Hasta 70 heridos, cuenta la leyenda, dejó el rodaje de la infame «Roar», película de 1981 en la que al director Noel Marshall no se le ocurrió un método mejor que filmar con leones de verdad sin amaestrar siquiera. Cuatro décadas, varias normativas sobre maltrato animal y eones de avances en tecnología después, este viernes llega a las carteleras «La bestia», película protagonizada por Idris Elba en el papel de un médico americano que, tras perder a su mujer, decide viajar con sus hijas a Sudáfrica, país de origen de la madre, para reconectar con la naturaleza.
Allí, padre e hijas se reencontrarán con el tío Martin (Shartlo Copley), antiguo compañero de juergas del personaje de Elba y ahora una especie de «sheriff» de la reserva con más leones en libertad del país. El amable safari de reencuentro familiar se convertirá, gracias a un extremadamente bien animado y feroz león salvaje, en una de sus peores pesadillas. Copley, habitual de las películas de Neill Blomkamp (”District 9″) y uno de esos profesionales de culto que han hecho ya sus pinitos en la dirección, atiende a LA RAZÓN desde Londres, donde la película vivió su estreno internacional esta misma semana.
-¿Qué tal? Tengo entendido que viene de ver la película con público por primera vez.
-Cansado, por toda la promoción de la película y todo lo que ha implicado, pero emocionado porque nunca antes había visto una película con público en el que este se agarrara literalmente al asiento. El thriller es algo nuevo para mí como actor, así que lo que estoy acostumbrado es a estar yo en el borde del asiento, ansioso por ver cómo reaccionan, y no al revés. Fue muy bonito ver cómo incluso le gritaban a la pantalla: “¡No vayas allí!”. Increíble. Y muy divertido.
-¿Le gusta la experiencia o le da miedo? Hay compañeros que prefieren no exponerse.
-Me gusta mucho, la verdad, se siente como un experimento. Nunca sabes por dónde va a ir una película respecto al público, así que cuando va bien es muy grato. Es divertido, más todavía tras todo este período en el que no habíamos podido tener tantas experiencias masivas y compartidas. Yo tengo una pantalla gigante en casa, y entiendo a quien se prefiera quedar, pero en una película así, en una que de miedo de verdad, no hay nada como la experiencia común de la sala. Experimentar eso con la audiencia lo convierte en especial.
-¿Cómo se embarcó en el proyecto? Usted parece un actor especialmente selectivo con sus trabajos…
-Antes incluso de saber nada sobre la película yo era fan de Baltasar Kormákur como director. Me enamoré de su cine en “Everest”, que me pareció una pasada. Mi agente me pasó un guion y me sorprendió, porque me dijo que estaba muy interesado en trabajar específicamente conmigo. Luego descubrí que era porque el personaje era sudafricano, y tenía todo el sentido del mundo, pero me parecía una gran oportunidad poder interpretar a un personaje de mi país en una película grande de estudio. Si a eso le sumas que pude ejercer de anfitrión durante el rodaje, en mi propia tierra y conociendo a fondo la industria local, era irrechazable y se acabó convirtiendo en un proyecto muy personal.
-Es curioso, porque sobre el papel usted y Kormákur parecen una pareja perfecta. Acción, persecuciones y la naturaleza como entidad vida han estado presentes en muchos de sus trabajos por separado. ¿Cómo ha sido la experiencia?
-Es un tipo extremadamente talentoso. Quizá sea el mejor director en términos de talento puro que haya conocido nunca. Haría interesante una carrera de tortugas. Decidió rodar la película llenándola de planos largos, casi secuencia. Creo que el más largo es de unos siete minutos, y dejó claro desde el principio que “Hijos de los hombres” era un referente para rodar “La bestia”. Y eso le aporta un carácter bastante inusual para ser un thriller, le da vida propia. Y, claro, lo sorprendente es que era la primera vez que rodaba de esta manera, con el mismo lente todo el tiempo. La confianza que necesitas para hacer eso, para llenar la película de coreografías así de complicadas, solo te la da el talento.
