Sección patrocinada por sección patrocinada

¿Tienes fuego?

Jaime de los Santos: "Brad Pitt es demasiado guapo pero Bardem es de verdad"

El vicesecretario de Educación e Igualdad del Partido Popular sigue abogando por los espacios salvíficos de la cultura como ascensor social

El político Jaime De los Santos
El político Jaime De los Santos Gonzalo PérezGonzalo Pérez

Este señor cree en Dios, pero también en la luz de la cultura y en la belleza de la inteligencia. Detesta la barbarie y le humedecen los ojos Caravaggio y Lorca («las rosas huían por los filos / de las últimas curvas del aire»). Se siente españolísimo y su derecha es sosegada, aunque firme. Pacifista enérgico, cumplirá 47 años el 6 de agosto. No encontrarán en él un pelo de tonto.

«Gay, católico y del PP», así se ha definido. Recuerda al «feo, católico y sentimental» de Valle-Inclán. Es un eslogan valiente, pues levanta la ceja tanto a (algunos) progresistas como a conservadores.

Es que las tres cosas son ciertas. Soy gay desde el día en que nací. O, al menos, desde que tengo memoria. Soy del Partido Popular, primero simpatizante, después alto cargo y afiliado desde que Núñez Feijóo llegó a la presidencia. Y soy católico por educación y convicción. Disfruto de todo lo que significa ser católico, aun siendo discrepante con muchas de las cuestiones que la Iglesia católica defiende. Y en cuanto a Valle-Inclán, qué te voy a decir. Es uno de mis autores favoritos.

Salta de la cultura a la educación y la igualdad. ¿Se puede decir que le han movido del sitio sin sacarle de su hábitat?

La única manera de alcanzar la igualdad es a través de la educación, que es el pilar fundamental de cualquier sociedad. La cultura nunca la voy a abandonar, porque soy un hombre de cultura. El poco tiempo libre que me queda lo paso en un museo, viendo danza, yendo al teatro, leyendo o incluso escribiendo. Y creo que es una oportunidad enorme que me brinda Núñez Feijóo, la de, con las responsabilidades de Educación, seguir peleando por la cultura y haciendo hincapié en ese ascensor social que representa.

¿Se imagina que el grado medio cultural español igualara al de Francia? Nos guste o no, los franceses aún ostentan el título de faro de la cultura de Occidente.

Sería un sueño conseguir que en España tuviéramos el respeto por la cultura que se tiene en Francia. Hay que enseñar a los ciudadanos que la cultura es nuestro patrimonio; que cuando no existamos ninguno de nosotros lo que quedará será la cultura. En las escuelas claro que debe obligarse a leer a Miguel de Cervantes, pero que el profesor haga que los alumnos se enamoren de ese texto. Y te hablo de Cervantes como te puedo hablar de García Lorca: no puede ser que en los Estados Unidos se hagan muchas más publicaciones que aquí sobre, probablemente, el mejor dramaturgo en lengua española del siglo XX.

¿Es posible un feminismo pleno si se saca al hombre de la ecuación, sin su concurso?

No hay que sacar nunca al hombre de la ecuación, no hay que sacar nunca a nadie de nada. Para defender los derechos del colectivo LGTBI no tienes que ser ni lesbiana ni gay ni bisexual ni intersexual ni transexual. Porque por la democracia, y a favor de los derechos de todos y todas, tenemos que estar todos. En el feminismo tiene que estar toda la sociedad. En la defensa de los derechos individuales debemos estar comprometidos todos. O vamos de la mano toda la sociedad o estamos perdidos.

Si viera en un bar o discoteca a dos hombres muy parecidos a Brad Pitty a Javier Bardem, ¿en cuál de ellos insistiría su mirada?

En Javier Bardem. Brad Pitt es demasiado rubio, demasiado guapo. Y Bardem es de verdad. Yo soy del neorrealismo italiano, tío. Cuando no sé qué ver en la tele, me pongo «Roma, città aperta», de Roberto Rossellini.

«Se querían como las flores a las espinas hondas, / a esa amorosa gema del amarillo nuevo» (Vicente Aleixandre). ¿Ha querido, lo han querido así?

He tenido la suerte de que me han querido siempre muy bien. ¿Querer? No. Hombre, cuando tenía 20 años alguna vez me he enamorado con dolor de estómago, de articulaciones y de no poder con mi vida.

Esta sección lleva por título «¿Tienes fuego?». Yo se lo pregunto a usted: ¿tiene fuego?

De todos los colores. Y en todos los sitios de mi cuerpo. Si la energía es fuego, soy puro fuego. Soy incapaz de no adjetivarlo todo. Y bendito sea el fuego, ¿eh?