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Muere Luis Feito, a los 91 años, a causa de la covid

Fue uno de los creadores madrileños que ayudó a exportar al extranjero la abstracción española
Javier CebolladaEFE

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El Grupo El Paso estaba formado por un grupo de nuevos artistas que llegaron para romper las tendencias entonces existentes en España. Nació en 1957 y estaba formado por Rafael Canogar, Juan Francés, Manolo Millares, Manuel Rivera, Antonio Suárez, Pablo Serrano, Antonio Saura, Pablo Serrano y, por supuesto, Luis Feito, uno de sus impulsores, que, junto a Antonio Saura, creyó imprescindible la necesidad de crear un grupo para defender la abstracción, un género que en ese momento no estaba en auge. Ayer, este artista, uno de los imprescindibles de nuestras artes, falleció de madrugada a los 91 años en el Hospital Madrid debido a una neumonía derivada de la Covid que se le detectó hace apenas una semana y contra la que había colaborado activamente a través de su arte.
Con su desaparición, ya solo queda Rafael Canogar como representante de esta escuela. Todo este conjunto de artistas tenían un solo afán: renovar el arte en una época en que España todavía inmersa en las tinieblas de la dictadura. Trajeron consigo una renovación del lenguaje plástico cuya influencia todavía se siente actualmente en las nuevas generaciones de artistas que surgen. “Es un golpe tremendo. Esto es una cosa terrible. Se nos ha ido uno de los más grandes de nuestro arte, con una obra diversa, impresionante, que ha sido reconocido de manera internacional en Francia, Canadá y Estados Unidos. Es una maestro de enorme categoría, como reconoce mucha gente de su alrededor”, declaraba a este diario Antonio Catédra, su amigo, comisario de sus exposiciones y una de las personas más próximas a él. Él mismo ha recordado que su presencia “es irrepetible. Nunca copió a nadie a través de las tres o catorce épocas que jalonan su trayectoria. Cada vez que dejaba una, comenzaba una nueva siempre siguiendo su intuición y de una manera personal. Nunca se repitió”.
Luis Feito salió de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, donde practicó la figuración porque entonces no se enseñaba abstracción. Pero en su taller privado iba adentrándose en este nuevo estilo que, a lo largo de los años, depuró constantemente. Lo hacía de una manera racional, sin copiar nada antes ni tampoco deformarlo. Por ese tiempo, las autoridades españolas no apoyaban la abstracción, que es algo que Luis Feito, junto con otros creadores, tenían que abordar de una manera personal, alejado de los circuitos oficiales. Ahí empezó una obra, al comienzo en los segmentos del blanco y el negro y sus aledaños, para después ir incorporando progresivamente el color, unas formas más geometrizadas hasta llegada a esa etapa en la que predominaba el blanco.
Su talla creció paulatinamente y sin parar, como demuestra los sucesivos reconocimientos que ha obtenido en Francia, donde residió durante casi treinta años y donde se reunía con Antonio Saura. Este país subrayó su aportación al arte con la distinción Oficial de las Artes y las Letras de Francia en 1985, Comendador de la Orden de las Artes y las Letras de Francia en 1993 y la Medalla de Oro de Bellas Artes en 1998. Lo que nunca recibió fue el Premio Velázquez. “Le ha faltado este premio importante, no se lo han dado, es lo que le se ha ido, él me lo había comentado y está claro que habría merecido que se lo entregaran, sin duda”, comenta Antonio Cátedra.
Luis Feito, como remarcan todos los que han conocido, era una persona extraordinaria y con una obra que ha sido objeto de numerosas exposiciones. Durante su vida siempre brindó su admiración hacia los grandes pintores, fueran o no de su misma corriente artística, y siempre profesó cierta debilidad hacia Velázquez y Goya, a los que admiraba.