Ana Campoy: «Escribir para niños te mantiene joven, es como el yoga»
Presentará hoy «La cronopandilla: el túnel del tiempo» (Montena), un libro por el que ganó el Premio Jaén de Narrativa Juvenil
Presentará hoy «La cronopandilla: el túnel del tiempo» (Montena), un libro por el que ganó el Premio Jaén de Narrativa Juvenil
Comenzó su carrera en la televisión, el cine y la radio, donde trabajó como periodista, locutora y guionista. Pero ha sido en la literatura donde esta eternamente joven autora ha encontrado su sentido de la vida y su felicidad. Ana Campoy presentará esta tarde en la Casa del Libro de Gran Vía «La cronopandilla: el túnel del tiempo», una obra por la que ha ganado el Premio Jaén de Narrativa Juvenil. Se trata de una historia de viajes en el tiempo con la que el lector puede emocionarse gracias a las vivencias de sus protagonistas.
–¿A qué se debe ese título?
–A que las pandillas a los 12 años son fundamentales. Gracias a ellas empiezas a ser autónomo, lejos de tu familia, y a buscar tu forma de ser.
–Las amistades no son iguales entre niños que entre adultos. ¿Menguan con el paso de los años?
–El tiempo es la prueba de fuego para muchas amistades, que si consiguen pasarla se vuelven eternas. La vida te enseña, porque las ilusiones y desilusiones se aprenden con los años.
–¿Qué es más fácil cambiar de instituto o de ciudad?
–Cambiar de ciudad. Yo era una de esas niñas raras que prefería quedarse en casa leyendo antes que ir a campamentos o granjas escuelas. Lo de cambiar de colegio hubiera sido para mí...
–El libro es una colección de viajes en el tiempo, pero ¿usted a qué época viajaría?
–Al futuro, porque tengo mucha curiosidad por saber qué pasará. Si hay un final quiero descubrirlo, como me pasa con las películas. El pasado ya me lo sé.
–¿Y si nos transportaran 30 años atrás?
–Iría a conocer a mis padres para ver qué opinión tenían de ciertas cosas con mi edad y para saber si nos hubiéramos llevado bien, si hubiésemos sido colegas. Yo cogería una máquina del tiempo y me iría para allá, a pasarlo bien.
–¿Por qué escribe para niños?
–Porque yo también soy una niña, al igual que muchos adultos. Nunca he dejado de leer literatura juvenil. Son las historias que me inspiran.
–¡Pero si los niños españoles no leen! Se pasan la vida pegados a los smartphones y las tablets.
–Eso no es verdad. Quienes no leen son los adultos. La franja de edad en la que más se lee es a los 10 años. Los que tienen que aplicarse el cuento y dar ejemplo son los mayores.
–Vamos, que leer es cosa de niños.
–Leer es una cosa del alma, de cada persona. No debería estar relegado a nadie en concreto. Leer es imaginar, sentir, ponerse en el lugar de otros. Leer nos hace tolerantes, porque nos ayuda a entender a otras personas.
–¿Y no leer?
–Nos hace más críticos con los que piensan de otra manera. Y más obtusos.
–Pues más del 36 % de los españoles no lee libros nunca o casi nunca...
-Por eso hay que establecer una política que fomente la lectura a todos los niveles, lo que nos enriquecería tremendamente como sociedad. Los planes de educación, en vez de cada cuatro años, tendrían que ser a largo plazo. Y estar consensuados y bien meditados. La lectura en España no se valora. Y todo lo relacionado con la infancia y la adolescencia, tampoco.
–¿Y si todos leyéramos más?
–No nos engañarían tanto, porque la gente tendría más capacidad crítica.
–¿Qué diferencias hay entre escribir para niños y para adultos?
–No hay tantas como pudiera parecer. Son dos tipos de lectores que merecen el mismo respeto. El infantil todavía no ha madurado por completo, por lo que el escritor tiene la responsabilidad de adaptar el lenguaje a su capacidad lectora y de transmitir los valores adecuados. En cualquier caso, lo primordial es que los libros entretengan.
–«Si uno es escritor, escribe siempre, aunque no quiera», dijo Carmen Laforet.
–Estoy totalmente de acuerdo con ella. No solamente se escribe con el teclado. También se hace con la cabeza. Escribir es narrar, contar historias. Y todos nos contamos historias continuamente.
–¿Escribir sobre niños rejuvenece?
–Te mantiene joven, como el yoga.
–¿Escribe más que lee?
–No. Por trabajo leo mucho. Además, a escribir se aprende más leyendo que escribiendo.
–¿Vivir de la escritura es un milagro?
–En este país es muy difícil, pero con tesón se puede conseguir. No tener una nómina a final de mes te hace espabilar y ser más creativo a la hora de buscarte la vida.
–¿Ha sido éste el premio más importante que ha recibido en su vida?
–Ha sido el primero (risas).
–¿Sería una indiscreción preguntarle qué hará con los 10.000 euros?
–Antes me preguntabas que si era posible vivir de esto. Pues el premio será parte de mi sueldo. Así va una buscándose la vida (risas).