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El mito eslavo de Rusalka para sublimar la temporada de ópera del Teatro Real

El Teatro Real presenta la ópera de Dvořák (“Rusalka”) casi un siglo después de que se estrenara por primera vez en Madrid
Monika RittershausEFE
La Razón
  • Matías G. Rebolledo

    Matías G. Rebolledo

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Aunque en la Europa mediterránea no se le rinda tributo con la asiduidad que merece, la figura de Antonín Dvořák marca inequívocamente el carácter cultural de su Chequia natal. De ello da fe su casa museo en pleno centro de Praga, flanqueada por la universidad más importante del país, o la placa que le recuerda en su Teatro Nacional. Este recuerdo reducido a lo endémico no siempre fue tal, ya que la obra del compositor checo gozaba de fama por todo el viejo continente durante el período de entreguerras. Así, su «Rusalka», ópera inspirada en «La Sirenita» de Andersen y en consonancia con la «Undine» de Friedrich de La Motte Fouqué, se estrenó en el Teatro Real en marzo de 1924 con gran éxito.
Casi un siglo después, la ópera madrileña recupera a Dvořák y a su narración onírica con libreto de Jaroslav Kvapil para volver a contar la historia del reino de Vodník y la de la ninfa Rusalka, la hija preferida del rey cuya única ambición es poder danzar en el aire como sus hermanas mientras su padre se aferra a ella excusándose en su odio por los seres humanos. Bajo la dirección de escena de Christof Loy y, entre el 12 y el 27 de noviembre, el Real estrena esta coproducción en colaboración con instituciones como el Gran Teatre Liceu de Barcelona y el Palau de les Arts de Valencia, lugares por donde pasará después de su estreno en Madrid.
En palabras de Loy, las diez funciones de «Rusalka» pasan por «la magia de un teatro abandonado», en el que entran en juego elementos como «las diferencias de clase» y la importancia de «aquellos que han ido siendo abandonados, dejados de lado por la sociedad». Preguntado por el carácter emancipador de la ópera para con sus figuras femeninas, el director explica que se trata de algo más moral que práctico: «Es la historia de una mujer inocente, un alma buena, que no se conforma con su situación de nacimiento y su destino obvio. Se da cuenta de que es capaz de valerse por sí misma y escapar de lo que la sociedad espera de ella», remata.
Sobre los elementos más mundanos de la nueva coproducción, el director artístico del Real, Joan Matasbosch, afirma que no se ha cambiado nada en lo escénico por las circunstancias pandémicas y que se trata de una situación «muy complicada pero no imposible». De ahí que las funciones se hayan adelantado hasta las 19:30, para cumplir con los posibles toques de queda y restricciones a la movilidad pasadas las 12 de la noche y que se haya incrementado tanto el número de máquinas ultravioleta como el de test serológicos entre los miembros del reparto.

Atención al abonado

A fin de mejorar el servicio que el Teatro Real presta a sus socios, la institución ha puesto en marcha un nuevo mecanismo de atención al abonado. Además de ampliar los horarios y días de atención, ahora se ofrece la posibilidad de la devolución íntegra de las entradas para la programación anterior al 31 de enero de 2021. Del mismo modo, se incrementa también el número de cambios por temporada gratuitos, hasta los 3.