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Artistas

Petr Davydtchenko, el artista que se come un murciélago vivo para protestar contra las farmacéuticas

La "performance" forma parte de un vídeo que se expondrá la semana que viene en Italia

Petr Davydtchenko, con el fotograma en el que devora al murciélago aún vivo
Petr Davydtchenko, con el fotograma en el que devora al murciélago aún vivoPetr DavydtchenkoPetr Davydtchenko

Petr Davydtchenko es un artista extremo. O, sencillamente, que está en el extremo, en el limite. Sus acciones han sido muy cuestionadas. La anterior a esta la desarrolló durante un tiempo. Decidió vivir de otra manera, viajar en bicicleta y alimentarse de las mascotas que encontraba. Y documentarlo. Desde el momento de la caza del animal hasta la acción de despellejarlo. Una delicia para la vista y el estómago. Así transcurrieron tres años de su vida.

Cavó un túnel subterráneo debajo del Palazzo Lucarini y allí vivió, alimentándose de todo animal que cazaba o que hallaba muerto, como un puerco espín, del que comentó en una entrevista que estaba bastante sabroso. Así lo manifestaba: “Decidí salirme del sistema establecido y no participar directamente en el capitalismo. Viví dos años sin gastar un euro. Solo comí animales que me encontraba muertos por la carretera. Ha sido una aventura muy sabrosa “.

El dominio de la vacuna

Ahora se ha despachado con una obra a través de la que quiere protestar y llamar la atención sobre las farmacéuticas en la crisis sanitaria mundial. Y ningún animal más representativo de esta que el murciélago, que devora vivo y cuyo proceso de masticación podremos ver en una pieza audiovisual en la que se aprecia el tatuaje sobre su cabeza, el logotipo de la compañía farmacéutica Pfizer y será parte de una exposición llamada “Perftoran” (del 5 de julio al 30 de agosto) que se inaugurará el próximo mes en el Palazzo Lucarini Contemporary en la ciudad italiana de Trevi, en Umbría.

¿Por qué devorar un murcielágo mientras aletea? “Me como un murciélago vivo para destruir el poder de Big Pharma”, dice Davydtchenko. Según un comunicado de prensa, el trabajo se realizó en protesta después de que algunas de las compañías farmacéuticas más grandes del mundo “se negaron a participar en una propuesta de la Organización Mundial de la Salud [OMS] que garantizaría que cualquier medicamento esté libre de patentes y se distribuya equitativamente a aquellos en necesidad”. Y añade el animal representa hoy “un instrumento de poder en [un] campo geopolítico entre China, América y Europa. Quién posea el primero la vacuna será el primero que domine el mundo”.