Sección patrocinada por sección patrocinada

Cultura

Cine, cine... y más cine, por favor

Las salas cinematográficas –algunas–, tras lograr superar el cierre general sufrido hace años, se enfrentan ahora a las plataformas de series. Deberán reinventarse para seguir vivas. Tendrán que volver a cambiar

Coste de los cines y gasto medio por hogar
Coste de los cines y gasto medio por hogarAntonio Cruz

Es otra película. El cine ya no es lo que era. Antes, las salas eran lugar de encuentro, de salida con amigos, novias o familia. Aquello se lo llevó por delante la crisis. Con ella cerraron cientos, miles de cines en todo el país y allende nuestras fronteras. La televisión impuso su dictado. Y en los últimos tiempos, las plataformas de series. Unos servicios que poco a poco han impuesto su ley y sus gustos a golpe de click. Los cines han tenido que cambiar precios y servicios para adaptarse a los nuevos tiempos. La oferta y la demanda –y las gangas– se han impuesto. Por ejemplo, entre los meses de enero y febrero de 2018, se observaron diferencias de hasta un 100% entre los cines más caros y el más barato en las tarifas para el fin de semana, mientras que la diferencia sube al 150% cuando se compara la entrada más costosa (10 euros) y la más económica (4 euros) durante la semana. Madrid (9,74 euros), Barcelona (9,50 euros), Oviedo (8,65 euros), Guadalajara (8,60 euros) y Vitoria-Gasteiz (8,60 euros) repiten casi todos los años como las cinco capitales de provincia más caras en España para ir al cine durante los fines de semana y festivos. En el lado opuesto, Melilla, tiene la entrada de cine más barata de España los fines de semana y festivos, tan sólo 5 euros; y los precios medios más baratos se han localizado en Melilla (5 euros), Granada (5,50 euros), Huelva y Almería (6,00 euros) y Logroño (6,27 euros). Eso en España. Fuera de nuestro país los precios van desde los 17,5 euros que cuesta ir al cine en Suiza o los casi 15 en Japón a los más módicos 6,6 euros de Portugal o 7,5 de Grecia. Dato curioso es que la meca del cine, el país del que proceden la mayor parte de las películas, no está entre los que tienen unos precios más competitivos. Los estadounidenses desembolsan 12,3 euros cada vez que se sientan a ver un nuevo film. El séptimo arte, como se definía al cine hace años –muchos–, está a punto de iniciar un nuevo desafío. La imagen móvil, esa gran revolución de la comunicación, se ha hecho visible en tablets, teléfonos... y abandona espacios sociales como las salas cinematográficas. Nadie es perfecto.