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En Solfa

El adiós de Daniel Bianco

El actual director del Teatro de la Zarzuela dejará su cargo el próximo 1 de noviembre

 Daniel Bianco, director del Teatro de la Zarzuela.
Daniel Bianco, director del Teatro de la Zarzuela.Alberto R. RoldánLa Razón

El próximo día 1 de noviembre Daniel Bianco dejará de ser el director del Teatro de la Zarzuela, cargo que ha desempeñado durante ocho años. No estará físicamente en el teatro y no le veremos en la puerta antes de cada espectáculo recibiendo al público, pero sí estará anímicamente y acudirá a todo aquello que sus compromisos futuros le permitan. Sobre todo, estará durante la temporada que ha dejado prácticamente programada en su integridad y para ayudar a Isamay Benavente, su sucesora.

Sus ochos años de una gestión impecable se cierran con “Las Golondrinas” y el mismo espectáculo de Giancarlo del Monaco con el que inició su andadura. No ha valido la insistencia de Juan Francisco Marco, director del INAE, para que permaneciese. Un ciclo que se cierra, porque él ha considerado que debía ser así, que ocho años son suficientes y, quizá también, porque esté cansado de la burocracia de la Administración.

Empezó declarando “Vamos a abrir puertas y ventanas para que circule un aire nuevo” y lo consiguió. Quizá, sobre todo, con su invento de Zarza, un conjunto de jóvenes para ofrecer la zarzuela de siempre con un espíritu nuevo, juvenil, sin los artificios tradicionales. Así hemos disfrutado con obras como, por citar un ejemplo, “Amores en Zarza”, “El sobre verde”, “Por ser la Virgen de la Paloma” o “Agua, azucarillos y aguardiente”.

Ha conseguido también algo fundamental, como es incorporar a buenos directores de orquesta, que estaban disminuidos frente a los de escena, sin que estos hayan perdido relevancia, sino que simplemente se han equilibrado papeles. También ha desarrollado una labor definitiva para incorporar a los cantantes españoles. Prácticamente todos han pasado por la calle Jovellanos. Y también algunos extranjeros, a los que ha seducido para el género, como Yoncheva o Garança, que enloquecieron al público. Esta última en plena campaña de absorción por el Teatro Real. Un proceso que trajo gravísimos problemas y que afortunadamente pudo evitarse.

Por supuesto ha potenciado la nueva creación y “El caballero de Olmedo” es la última muestra de una senda que contó también, entre otras, con “Policías y ladrones” y “Trato de favor” o la recuperación de nuestro patrimonio histórico como “La violación de Lucrecia” o “Gal-la Placídia” y “Juan José” esta misma temporada.

Ha mantenido y ampliado la colaboración con otras instituciones, como la Fundación Juan March o el CNDM. El ciclo de lied de ésta, que ya va por su XXX edición, no debe salir de la Zarzuela. Cualquier intento -y los ha habido- por trasladarlo al Auditorio Nacional acabaría por hundir el ciclo. El lied precisa de un espacio íntimo como el de la Zarzuela.

También hay que anotar en su haber la recuperación y reorganización de los archivos sonoros del teatro con grabaciones históricas que son auténticas joyas y que estaban mal almacenadas. Ahora están en el Centro de documentación teatral dirigido por Marina Bollaín y dependiente del INAEM.

La disminución de la edad media del público, los precios reducidos, etc. han fomentado un crecimiento enorme de la ocupación del teatro que ha alcanzado el 93%. A ello se han añadido las amplias difusiones por streaming, seguidas por más de un millón de personas.

En fin, que gracias a su empuje, la zarzuela es ya Patrimonio Cultural Inmaterial y quienes fueron grandes figuras de nuestra música han tenido sus homenajes, nombres de palcos o, como Teresa Berganza, una plaza.

Ahora, en el futuro inmediato, le espera la apertura de la Scala con “Don Carlo” -Lluis Pasqual, Netrebko, Garança…- una “Salomé” en el Colón de Buenos Aires y un “Nabucco” con Emilio Sagi. ¡Mucha suerte, Daniel!