Las obras imprescindibles de Botero que debe ver en Madrid antes del 28

Desde el 17 de septiembre, CentroCentro -espacio cultural ubicado en Cibeles (Madrid)-, recoge la retrospectiva más completa realizada hasta la fecha del colombiano Fernando Botero. Si bien la fecha de clausura de esta exposición iba a ser el pasado 7 de febrero, gracias a su éxito y a la cantidad de personas que la han visitado, la muestra se ha prorrogado hasta el 28. Más de 60.000 personas ya han visto “Botero. 60 años de pintura”, exhibición comisariada por Cristina Carrillo de Albornoz en colaboración con Lina Botero. Si aún no la ha visitado -12 euros entrada general, 9 la reducida-, recogemos las 5 obras imprescindibles del artista que encontrará en la muestra.

Es, quizá, una de las obras más icónicas de Botero. Realizada en 1989, se trata de un óleo sobre lienzo donde hace alarde de su interés por las curvas, por las figuras engordadas y la sexualidad de la mujer. De hecho, el mismo pintor destacó en su momento que “trato de expresar el volumen como parte de la sensualidad del arte”.

Es la obra que ilustra el cartel de la exposición. Fue pintada por Botero en París en el año 2001 y nació “de un pequeño boceto que se me ocurrió mientras realizaba otra obra”, explicó el artista. “Pasé al lienzo con el pincel los trazos básicos del boceto y empecé a pintar sin saber qué colorido tendría ni su composición completa”.

Realizada en 2012, esta obra es una de las que Botero dedicó al mundo del toreo. Un óleo sobre lienzo que el artista realizó a partir de los recuerdos de su niñez. En concreto, cuando de niño, su tío le inscribió en la escuela taurina del banderillero Aranguito.

“Los colores del circo son especiales. Uno puede pintar colores tan salvajes como quiera que siempre van a ser lógicos. Además, está la poesía de esta gente nómade que vive en trailers”. Estas palabras son de Botero, quien realizó este lienzo en 2007, que se incluye entre las numerosas obras que dedicó al mundo del circo: desde malabaristas hasta payasos, trapecistas y contorsionistas.

En 1959, Botero creó estos inspirado en la icónica obra de Piero della Francesca: “Federico da Montefeltro” y “Battista Sforza”. Esta faceta del pintor es una de sus más conocidas: la de copiar obras de arte famosas con su estilo de personas gordas y líneas curvadas. Ejemplo de ello también es “The Arnolfini según Van Eyck” (2006), o “Mona Lisa a los 12 años” (1959), también en la exposición de CentroCentro.