hora y media y dos sin poder facturar, con el restaurante totalmente parado por el escándalo. Y eso nadie lo paga", ha lamentado Gracia.
"Visto cómo actúa esta persona, no creo que deje de hacerlo", ya que su actitud da "la sensación de que le da igual".
"Cuando entró en el restaurante se comportó normal, no había nada que destacar" porque, pese a que aparentaba desconocer el idioma, sabía comunicarse sin problemas e, incluso, "la palabra 'whisky' sí que sabía decirla".
Un whisky de un trago
El pasado martes fue detenido después de entrar al comedor del establecimiento, pedir "paella de marisco para uno" y un whisky, "que se bebió de un trago", antes de pedir otros dos con refrescos de cola, e intentar marcharse sin pagar.
Fue detenido por un camarero antes de que pudiera salir sin parar. En ese momento adujo que iba al hotel para coger dinero y regresar, pero al exigirle el pago en ese instante, se arrojó al suelo en medio de la puerta y fingió ostensiblemente una indisposición. En el restaurante no le creyeron y llamaron a la Policía, que lo reconoció en el acto.
Esto es así porque, desde noviembre de 2022, este hombre de 50 años cuenta con un largo historial de comidas sin pagar fingiendo infartos que se refleja en las veinte detenciones, aunque se cree que puede haber otros muchos casos sin denuncia por parte de los dueños.
Según ha explicado a EFE un policía Nacional que lo ha detenido cuatro veces, siempre pide varias copas de whisky de la marca "White Label" y que suele pedir ensaladilla rusa.
No es la primera vez que este hombre entra en prisión ya que hace unos meses otra jueza de Alicante ordenó su ingreso por reiteración, aunque salió 22 días después y siguió con estos episodios, que han puesto sobre aviso al sector hostelero alicantino.
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