Alfonso Ussía: «Siempre he tenido un inmenso respeto por una institución con 300 años de Historia»
«De chico, yo tenía una deformación. Que con cinco años ya leía el periódico y en cambio no tenía una conversación fluida con mi padre, que tenía más hijos y que era un hombre bastante seco. Pero un día se sentó a mi lado cuando estaba hojeando la dimisión de un ministro con el que él se llevaba particularmente mal. Y le pregunté a mi padre: ‘‘¿Ser ministro es importante?’’. Y él, que era también euskoparlante, me dijo: ‘‘Después del Rey en el exilio, de Santiago Bernabéu y del director de la RAE, el que más. Yo siempre he tenido respeto por esta institución, que tiene más de 300 años de antigüedad y que algunos críticos dicen que es el ‘‘detergente’’, porque limpia, fija y da esplendor. Y los críticos no se dan cuenta de que eso es lo que tiene que hacer una Academia: ser un detergente que limpie las voces y las palabras. Darío Villanueva es un director muy representativo de ese afán y amabilísimo. Tengo que decir a este respecto que hace no mucho critiqué en un artículo la edición profundamente hortera –a mi juicio– del Diccionario del Tricentenario. Sin embargo, ayer mismo recibí un precioso ejemplar que no debe estar a la venta y que mantiene la estética del Diccionario. Porque más tarde tendremos tiempo para comentar algunas cosas de este nuevo diccionario, porque yo pertenezco a esa clase de pesado que se lee los diccionarios, cuyo contenido tendremos tiempo de comentar en la charla que viene a continuación. Porque después de tantos políticos y, con todos los respetos, obispos y cardenales y empresarios, es un orgullo para LA RAZÓN y muy especial para quien presenta, dar la bienvenida al gran responsable del mantenimiento de la belleza y de la expansión del idioma».