
Cine
Los damnificados olvidados del coronavirus: La música, el cine y el arte
Cancelaciones de giras, suspensiones de rodajes, cierres provisionales de museos y estrenos que se retrasan afectan gravemente al sector cultural

La psicosis por el avance del coronavirus afecta a congresos, ferias y espectáculos deportivos y, lógicamente, no iban a quedarse al margen los eventos culturales. En las últimas horas se han producido alteraciones de planes significativas en tres sectores principalmente: el cine, el arte y la música. Aquí van algunos casos significativos.
En el sector de la música, las consecuencias de la pandemia se han hecho notar sin distinguir de géneros o de estilos. Así desde la Orquesta Sinfónica Nacional de EE UU, que suspendió su gira de diez noches en China y otras cuatro en Japón, hasta los aficionados al metal han sufrido las consecuencias: la gira The Bay Strikes Back, que agrupaba a Testament, Exodus y Death Angel también ha sido aplazada a su paso por Milán.
Algunas bandas afectadas han sido los populares Green Day, que tenían previsto iniciar un tour de ocho conciertos el 8 de marzo en Singapur y han cancelado toda su gira asiática, donde iban a presentar su último trabajo “Father of All...”. “Hemos tomado la difícil decisión de posponer nuestros próximos conciertos en Asia a causa del coronavirus, debido a nuestra preocupación por la salud en los viajes”, decían en un mensaje en redes. “Sabemos que apesta y estamos buscando cómo veros a todos, así que guardad vuestras entradas porque anunciaremos las nuevas fechas pronto”, añadían fieles a su estilo.
De igual forma, la sensación coreana BTS han tenido que renunciar a presentar su último disco, “Map Of The Soul 7” en su país de origen, donde tenían reservadas cuatro noches (11, 12, 18 y 19 de abril) y han disparado las alarmas ante su llegada a España el próximo 18 de julio, su única noche en el Estadio Olímpico de Barcelona, aunque, por el momento, no se ha anunciado ninguna medida.
También Avril Lavigne se ha visto obligada a cancelar su gira asiática, integrada por 12 noches en ciudades importantes como Shanghai, Tokio, Hong Kong y también Taiwán y Filipinas. Mientras, y por el momento, Lavigne mantiene sus fechas en Europa, por países como Italia, Bélgica, Francia, Alemania y Reino Unido. Recientemente anuló su concierto en Suiza debido a las restricciones del país con los eventos masivos hasta el 15 de marzo.
Bandas menos masivas o comerciales también se han visto afectadas. Foals ha cancelado sus tres conciertos de Japón mientras Pixies ya suspendió tres en el mismo país y otros tres en China. También The National se han visto obligado a cancelar conciertos, esta vez, en Japón, los próximos 17 y 18 de marzo. “Para nuestra decepción, en interés de la seguridad pública, han sido canceladas”, dicen en un comunicado.
La en apariencia inabarcable y todopoderosa industria del cine es otra de las víctimas colaterales que engrosa la lista de damnificados por el coronavirus y como añadido a aquella mítica afirmación que hiciera en su momento Billy Wilder sobre las profesiones básicas que debía albergar la figura de cualquiera que se dignase a considerarse director, a saber; “policía, comadrona, psicoanalista, adulador y bastardo”, parece que la urgencia y la psicosis mundial producida por el COVID-19 van a terminar precipitando la incorporación de una nueva: la de médico.
El huracán de esta enfermedad arrasa también con los cimientos económicos de Hollywood y las productoras de algunas películas que se encontraban en pleno proceso de rodaje o esperaban impacientes el momento del estreno se han visto obligadas a tomar medidas preventivas fruto de la inexperiencia y el desconcierto que situaciones tan anómalas como ésta son capaces de provocar.
A pesar de que Italia ha sido uno de los primeros países en notar de forma más acusada las consecuencias cinematográficas de esta propagación y las autoridades italianas han tenido que aconsejar a una supermajor como Paramount que anule sus planes de rodar durante un periodo de tres semanas en territorio veneciano las escenas de “Misión imposible 7”, es China quien se lleva la palma de los perjudicados.
Los actos de celebración de sonados estrenos han quedado anulados o pospuestos hasta nueva orden, encontrándose entre ellos títulos como “1917”, “Sonic”, “Jojo Rabbit”, “Mujercitas”, “Fast and furious 9” o “Sin tiempo para morir”. La magnitud en términos de presupuesto que maneja el gigante asiático, la apuesta que venía haciendo por la supervivencia de las salas de cine y el reciente boom audiovisual e interés internacional que cintas como “Parásitos” han despertado en el resto del mundo convierte en drástica la situación por la gravedad de las pérdidas que esto pueda suponer.
La cancelación prevista para mediados de marzo de “Mulán”, la nueva apuesta de Disney en “live action” dirigida por la neozelandesa Niki Caro es quizá una de las suspensiones que más decepción ha causado entre antiguos y potenciales seguidores. El CEO de Disney Bob Iger ha declarado para la CNBC que “las compañías cinematográficas que distribuyen las películas que llegan a China se han visto obviamente afectadas. Teníamos un estreno programado para marzo, el de “Mulán”, que sabemos que produce gran interés en China. Ahora, llegará a ese país en algún momento, pero no tenemos claro cuándo”, en un intento por relativizar la situación y convocar al público a una fecha todavía no establecida.
Teniendo en cuenta que la suma total de presupuesto utilizada para la producción de la cinta ascendió a la nada insignificante cifra de 290 millones de dólares y que la posibilidad de acceder hoy en día al mercado chino puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso ya no solo en términos de rentabilidad sino también de proyección, está claro que la espera puede llegar convertirse en algo muy pero que muy largo.
El arte tampoco se salva
Ni tan siquiera la belleza que construyen los pinceles se libra del histerismo colectivo. Por tercera jornada consecutiva uno de los mayores depositarios pictóricos de los deseos y temores de la humanidad sigue cerrado por riesgo de contagio.El Museo del Louvre se convertía desde el domingo en el primer museo del mundo en cerrar sus puertas tras confirmarse un total de 130 afectados por el virus y dos muertos dentro del territorio galo.Sin embargo, a pesar de la prohibición taxativa por parte de las autoridades francesas a que se produzcan aglomeraciones que reúnan 5.000 personas en espacios cerrados (incluyendo en este punto la realización de manifestaciones), desde el propio museo se han mostrado disconformes con la medida, ya que tal y como señalan “el ministro de cultura y el ministro de salud reiteraron que no era necesario cerrar el Louvre”.Asimismo, la Scala de Milán o el Teatro Regio de Turín anunciaban recientemente en un comunicado que quedaban suspendidos todos los eventos previstos en las inmediaciones de los coliseos operísticos como consecuencia -en el caso concreto del Teatro Regio- de las “medidas urgentes para la contención y gestión de la emergencia epidemiológica de Covid-19” y a la espera, tal y como reconoce la Scala de “las disposiciones de las autoridades competentes”.La dimensión del problema alcanza tal gravedad, que en el caso del cierre de la Scala se trata un acontecimiento sin precedentes en toda su historia.
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