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Taylor Swift, la emperatriz del verano

La reina del pop arrasa con un álbum «indie» que nadie esperaba y que escribió y grabó durante la cuarentena. La discográfica quería retrasar el lanzamiento por la pandemia, pero ya lleva dos millones de copias vendidas
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  • Alberto Bravo

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En Estados Unidos ha vendido 846.000 copias del álbum «Folklore» en su primera semana para convertirlo en en el disco más comprado del año después de solo siete días a la venta. Taylor Swift se ha consagrado como la primera artista en la historia de las listas estadounidenses en tener siete discos que han vendido más de 500.000 copias en una sola semana. También es la primera artista femenina en tener siete álbumes debut en el número uno. Ahora, en Spotify ha conseguido 80,6 millones de transmisiones en un solo día, la cifra más alta para una artista femenina. Y además de encabezar la lista de Billboard de Estados Unidos. No es lo único, «Folklore», su nuevo disco, también ha alcanzado la cumbre en Reino Unido, Finlandia, Australia, Noruega, Nueva Zelanda y Bélgica.
El éxito de este trabajo también le ha dado a Swift tres sencillos en el Top Ten de Reino Unido, con «Cardigan» entrando en el número seis de las listas, seguido del dúo con Bon Iver «Exile» en el ocho y la canción de apertura de «Folklore», «The 1», en el número 10. ¿Alguien duda de que Taylor Swift es la gran emperatriz de la música en este verano? No estaba pasando nada en el mundo de la música. Mal momento para sacar un disco, pensaban las compañías mientras los artistas posponían sus proyectos hasta nueva orden. El verano suele ser una mala temporada para sacar cosas, más allá de la Covid. La gente anda distraída y continúa la tendencia de recurrir al clásico «pelotazo» del verano que suene en las playas. Pero Taylor Swift ha cambiado las reglas.

Todo en contra

Con su octavo álbum, ha batido varios récords en su primera semana a la venta. Y en circunstancias absolutamente improbables, más allá de la coyuntura de este momento específico. Fue escrito y grabado durante el confinamiento del coronavirus, en su caso voluntario, y se alejó del sonido pop que dominó sus últimos tres álbumes. He aquí la paradoja: encontró la comercialidad con el que probablemente fue su registro menos comercial. La carrera de Taylor Swift es en realidad una suma de prodigios. Con tan solo 14 años se trasladó a Nashville para convertirse en una estrella del country y con la canción «Our song» se convirtió en la artista más joven en alcanzar el número uno con un tema escrito únicamente por un compositor. Este es otro signo distintivo de su actividad: ella controla todo el proceso de grabación de los discos, empezando por la escritura de las canciones. Y otra cosa que gusta a su público: declara que lo que cuenta se inspira en la realidad, de ella misma o de otras personas, sea mentira o verdad.
Pero lo que ha conseguido Taylor Swift en una semana no solo han sido números y estadísticas. Tras unos inicios en el country, aunque en la parte comercial del género, Taylor Swift fue virando cada vez más hacia los sonidos pop y las fórmulas más convencionales y garantes del éxito. Eso le provocó también una creciente desconfianza de la crítica. A medida que los discos vendían millones de copias, la prensa especializada cuestionaba su capacidad para crear álbumes que perduraran más allá del éxito del momento. Pero con «Folklore», Taylor Swift ha logrado el completo: seducir tanto a público como a crítica. Grabado en gran parte con Aaron Dessner, de la banda de rock alternativo The National, el álbum le ha valido las mejores reseñas de toda carrera con una puntuación media de 8,9 sobre 10 en el sitio de reseñas Metacritic.

