Familia

Los niños tienen la palabra: “Hago los deberes más rápido para salir, para mí es un desahogo”

Ocho niños cuentan cómo viven los paseos, algunos tienen miedo, muchos no entienden por qué no pueden jugar con sus amigos y todos se quejan de que las mascarillas son molestas y de que caminar no es lo que más les gusta

Tercer día de salida de los niños durante el confinamiento
Los investigadores creen que los niños son la clave para vencer esta pandemia. EFE/Andreu DalmauAndreu DalmauAgencia EFE

El pasado domingo, los niños menores de 14 años tuvieron ocasión de disfrutar de un paseo al aire libre tras 44 días encerrados en casa. Esta medida levantó mucha polémica y dividió a la población entre quienes defendían la necesidad de permitir a los niños salir y quienes consideraban que ello suponía un riesgo inasumible en la actual fase de la pandemia del coronavirus en la que nos encontramos. Pero, ¿cómo vivieron ese día los menores? El caso es que el domingo muchos niños disfrutaron de uno de los momentos más felices de las últimas diez semanas, pero otros, acostumbrados ya a estar en casa y desmotivados ante la idea de salir simplemente a dar un paseo, vivieron la experiencia de forma descafeinada. En cualquier caso, lo que parece estar claro al preguntar a los menores sobre ese primer día en que pudieron volver a poner un pie en la calle es que, más allá de necesitar estar al aire libre, correr y desahogarse, lo que realmente anhelan es volver a relacionarse con otros niños, con sus amigos y sus familiares, en definitiva, recuperar sus relaciones sociales.

Sofía Conde, 8 años

“Me hizo mucha ilusión saludar a los abuelos desde la ventana”

Después de tantos días en casa, Sofía Conde, como la mayoría de los seis millones de niños del país que llevaban seis semanas confinados en casa, tenía ganas de ir a la calle. Aunque admite, que se había acostumbrado a estar en casa y que “no me hubiera importado esperar un día más”. “Cuando el domingo ya nos dieron permiso, fuimos caminando a la puerta de casa de los abuelos y pudimos saludarles desde la ventana. Me hizo mucha ilusión verles, pero la verdad es que acabé cansada de caminar durante una hora. Además, llevaba la mascarilla puesta y es bastante incómoda”, explica.

María Chumilla, 12

“Hubiera preferido esperar más para poder salir a hacer lo que quisiéramos”

“Cuando llevas tantas semanas en casa, al final te acostumbras a la situación, así que si hubieran tardado más días en dejarnos salir no hubiera pasado nada, hubiera entendido que era por algo”, dice María Chumilla. A sus 12 años es más consciente de lo que está pasando. “Cuando al final el domingo nos permitieron salir a la calle, la verdad es que tuve un poco de miedo porque no entendía qué es lo que había cambiado para que ahora sí que nos dejaran dar una vuelta. Además, a los niños, salir a caminar no es lo que nos gusta. Yo hubiera preferido que retrasaran lo que hubiera hecho falta la salida, pero que hubiéramos podido salir para hacer lo que quisiéramos”, concluye.

Miro Molins, 13 años

“Puedo jugar con mis hermanos, pero no con mis amigos”

Desde que se puede salir, Miro Molins hace los deberes más rápido para poder salir a la calle. “Yo tenía ya muchas ganas de salir”, explica. “Salí con mis hermanos a dar una vuelta en patinete y estaba feliz. Había que guardar la distancia de seguridad con el resto de gente y no pude jugar con amigos, pero la verdad es que lo viví con total normalidad, sin miedo. Para mí, fue un desahogo”, resume.

Miguel García, 10 años

“Desde que salimos, mi hermano y yo tenemos dolor de cabeza, el pediatra dice que quizás tenemos coronavirus”

“No entendía por qué no podía jugar con mis amigos” A mí me gusta mucho hacer deporte y moverme así que tenía muchas ganas de salir. Estuve jugando con mis hermanos al fútbol, corriendo... Me lo pasé muy bien, aunque yo querría haber podido jugar con mis amigos. No entendía por qué podía jugar con mis hermanos pero no con mis amigos y mi padre me lo tuvo que explicar. Y aunque papá nos ponía gel en las manos continuamente, desde entonces mi hermano y yo tenemos dolor de cabeza y estamos débiles. El pediatra dice que quizá tenemos el coronavirus.

María Raventós, 9 años

“Quiero volver al colegio para ver a mis amigos y a mis profesores”

“Lo que me gustaría es salir para hacer más cosas al aire libre”, matiza María Raventós. Esta niña de 9 años admite que tenía ganas de salir, aunque se ha acostumbrado también a estar en casa. “Como ya hemos estado muchos días en casa, me daba un poco igual si salíamos o no”, resume. “Entre los deberes del colegio, que hablo mucho con mis amigas y que ya me he acostumbrado a estar en casa, no me importa no salir”. Pero a la hora de la verdad, el domingo, el primer día que los niños pudieron salir de paseo, Maria salió a dar una vuelta por el barrio en patinete y cuando vio a tantos niños dice que se sintió “muy bien”. “Llevar mascarilla me agobia un poco, pero si hay que llevarla, la llevo. Lo que pasa es que salir para pasear no me motiva mucho; a mí lo que me gustaría es poder hacer más cosas al aire libre, con mis amigos y mis abuelos, sobre todo, y hacer actividades como ir a la playa, a la piscina, de excursión o a sitios nuevos. Y de lo que tengo muchas ganas es de volver al colegio para ver a mis amigos, a mis profesores y aprender más”.

Ignacio Ventura, 10 años

“Me vale con salir sólo el fin de semana”

“Salí con mucha ilusión porque hacía mucho tiempo que no bajaba a la calle y estaba muy contento, pero no salgo todos los días, solo el fin de semana y con eso ya me va bien", cuenta Ignacio Ventura. “No me da miedo, pero ya tengo suficiente. Salí con mascarilla, que no me gusta llevarla porque no puedo respirar muy bien, y con mi patinete. Me encontré a mi primo y nos saludamos, pero luego cada uno siguió por su lado”.

Inés y Álvaro Acosta, 10 y 7 años

“Pasó la policía y la gente salió huyendo como las gallinas del zorro y me asusté”

“Yo tenía muy claro que quería salir a jugar y cuando al fin pude hacerlo, fue muy guay. De hecho, todos los días pido salir un rato porque es una forma de desahogarme. La verdad es que, aunque la mascarilla me agobia, voy muy tranquila por la calle, menos un día que estaba en un parque jugando a la pelota, pasó un coche de policía y todo el mundo se fue corriendo, huyendo como las gallinas huyen del zorro, y eso me asustó un poco”, comenta Inés.

Su hermano Álvaro es de la misma opinión: “Necesitaba salir, tenía muchas ganas de correr”. “Ahora quiero salir todos los días para jugar a futbol”, remacha.