Santi Vila a LA RAZÓN: «Me haría una escapada de un par de días con Puigdemont»
El ex político y profesor universitario nos desvela su parte más personal y sus lugares preferidos para escaparse en verano: “En Torremolinos, unas personas de Vox me pidieron hacerse una foto conmigo. He vivido situaciones muy curiosas en este tiempo”
Santi Vila es disfrutón. Le gusta el mar, la lectura, la naturaleza y pasar tiempo con familia, amigos y, por supuesto, su marido. Moderado por naturaleza y liberal por elección, nos recibe en Barcelona para mostrarnos su cara más divertida y ,con buen humor, hablar de lo humano y lo divino. Serieadicto declarado, ahora está enganchado a «Mare of Eastown» mientras prepara, nos cuenta en exclusiva, un nuevo libro que pronto verá la luz: «Manual para llevar una vida buena». Eso sí, matiza que es necesario no invertir el orden de las palabras, que «no es lo mismo una vida buena que una buena vida». Recién nombrado presidente del Círculo de Infraestructuras, profesor de universidad y director de una compañía de aguas, asevera que no descarta regresar a la política, pese a los quebraderos que le dio el «procés» cuando formaba parte del Govern de Puigdemont, y del que decidió apearse a tiempo antes de que llegara la hecatombe. Salvado por la campana.
-¿Son mejores las vacaciones de profesor o las de político?
Infinitamente mejor las de profesor, porque las de político son inexistentes, siempre hay actos sociales y cenas por todos los sitios. Este año haré buenas vacaciones de 20 días en agosto.
-¿Dónde le veremos luciendo palmito?
Soy muy fan de las Baleares. Habrá hueco para Ibiza y Formentera y, este año, también Menorca. Ah, y nos haremos una escapada al Caminito del Rey, en Málaga. En Andalucía nunca fallamos, allí me siento muy querido. Es más, en una ocasión, en Torremolinos, se acercaron unas personas diciendo que eran de Vox y que se querían hacer una foto conmigo. Fue en pleno juicio del «procés», la verdad es que he vivido situaciones curiosas este tiempo.
-¿Baraja volver a la política?
La vida da muchas vueltas. Mi vocación siempre ha sido la de servidor público. Creo que es positivo hacer compatible el estar un tiempo en política, pasar al mundo privado y más tarde, quizá, poder regresar.
-Tener un profesor «famoso» debe de ser un aliciente para los alumnos. ¿Le piden autógrafos y fotografías?
En alguna ocasión sí que ha ocurrido, pero al final de curso. En una ocasión, un alumno me dijo que cuando le contó a su padre que yo era profesor suyo le dijo: «¿Ese españolista?» (Risas). Al final de curso y con las notas ya puestas, sí que tomo algún café o cerveza con los alumnos porque me piden que les cuente mi experiencia como político.
-¿Ha dejado a muchos para septiembre?
No, no soy un profesor estricto.
-El año que viene tendrá de compañero docente en Barcelona a Pablo Iglesias. Dicen que le van a pagar más de 8.000 euros anuales por un trabajo parcial de investigación...
Creo que el izquierdismo está sobredimensionado en la universidad, se deberían premiar a perfiles más liberales.
-¿Cómo vive un liberal?
Un liberal es una persona que está convencida de que el adversario puede tener parte de razón. Incorpora la ética de la duda y siempre tiene acotado el exceso de idealismo.
-Le gustan las redes, de hecho, hace tres veranos, una fotografía suya con amigos en barco generó bastante revuelo y ataques homófobos. ¿Salió escaldado de aquello?
Bueno, entonces decidí anular mi cuenta de Twitter porque es indecente, es una red antisocial. Lo que sigo utilizando es Facebook e Instagram. En aquel momento había una fiebre hiperventilada y desde entonces han cambiado muchas cosas. Aquello fue un ataque contra mí bastante profesionalizado. Ahora mantengo con las redes un pequeño hilo de actividad, pero no porque tenga interés en compartir mi vida, ya que lo encuentro innecesario. De hecho, a mi pareja muchas veces le digo que no es necesario dejar rastro de todo lo que hacemos.
-¿Hubo homofobia detrás de los ataques que sufrió? ¿Es necesario que personajes públicos homosexuales reivindiquen la igualdad?
Lo que es necesario reivindicar es la condición de ciudadano, no adjetivar el sujeto. La condición de gay como, por ejemplo, la de negro, nos inscribe en una tribu que es muy legítima, pero lo fundamental es la condición de ciudadanía.
-No le gustan las etiquetas, así que de los «no binarios» mejor no le pregunto...
Es muy paradójico cómo la generación más libre e independiente es la que tiene más necesidad de etiquetarse. Lo importante no son las etiquetas sino que seamos todos iguales ante la ley y con las mismas oportunidades.
-Las ofertas laborales se le multiplican, ¿le han tentado para ser carne de «reality»?
De momento solo me han ofrecido tertulias, pero he declinado participar. De «realities» nada, aunque si me pagaran bien, quizá me lo pensaría (bromea). Eso sí, en alguno donde la comida esté asegurada.
-¿Con qué ex compañero/s de Govern se haría unos días de escapada este verano?
Con Carles Puigdemont y Carles Mundó no me importaría, eso sí, un par de días, que tampoco hay que pasarse (risas). Con ellos mantengo una amistad, pero siempre fui prudente y hay que saber mantener el equilibrio entre la política y la amistad.
-¿Y con quién no se iría ni a la vuelta de la esquina?
Ni borracho me iría con Quim Torra.
-¿Y a quién invitaría a tomar algo a un chiringuito de Formentera?
Guardo muy buena relación y amistades de otros partidos también. Por ejemplo estaría encantado de ir con Miquel Iceta a El Beso de Formentera, con Rafael Catalán o con Ana Pastor.
-¿Es muy de chiringuitos?
Me encantan.
-Pues quizás este año se encuentre en alguno con Toni Cantó...
(Risas) La verdad es que prefiero verle en una película de Almodóvar. Cuando hacía cine le veía más guapo.
-¿Cree que Pedro Sánchez es el político con más «sex appeal»?
¿Pedro Sánchez? No le encuentro nada de glamour. Veo mucho más atractiva, por ejemplo a Meritxell Batet.