El Reino Unido decadente, en declive y dickensiano del Brexit
★★★★★
«Era el peor de los tiempos, era el peor de los tiempos». Desde esta inicial y alterada cita de Charles Dickens intuimos que estamos ante un buen libro y su lectura no solo confirma, sino que amplía ese augurio, porque se trata de algo más que un buen libro, es especial, diferente, inteligente y conmovedor. La primera entrega del «Cuarteto estacional» de Ali Smith se sitúa en la etapa posterior al referéndum del Brexit y muestra los aspectos más negativos de su resultado: el racismo, el egoísmo y la crispación de una sociedad dividida en un ambiente de decadencia moral y política exacerbado por la crisis económica.
«Es el fin del diálogo», dice la protagonista, y, sin embargo, los personajes principales del volumen son una niña y un adulto que dialogan a lo largo del tiempo, hasta convertirse en una joven y un anciano. A través de ellos, Ali Smith crea una burbuja en la que se encierran reflexiones sobre el tiempo, el amor, la vejez, los libros, o, dicho de otra manera, una meditación sobre lo que significa la vida en un mundo donde se ha acabado el diálogo y se ha perdido la sabiduría más esencial: saber lo que significa la cosecha.
El afecto entrañable que existe en esa amistad, mantenida y mutuamente enriquecida a lo largo del tiempo, es el contrapunto del declive de su entorno. La protagonista se enfrentan con considerables dosis de energía y sarcasmo a las situaciones crispantes y cotidianas, ya sea una funcionaria hostil o su propia y enojosa madre. Se arma no solo de paciencia, también con sus libros, en su cabeza o en el bolso, y de toda la belleza que existe en la vida, en el arte, en la propia mente, cuanto aprende en sus paseos con Daniel, con sus diálogos, que son el núcleo de la obra, con las ramas del árbol por las que trepa el lector para tener la visión de un mundo en el que habitan Shakespeare, Huxley, Keats y Dickens.
Ali Smih nos sitúa con extrema inteligencia en dos mundos diferentes y bien contrastados, lúcidos y muy reales, y el lector espera con ansia la satisfacción que nace del mundo de Daniel y Elisabeth, de sus palabras y de su amistad. «Otoño» es el primer volumen de un proyecto que abarca de manera simbólica y reflexiva las cuatro estaciones y después de leer el primero tenemos un motivo más para desear que el tiempo pase mucho más deprisa de lo que lo suele hacer habitualmente y llegue una nueva estación en la que el diálogo, el afecto y la inteligencia nos acompañen en «el mejor de los tiempos».
▲ Lo mejor: La satisfacción intelectual que proporciona leer un libro de tanta lucidez y delicadeza
▼ Lo peor: No poder disfrutar mañana mismo de otro volumen del «Cuarteto estacional» del que forma parte
Por Sagrario FERNÁNDEZ-PRIETO