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Crítica de “El fotógrafo de Minamata”: capturando a Johnny Depp ★★☆☆☆

Un fotograma de "El fotógrafo de Minamata"
Un fotograma de "El fotógrafo de Minamata"ImdbImdb

Dirección: Andrew Levitas. Guion: David Kessler, Andrew Levitas, Jason Forman, Stephen Deuters. Intérpretes: Johnny Depp, Minami, Bill Nighy. Gran Bretaña-USA-Emiratos Árabes, 2020. Duración: 115 minutos. Biopic.

Entre “La muerte de Marat” y una Pietà del Renacimiento, “Tomoko en el baño” es la imagen icónica que el fotógrafo de guerra W. Edward Smith tomó para ilustrar el reportaje que, publicado en la revista “Life” en 1971, denunció el envenenamiento por mercurio de los habitantes de la población japonesa de Minamata, por culpa de los vertidos tóxicos de una petroquímica todopoderosa. Es una fotografía en blanco y negro, casi un Caravaggio, demasiado hermosa para expresar tanto dolor acumulado. La película de Andrew Levitas, con la participación de Benoit Delhomme en la dirección de foto y de Ryuchi Sakamoto en la elegíaca banda sonora, aspira a esa belleza, y la confunde con la pulcritud pasteurizada del cine académico, de prestigio y con conciencia ecológica. Cualquier parecido de las peripecias de este fotógrafo borracho y en declive -que Johnny Depp interpreta como si se hubiera escapado de una alucinación domesticada de Hunter S.Thompson- en este paisaje de empresarios malvados y almas benditas y enfermas, con la realidad, sería pura coincidencia.

Lo mejor

Imaginársela como una película de guerrilla firmada por Kazuo Hará o Shuji Terayama.

Lo peor

El cansino “lo dejo-no lo dejo” del protagonista, neutralizado por lo que sabemos de la historia real.