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Amistades Peligrosas: “Con el reguetón, nuestras letras han quedado para colegio de monjas”

El dúo sella la reconciliación con su nuevo single “Alto el fuego” como preludio de la gira por su 30 aniversario

Alberto Comesaña y Cristina del Valle son Amistades Peligrosas
Alberto Comesaña y Cristina del Valle son Amistades PeligrosasDOLORES PEREZ

Lo extraordinario hoy en día es que una pareja artística o sentimental dure 40 años. “Nosotros vivimos una época de nuestra vida con muchísima intensidad, porque teníamos una relación de pareja no consolidada, que empezó de un día para otro y que además se convirtió en pareja artística. Así que era una bomba que ningún grupo habría soportado”, cuenta Cristina del Valle, la mitad de Amistades Peligrosas, el grupo que “con más idas que venidas”, según Alberto Comesaña, la otra mitad, marcó la mayor temperatura sentimental y sexual del pop español durante una época. “Recuerdo que publicamos un single que se llamaba ’'Sacrifícate’' cuando ya se sabía que no éramos pareja y fue un fracaso -recuerda Comesaña-. La gente no se creía la canción, porque lo que esperaban era que estuviésemos cantando la verdad de nuestra vida sentimental o sexual”. Ahora, publican “Alto el fuego”, un nuevo single con el que celebran su 30 aniversario. La reconciliación.

“Fue le 20 de junio del año pasado, cuando la desescalada nos daba un respiro. Yo fui a ver a un grupo que me encanta, Mastodonte, porque me invitaron. Sabía que uno de los miembros era familia de Cristina así que había una probabilidad de que me la encontrase por allí. Y así fue”, narra Alberto. “Descubrimos que los del grupo habían hecho de celestinos y empezamos a hablar y salió todo. Lo bueno y lo malo”, explica. Hicieron terapia de ex parejas. “Algo así. Lo curioso de todo es que la gente alrededor nos pedía que nos calláramos porque no parábamos de hablar y les estábamos molestando. Nos hicieron callar varias veces. Y yo les decía que estaban asistiendo a un momento histórico, a la reunión. Pero nos decían: ’'Venid llorados de casa, hombre’'... Fue muy curioso”, explica él. Hablaron de los tiempos pasados, de lo difícil que era entenderse en un contexto en el que no había un respiro en la relación. “Muchas horas en el local, en la furgoneta, y luego en casa. Demasiado. También era difícil de valorar la sensación de éxito cuando lo estás viviendo, porque no eres consciente. Yo estaba abatido y deprimido y salía a tocar delante de 20.000 personas y no lo comprendía”, añade Alberto. “Esa reflexión es buenísima. Ahora estamos convirtiendo la palabra éxito en algo que sí podemos vivir sin dolor interno. Todo lo que hacemos lo disfrutamos y eso nunca nos había pasado antes. La madurez y el tiempo lo permiten”, añade Cristina. Como si fuera una crónica en verso, aquella conversación, con reproches y sonrisas, está plasmada en su nuevo single, “Alto el fuego”.

El dúo pone ejemplos de muchísimos grupos de su generación que no aguantaron la prueba del tiempo: Presuntos Implicados, El último de la Fila o Mecano. De otros que eran pareja y dejaron de serlo, como Amaral, y de grupos que terminaron como el Rosario de la Aurora, como Héroes del Silencio, que están de actualidad. Y de otros que se separaron y vuelven como ellas: Ella Baila Sola. Ambos han pasado el coronavirus y esa experiencia, unida a lo azaroso de su reencuentro, les exige no hacer planes: “Hemos aprendido que mejor que no. Está clara la gira nacional e internacional y me gustaría hacer un libro del grupo, pero ya veremos. Las cosas están bien, ahora fluyen. Si somos conscientes de lo que hacíamos en los 90, de nuestros fuertes y capacidades, iremos por allá”, asegura Comesaña. Ellos, que fueron conocidos por el escándalo, difícilmente lograrían una mínima polémica hoy en día con esas letras. Así que, si hacen una canción nueva... “Desde que existe el reguetón, nuestras canciones se han quedado para colegio de monjas. Ahora no estamos para esas cosas, sino para escribir canciones reales sobre nuestras preocupaciones o de denuncia. No pensamos igual, pero podemos llegar a un consenso”. En los directos, que inauguran el 25 de junio en Madrid cantarán todos los clásicos. “Y dos veces, si lo piden. Nunca imaginé que 30 años después cantaría una canción que dice ’'te voy a meter mano’', pero no pasa nada, porque ha envejecido muy bien. Los éxitos son parte de nuestra historia y las cantaremos. Además, tenemos dotes de interpretación que ayudan en el escenario”, bromea el cantante.

No solo sexo

Cristina del Valle reivindica las letras de las canciones de Amistades Peligrosas, más allá del cliché del erotismo. “Hablábamos de racismo, de eutanasia, aborto, violencia contra las mujeres... Hace 30 años hicimos un homenaje a Ramón Sampedro. Tocamos temas que estaban a la vanguardia. Yo nos veo como un grupo actual”, dice la artista, que cree que, 30 años después, hay toda una generación que no les conoce y que les puede disfrutar. “No éramos encasillables. Mezclamos la música celta o africana con el pop. Creo que éramos bastante únicos y que nadie ocupó nuestro lugar”.