Éxito sin paliativos

«El álbum se percibe fresco, con visión de futuro y, sobre todo, honesto», dijo la revista «New Musical Express» en una reseña de cuatro estrellas. Su nuevo sonido, tan intimista y alejado de sus anteriores registros, refleja los meses de aislamiento de Swift y de alguna forma parece haber conectado con el gran público. Como si «Folklore» fuera el disco que todos estaban esperando sin saberlo. La cantante Maisie Peters ha mostrado su entusiasmo: «Feliz día del folklore, este es también su mejor álbum». Y la estrella Alex Lahey ha publicado en las redes: «Este disco es increíble. Gracias por inspirarnos a todos en un período tan poco inspirador de la humanidad». Por su parte, la modelo Martha Hunt comentó que «es el álbum independiente de mis sueños».
Tampoco es que Taylor Swift haya hecho algo que no se haya podido escuchar antes en artistas como Joni Mitchell o Aimee Mann, por poner dos ejemplos, pero sí ha tenido el coraje y la habilidad de reivindicar este tipo de canciones en tiempos en los que se suele despreciar el valor de la música como vehículo transmisor de emociones antes que de excitaciones. «Me encontré no solo escribiendo mis propias historias, sino también escribiendo sobre o desde la perspectiva de personas que nunca he conocido, personas que he conocido o aquellas que desearía no haber conocido», explica Swift en las notas de «Folklore». El álbum comienza con «The 1», un tema en el quemedita sobre una vida alternativa que se le escapó, y cierra con «Hoax», un lamento sobre una relación rota. «Si mis deseos se hicieran realidad, habrías sido tú», admite. En otra canción, «Epiphany», Swift parece referirse al impacto humano de la pandemia de coronavirus al cantar: «Algo que la escuela de medicina no enseñó / La hija de alguien, la madre de alguien / Ahora sostiene tu mano a través del plástico / Y creo que se está cayendo».

Protegerse de la tormenta

El álbum fue lanzado junto con un vídeo de la canción «Cardigan», que muestra a Swift perdiéndose en una oscura aventura de «Alicia en el país de las maravillas» subiéndose a su piano para protegerse de una tormenta. Un vídeo espectacular por la potencia de sus imágenes. Gran parte de la atención de los admiradores se centró en «Exile», el dúo con Bon Iver, sin duda otro de los momentos estelares del disco, mientras NME consideró «The Last Great American Dynasty», una especie de biografía de la musa de la alta sociedad Rebekah Harkness, como «una candidata a la mejor canción de Taylor Swift jamás escrita».
Y Billboard otorgó el mismo cumplido a «Invisible String», a la que definió como «una historia de amor sensacional centrada en los felices accidentes que te dejan atrapado si dejas que ocurran».La cantante se había mantenido en silencio desde que en enero se estrenara el documental de Netflix «Miss Americana», para mayor gloria de su archiconocida imagen de chica buena. Pero con «Folklore» ha mostrado una de esas fábulas que de pronto aparecen para seducir al público. Ha rehabilitado su imagen entre los críticos con un producto que suena muy auténtico y desprovisto de plan de marketing. Y bate récords. Parecía como si la gente estuviera esperando algo así. De paso, ha confirmado que no todo debe ser reguetón, éxitos de usar y tirar.

El abrigo del dinero

Dos veces ha encabezado Taylor Swift la lista de las 100 celebridades más ricas del mundo. La primera fue en 2016 cuando las ganancias de la cantante alcanzaron los 153 millones que le reportó su gira mundial «1989 World Tour». La segunda fue el pasado año cuando la revista Forbes consideró a Swift la celebridad mejor pagada del mundo y su patromonio ascendía ya a la nada desdeñable cifra de 185 millones de dólares. Quién sabe cuántos números habrá aumentado en este fatídico año en el que el mercado del lujo no ha dejado de dispararse de forma paradójica. Prematuramente afortunada, escandalosamente rica, tempranamente adinerada, la artista de 30 años posee en la actualidad ocho propiedades entre las que se encuentra la mencionada en el tema «The Last Great American Dynasty». Se trata de una mansión costera de Rhode Island que Swift compró en 2013 por unos 17 millones de dólares. Otro de los elementos cuantitavos del nuevo álbum lo protagoniza el exitoso cárdigan que luce en la canción homónima valorado en 49 dólares. A pesar de la época estival en la que estamos, la prenda se ha agotado en cuestión de días.