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Descubren en Cantabria huellas de niños de hace 16.500 años

Se trata de 14 pisadas de 18 centímetros de punta a talón, que se atribuyen a un juego infantil y que pertenecen a la época paleolítica
Gobierno de CantabriaEFE/Gobierno de Cantabria
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Se ha producido un increíble hallazgo en la cueva de La Garma, ubicada en el municipio de Ribamontán al Monte, en Cantabria. Una serie de investigadores han descubierto huellas de niños paleolíticos, es decir, de hace unos 16.500 años, en una galería de dicho espacio que, hasta ahora, había pasado desapercibida ante la dificultad de acceder a ella. Se trata de rastros de 14 pisadas de 18 centímetros de punta a talón, que se atribuyen a un juego infantil y que son similares a unas, también del Paleolítico, de la cueva del Tuc D’Audoubert.
Las medidas de estas huellas corresponderían actualmente a niños de entre 6 y 7 años. No obstante, no se ha estudiado aún si las pisadas serían de uno o más niños, para lo que habría que comprobar sus tamaños y si son de pies derechos o izquierdos. Además, se han detectado varias huellas del talón que no incluyen el resto del pie, por lo que podría tratarse de un juego, según los expertos. El hallazgo se dio a conocer ayer en una rueda de Prensa, donde el vicepresidente cántabro y consejero de Cultura, Pablo Zuloaga, así como responsables y expertos de la investigación, relataron detalles del descubrimiento.
El espacio en el que se han hallado se encuentra en un lugar elevado y muy profundo, que no era visible desde la galería inferior de la cueva, ya que se encuentra unos 25 metros por encima, por lo que los investigadores han tenido que escalar y atravesar varios desniveles. Un sector que se encuentra a unos 300 metros del exterior, en completa oscuridad y a la que es “muy peligroso llegar”.
Con esto, aseguran que la exploración de este terreno no ha hecho más que empezar, ya que únicamente se ha documentado fotográficamente el descubrimiento por el “dilema entre investigación y conservación”, primando siempre esta última porque, al tratarse de un terreno arcilloso, las huellas se podrían destruir fácilmente si se pisa encima. Los investigadores han remarcado que la prioridad en La Garma es que todo “siga como está” y que por ello no se extrae “absolutamente nada” a no ser que esté en peligro de deterioro. Por ello, trabajarán con técnicas no invasivas como el láser para poder escanear y reconstruir los rasgos anatómicos para deducir el comportamiento de los niños.

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