-Usted no es un extraño en el mundo del CGI, de los efectos generados por ordenador. Y aquí vuelve a compartir escena con leones digitales. Acostumbrados a un CGI bastante pobre en las últimas producciones grandes, hasta llega a sorprender la calidad. ¿Como intérprete, cómo se afronta el reto de abrazar peluches que luego serán amenazantes?
-De hecho, todos los leones de la película son digitales, y eso tiene un mérito increíble. El equipo de la película está lleno de profesionales que solo merecen aplausos. Como bien has dicho, he estado bastante inmerso en el tema e incluso fundé mi propia compañía de CGI hace años, por lo que más consciente soy del mérito. Los leones fotorrealistas son la vida de la película, lo que la hace funcionar en último término. Luego claro, el rodaje es bastante divertido porque te ves abrazando a algo más parecido a una mascota de tu equipo favorito que al rey de la selva. Ni siquiera es bonito o amable como la mascota, es un especialista embutido en mallas grises con un florero en la cabeza para imaginar el tamaño del bicho.
-Hablando de lo que no es real, debo preguntarle por lo que sí. En “La bestia” usted desarrolla una gran química con Idris Elba, al que vemos en un papel bastante más vulnerable de lo que nos tiene acostumbrados…
-Totalmente. Desde el primer momento hubo una especie de conexión entre ambos. Me gusta también cómo están escritos nuestros personajes, porque son muy masculinos, muy rudos, pero también tienen mucho corazón, están en contacto con sus sentimientos. No son estereotipos de nada en ese aspecto. Nos ayudamos en todo momento porque, en cierto modo, nos veíamos un poco en nuestros personajes. Capaces de moverse con soltura entre el macho, el alfa, y el hombre que habla de sus sentimientos, que se expresa articuladamente y que es empático.
-Se podría afirmar que la película tiene un mensaje ecologista, asociado a la naturaleza recuperando su espacio. ¿Opina igual?
-Para mí, fue uno de los puntos fuertes al sumarme al proyecto. El hecho de que se atreviera a lidiar con el tema de los furtivos, un punto muy doloroso para Sudáfrica, me parece valiente. Estamos hablando de una película de estudio, pero me parece valiente. Por eso decía que se volvió algo personal como actor. Tuve la oportunidad de volver a paisajes naturales que no visitaba hace años gracias al rodaje y cogí mi bicicleta de montaña para recorrerlos. Esos paseos serían impensables si no hubiéramos ido con el equipo de la película y con los permisos correspondientes de los dueños de los terrenos. Asustaba, por lo basto del terreno, pero fue muy gratificante. Esa conexión con la naturaleza, esa vulnerabilidad es algo difícil de alcanzar en cualquier otra parte del planeta. Es complicado entrar en profundidad en una entrevista de este formato, pero me podría tirar horas hablando de ello. Vivimos ajenos a la felicidad y no me extraña en absoluto la subida de los índices de suicidio o de depresión, porque el acceso a la naturaleza, a lo vivo, se ha convertido en un privilegio cuando debería ser un bien básico.
-¿Qué viene ahora para Sharlto Copley?
-Un proyecto de dimensiones similares, pero en el que vuelvo a dirigir, y en este caso a actuar y también a escribir. Voy a interpretar a un aventurero, a un director de safaris al más puro estilo de Steve Irwin, pero de la Tierra y para alienígenas. Es una película de la que estoy muy orgulloso y de la que en breves os podré contar más detalles. Hay muchísimo que hacer en preproducción todavía, pero parece bastante sólido como para atreverme a anunciarlo pronto. Ojalá funcione, porque me llevará los próximos dos años.
-Es de rigor preguntarle, ¿volveremos a verle trabajar junto a Neill Blomkamp?
-Ojalá. Lo espero y lo deseo. Sé que tenía muy avanzado el proyecto de “District 10″, pero que le preocupaba que el guion envejeciera demasiado rápido. Había demasiadas connotaciones sociales y políticas como para no actuar con sumo cuidado y dedicación, como siempre hace. Por eso sé que prefirió alejarse momentáneamente del proyecto, pero lo retomará. Ahora va a rodar la película de “Gran Turismo” para Sony y, cuando acabe, estoy seguro de que volverá a la franquicia porque todos estamos deseando ver hacia dónde la lleva.