Alcàsser: se acabaron las especulaciones sobre Antonio Anglés
Tras fascinarse con el caso a mediados de los 90, Marc Romero ha dirigido una cinta en la que presenta un relato alternativo a la versión oficial, aunque apoyado en años de trabajo sobre el sumario y otros documentos
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75 fueron los (largos) días que pasaron desde la desaparición de los cuerpos de Miriam, Toñi y Desirée, el 13 de noviembre del 92, hasta que fueron encontrados en el barranco de la Romana el 27 de enero de 1993. Había nacido el Crimen de Alcàsser, uno de los sucesos más mediáticos de la España de los noventa que todavía hoy arrastra a una legión de morbosos seguidores. Ahora, son esos “75 días” los que sirven a Marc Romero para dar nombre a una película que le ha costado presentar en sociedad.
Era noviembre de 2017 y el largometraje ya se anunciaba en las redes: “Tras un minucioso estudio de un sumario de más de 4.000 páginas, 1.800 cortes de prensa, autopsias contradictorias, informes psiquiátricos y entrevistas a personas relacionadas con el caso Alcàsser, llega ’75 días’, la película”. Sin embargo, aquello quedó en nada hasta hoy, cuando el trabajo se proyecta en el cierre del Festival de Málaga. Entre medias, han ocurrido “cosas raras”, afirma el equipo, y alguna que otra disputa entre los miembros de la producción.
Pero todo eso ya forma parte del pasado de un proyecto que, como explica Romero, “otros quisieron hacer antes que nosotros, aunque terminaron abandonando por el riesgo. A diferencia de otros crímenes famosos, este ha costado mucho trabajo hasta que lo hemos logrado sacar adelante”.
Así, “75 días” nace “de la curiosidad”, dice el director. El de Alcàsser no era un caso que le llamara especialmente la atención allá por mediados de los 90, pero que su hermano tuviera contacto directo con Miguel Ricart hizo que todo cambiase: “Un día le dije que metiera un libro en la mochila y lo que hizo fue darme el informe de autopsia de Alcàsser. Nunca me había interesado, pero llegué pálido aun sin entender la mitad de la jerga forense. Pude reconstruir en mi cabeza lo que había pasado”, recuerda Romero. “Después ya sentí la curiosidad de saber qué había ocurrido allí y por qué esas autopsias se hicieron de una manera concreta; o por qué se requirió un segundo peritaje desacreditando el trabajo de los cinco primeros peritos; o por qué se lavaron los cuerpos y las ropas sin haber hecho un examen de huellas y pelos...”.
Son algunas de las preguntas que se hace una película que cuenta con nombres como Ana Fernández, Antonia San Juan, Eulalia Ramón, Macarena Gómez y Paloma Paso Jardiel, entre otros, y que no se termina de fiar del todo de la versión oficial. Pero no por desconfiados, “sino porque lo dijo el propio Consejo General del Poder Judicial, que dio un tirón de orejas a jueces, fiscales y policías”, afirma el realizador sobre unas labores “muy mal hechas”. “Vamos, que eran una mierda de diligencias”, zanja sin pelos en la lengua.
Casi treinta años después de los sucesos, el de Alcàsser continúa siendo una incógnita para el gran público y Romero defiende que los creadores de toda la leyenda fueron los propios cuerpos de seguridad del Estado por todas esas actuaciones controvertidas: “Si la Guardia Civil hace el levantamiento de cadáveres sin acordonar la zona en el año 92 y todo el mundo pisa huellas y hasta a un colmenero se le dan unos guantes para que remueva un poco de tierra, hay algo que está fallando. No me vale que me digan que la Guardia Civil de entonces no tenía las técnicas... Perdone -cambia el gesto el director-, el 80% de las técnicas que se utilizan hoy ya existían en el 92. Y la Guardia Civil de Valencia era de las más preparadas de este país, que formaban hasta a otras policías, como la de Canadá. Por decirlo de otra manera, no eran unos cutres”.
Es a toda esa documentación y certezas sobre el caso a la que se ciñe Marc Romero para presentar “la película que la gente quiere ver”, precisamente, por salirse del carril oficial, además de “presentar un relato más alternativo”, puntualiza. Incluido “un cierre que no da lugar a segundas interpretaciones. Con este final no puedes especular sobre dónde puede estar Antonio Anglés”. Uno de los grandes misterios de las últimas décadas en España.