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De vender fruta a dirigir una orquesta en París en tres meses

La directora venezolana Glass Marcano solo ha necesitado tres meses para cambiar radicalmente de vida

La directora de orquesta Glass Marcano durante el concurso «La Maestra» celebrado en París durante el mes de septiembre
La directora de orquesta Glass Marcano durante el concurso «La Maestra» celebrado en París durante el mes de septiembreFacebookLa Razón

Glass Marcano llegó al aeropuerto de París con el anonimato que escolta a las gentes modestas. “Hija, ¿quién es? Ni siquiera con el presidente recibimos tantos correos para que lo monten en un avión como recibimos con usted”, le preguntó sorprendida una funcionaria francesa. Marcano, estudiante de Derecho y alumna de El Sistema, el reputado sistema de formación de jóvenes músicos venezolano creado en la década de los 70, vivía en Caracas y vendía fruta con su madre en un pequeño mercado del estado de Yaracuy antes de pisar por primera vez el territorio galo. Para esta joven de 24 años, que ha pasado de familiarizarse con la venta del comercio local y la escasez impuesta por el sistema al escaparate y la promoción virtual de los selfies en redes sociales con la Torre Eiffel como telón de fondo en apenas tres meses, la música se ha convertido en el pasaporte hacia una libertad que muchos de sus compatriotas pueden tardar años en acariciar.

Y eso contando con la fortuna de que puedan hacerlo. Su fascinante historia tiene la prototípica forma de sueño americano, de deseo conquistado. Después de hacer un plan por el interior de su país natal para dirigir varias orquestas y aferrarse a cualquier oportunidad que el tiempo y las condiciones le brindaban con el objetivo de desarrollarse profesionalmente, Glass Marcano se apuntó a un concurso por internet. “Estaba pensando que ya era hora de participar en un concurso de dirección orquestal. Entro a la computadora y coloco ’'concurso de dirección orquesta’' y empiezo a bajar, a bajar y a bajar en la pantalla y me encuentro con La Maestra. Empecé a averiguar de qué se trataba. Era para puras mujeres, y me llamó demasiado la atención”, explica a la BBC.

Un selfie de Glass Marcano en París
Un selfie de Glass Marcano en ParísGlass MarcanoGlass Marcano

Sirviéndose de la ayuda de varios amigos recolectó 150 euros para inscribirse. Una cifra aparentemente asequible si se juzga con ojos europeos, pero considerablemente astronómica para un ciudadano medio del país de Maduro. A finales de octubre de 2019 le confirman que ha sido seleccionada para el concurso. La celebración es en marzo de 2020. El miembro de la orquesta París-Mozart Romain Fievet no duda en destacar el por qué de la elección: “Recibimos 220 solicitudes y el comité de selección eligió a Glass Marcano de forma unánime. Artísticamente sus vídeos mostraban auténtico carisma, gran energía, conocimiento real de las partituras y obviamente, ritmo corporal”. Complicaciones pandémicas mediante, Marcano consiguió subirse a un vuelo gracias al titánico apoyo de la institución. “A estas alturas aún no sé cómo logré un lugar. Lo único que sé es que muchas personas se movieron para que lo consiguiera”, reconoce la joven. Pese a que no ganó, la venezolana que quería “volverse loca en el podio” logró un premio especial y ahora vive en una ciudad que conoció por televisión.