Buscar Iniciar sesión

Cuando Corto Maltés asistió al inicio del nazismo

Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero presentan «Nocturno berlinés», una nueva entrega del mítico personaje de Hugo Pratt
Alejandro GarcíaEFE
  • Víctor Fernández está en LA RAZÓN desde que publicó su primer artículo en diciembre de 1999. Periodista cultural y otras cosas en forma de libro, como comisario de exposiciones o editor de Lorca, Dalí, Pla, Machado o Hernández.

Creada:

Última actualización:

Por una vez, Corto Maltés no se adentra en países exóticos sino en uno de los periodos más controvertidos de la historia europea. Es el momento en el que en Alemania empieza a ver cómo cicatrizan las heridas que le dejó la Primera Guerra Mundial. Los cabarets están en su bohemio apogeo con la presencia de artistas o aspirantes a serlo, como una desconocida que se llama Marlene Dietrich y que desea triunfar en el cine. En política comienza a asomar un demagogo, para algunos alguien a quien no vale la pena tomar en serio, pero para otros un hombre al que hay que escuchar y que se llama Adolf Hitler. Es en este escenario donde se desarrollan las nuevas andanzas de Corto Maltés, el héroe creado por Hugo Pratt y que conoce desde hace tiempo nueva vida de la mano de Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero. Eso es lo que encontrará el lector de «Nocturno berlinés», publicado por Norma Editorial.
«Corto Maltés no había estado aún en esa ciudad, y era una de las motivaciones para hacer este álbum. Somos respetuosos con la cronología del personaje, pero también buscamos lugares en los que podría haber estado. Esa época, la de la República de Weimar, y Berlín nos parecían apasionantes, nos daban pie a historias que son algo diferente a lo que hemos hecho hasta ahora, con un Corto más aventurero y exótico. Aquí queríamos que fuera todo más nocturno», explicó ayer Juan Díaz Canales, guionista de la serie, en compañía del dibujante Rubén Pellejero.
Fiel a su espíritu
El resultado final es una obra que sigue fiel al espíritu de Pratt, pero en el que se nota la buena mano de los dos responsables de la serie. En este caso, además, se posibilitaba dar una lectura que fuera más allá del tiempo en el que se mueve Corto Maltés. Canales, a este respecto, concreta que «se imponen paralelismos con la Europa de ahora. No creo que la historia se repita, pero nos da lecciones muy interesantes porque hay muchos parecidos con lo que pasa ahora con el ascenso del populismo, de ese afán de buscar soluciones fáciles a problemas complejos, de ir a un río revuelto en el que muchos buscan pescar y que tiene que ver con los sentimientos. Sin establecer comparaciones directas, sí existe mucho que aprender de aquella época». Así, Corto Maltés, con la ayuda del escritor Joseph Roth y en la Alemania de 1924, trata de aclarar la muerte de Steiner, un viejo y querido amigo. Es algo que tendrá que hacer entre sociedades secretas y con el nazismo llamando violentamente a las puertas como telón de fondo.
Para Pellejero, tener que dibujar todo esto no ha sido nada fácil: «Esta historia tiene bastantes retos por estar en la República de Weimar. Me gustaba la idea de usar el negro en cantidades industriales. También quería que se viera a Corto más humano, con un comportamiento más realista. Aquí sufre por su amigo en una situación que lo supera. Pese a todo, prevalece la amistad. No se puede olvidar que Berlín era una ciudad en ese momento muy creativa, con cine, pintores... Un desmadre que era un aliciente y una dificultad. Es un cambio con lo que hemos hecho hasta ahora en la serie –añade–, aunque también un deseo de cambiar poco a poco. Una justificación lógica, pero siguiendo siendo coherentes con lo que se ha hecho hasta ahora», añade el dibujante.
Pellejero ha tenido en cuenta mucha información, en parte facilitada por Juan Díaz Canales, mientras trabajaba en el guion. «Ha habido referencias de muchas fotos. Pero cuando empiezo a dibujar a Corto el sombreado lo tengo en la cabeza. Sé por dónde quiero que vayan los planos. Quiero que el lector se introduzca en la atmósfera, no me interesa el detallismo de una calle o un cabaret porque lo que hago es mi propio cabaret. Creo mi propio Berlín, aunque quiero que el lector que lo reconozca. Pratt no hacía ostentación del lugar en el que estaba. Son líneas que sugieren al lector, algo que pasa con las calles o los puentes que dibujaba», justificó el artista.
Otro punto importante de este «Nocturno berlinés», con ese título de tonalidades musicales, es empezar a ver al héroe desde otro punto de vista, con las dudas lógicas que provoca el paso del tiempo. Por eso, Díaz Canales quiso decir que aquí Corto Maltés «ha envejecido. Ya no tiene a agilidad mental. Ahora lo veremos incluso con bastón, borracho».
La duda final como brigadista
Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero reconocen que no tienen claro por dónde seguirán las andanzas de Corto Maltés, aunque las muchas horas que pasarán ahora promocionando el cómic les permitirán hablar del próximo álbum. Los dos coinciden en que, siguiendo la cronología establecida por Hugo Pratt, queda la resolución sobre el final del personaje. Todo apunta a que algo sucedió durante la Guerra Civil, donde probablemente fue un brigadista. «Vamos con precaución en lo referente a meter mano a ese momento que es interesante, pero muy delicado en la vida del personaje. Si entráramos ahora en ese capítulo sería como matar el misterio. No creo que lo inmediato sea elegir dicho momento histórico», concluye Díaz Canales.

Archivado en: