Hollywood, la ruina del primer verano sin “blockbuster”
El retraso de la llegada a las salas de cine de las apuestas de los grandes estudios pone en una complicada situación a las «majors», que tendrán que esperar al otoño, como pronto, para poder estrenar. La pandemia ha puesto el negocio patas arriba
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Tras las declaraciones de Disney, Universal y Warner Bros de retirar sus estrenos más importantes del verano Sony ha anunciado que «Morbius», basado en el cómic de aventuras «Ghostbusters: Afterlife», así como otros títulos menores, se retrasan al otoño como pronto para su estreno. Una realidad que hace prever que el cierre de los cines vaya para largo. El hecho de que Sony fuera el último estudio en cancelar ha apagado la última luz de esperanza que quedaba de cara al verano. Históricamente la temporada estival ha sido para los grandes estudios de Hollywood la más beneficiosa, pues se genera un 40% de la recaudación anual entre los meses de mayo y agosto, periodo que aprovechan para llevar a las salas sus películas con más potencial recaudador y en el que se prevé, según la fuente Comscore, unos 4.000 millones de dólares, lo que implica que el impacto económico será gravísimo.
Este verano se antojaba de lo más prometedor con estrenos de mucho fuste, pero la crisis mundial ha trastocado de golpe los planes en todo el planeta. Así, el estreno de «Fast 9» (Universal) se ha retrasado directamente a mayo del 2021. Warner Bros se ha mostrado más optimista y está considerando julio o agosto para que llegue a las salas «Wonder Woman 1984», aunque puede sonar un tanto arriesgado, según las declaraciones de algunos trabajadores del estudio. Paramount, aún no se ha pronunciado sobre su gran apuesta veraniega, «Top Gun: Maverick», lo mismo que sucede con la nueva película de Chris Nolan «Tenet», que siguen manteniendo la fecha de estreno, aunque todo indica que se caerán muy pronto de calendario debido a la inviabilidad física del estreno. Filmes que tendrían ya que haberse estrenado como «Un lugar tranquilo 2», «Mulan» o el musical «In The Heights» se han quedado literalmente en el aire.
Abrir para cerrar
Según Jim Orr, presidente de distribución doméstica de Universal, «se están considerando diferentes estrategias. Es como hacer un puzle. No se trata de cambiar la fecha de una película, sino que es necesario tener en cuenta multitud de estrategias para saber qué hacer». Tanto analistas como ejecutivos de los estudios saben que cuando se levante la cuarentena habrá que esperar un periodo de adaptación por parte del público, aterrado ahora ante cualquier mínima aglomeración. Eric Handler, analista de la industria de exhibidores, asegura que la gente tras el confinamiento va a tener mucho cuidado. «Seguramente habrá un sitio vacío entre espectador y espectador, pero la vuelta se hará de manera gradual. Lo único cierto es que no tenemos ni idea de la realidad que nos vamos a encontrar cuando podamos abandonar nuestras casas».
China reabrió en marzo alguno cines, que tuvo que cerrar inmediatamente al darse cuenta de que volver a clausurarlos era una medida totalmente necesaria para evitar más contagios. Los exhibidores norteamericanos creen que cabría la posibilidad de reabrir cines en zonas menos afectadas por el COVID-19, pero los estudios son conscientes de que se de hacerse abarcaría a un número de salas muy limitado. Por otra parte, los estrenos no serán a nivel nacional, al menos es lo que vaticina Patrick Corcoran, vicepresidente de la Asociación Nacional de Propietarios de Cines (NATO, en sus siglas en inglés). «Desconocemos cuándo se alcanzará el pico del virus y cuánto tiempo habrá que esperar para abrir de una forma segura», explica. Incluso si los cines pudieran estrenar a final de verano, la importancia hoy de la taquilla internacional es tan grande que tendrían que tener en cuenta la situación en el resto del planeta, pues no tendría mucho sentido estrenar películas como «Jungle Cruise» o «Top Gun: Maverick», con el señuelo de actores principales que son auténticas estrellas, en un mercado que no es el norteamericano. Corcoran alertó de la difícil situación que afecta a bastantes familias: «Solamente en nuestra industria hay unos 150. 000 trabajadores, la mayoría se ha quedado en paro, algunos siguen en oficinas con jornada reducida o incluso sin saber si cobrarán su salario».