Antonio Luque: «Le daría el poder absoluto a las mujeres»
A la altura de sus mejores trabajos, el músico presenta en Madrid «Asunción», un álbum lleno de buenas melodías y de sus clásicas letras crípticas
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A la altura de sus mejores trabajos, el músico presenta en Madrid «Asunción», un álbum lleno de buenas melodías y de sus clásicas letras crípticas.
Abrió camino en la música independiente española para que hoy haya un puñado de grupos que disfruten de algo llamado «escena». Antonio Luque (Málaga, 1970) lleva siendo Sr. Chinarro casi tres décadas y ha obtenido por ello menos éxito del merecido. En este siglo, es autor de los fundamentales «El fuego amigo» y «El mundo según», de los notables «Ronroneando» y «Presidente» y, pese a algún periodo valle, de «Perspectiva caballera» y del estupendo «Asunción», con el que regresa a su casa discográfica, Mushroom Pillow, después de todo tipo de aventuras en el mísero mercado musical estatal. Presenta estas y otras canciones en Madrid (hoy), Santander (mañana) y Boimorto (el domingo).
–¿Qué cuenta o cuál es el discurso de «Asunción»?
–Es un disco oscuro al que le hemos dado una producción de los años 80, como de los Chameleons, o de Joy Division, que a mí me gustaban mucho antes de convertirse en una especie de marca de Springfield. Sentí casi una presión de hablar de la situación no ya del país, sino de la civilización. Y como no me veo con energías de montar una revolución o ponerme detrás de una pancarta, pues le hago canciones a eso, y claro, salen siniestras. Pero no quiero asustar, son temas pop.
–¿No se atreve con las revoluciones por desconfianza con sus conciudadanos o por una derrota más personal?
–Es que los primeros que me han derrotado han sido mis conciudadanos. Desde mis compañeros de clase en la universidad hasta las reuniones de vecinos, en las que el del primero no quiere pagar por el ascensor, o uno que quiere talar todos los árboles porque no le gusta que se caigan las hojas al suelo. Eso es lo que veo, lo que me rodea, las conversaciones en la cola del supermercado o cómo se comporta la gente embarcando a un avión.
–Con la comunidad de vecinos tiene una relación freudiana.
–Es que cuando quieres saber cómo es un mineral, miras su molécula.
–Así se sabe cómo somos políticamente, por ejemplo.
–Claro. Es la célula, como la familia. Cuando oigo esa palabra, me salta automáticamente el término «mafia». No sé cómo será en los demás países, pero en el sur, en España, Piortugal Italia y Grecia... tenemos un problema.
–¿Somos culturalmente peores que los nórdicos?
–Yo tengo un conocido sueco que dice: «Allí, si no te organizas, cae la noche y te congelas». Y aquí, mira, no pasa nada. Puedes estar cuatro días de fiesta en la calle.
–Ahora que está el feminismo fuerte, ¿iría mejor todo si ellas mandaran mucho más?
–Yo les daría el poder absoluto. Todo. Directamente. Son más organizadas y más serias. No me lo pensaba. Sin cuotas, todo para ellas. Sobre las mujeres se ha ejercido una presión terrible.
–Tienen menos taras.
–Es que tenemos muchas majaderías en la cabeza los hombres. Que mujeres tontas, vagas y drogadictas hay, no se puede generalizar. Pero si me lo pides tú, lo hago.
–Con ese abismo entre sexos, ¿cree en el amor romántico?
–Yo creo en los flechazos todavía. Porque parece que hay algo, como que los genes se conectan por «bluetooth» o algo así. Y pierdes la cabeza totalmente. Yo no dejo de pensar en los seres humanos como los caballos de Troya de los genes. Y ellos mandan.
–El amor es algo físico.
–Es que lo espiritual y romántico es cultural. Es el software, lo que nos programamos. Ya en «Enhorabuena a los cuatro» me burlaba del amor ese romántico. Eso queda para el reguetón y ya.
–Ahora que menciona ese disco y el reguetón. Maluma tiene una canción que se llama «Felices los cuatro».
–Sí, he escuchado no sé qué. Uno que se ha hecho un póster con demasiadas mujeres, ¿no?
–Ha habido polémica por ese videoclip.
–Mira, me hace gracia, porque el otro día ví un colchón enorme de marca Sultán. Me reí porque claro, los sultanes necesitan camas grandes para estar con muchas mujeres. Yo qué sé. Yo nunca lo he probado, pero vamos, que como fantasía sexual es la más universal.
–Dicen que se cosifica a las mujeres y que es cosa de ser un «señoro».
–Pues yo soy un «señoro» entonces, pero esa fantasía la hemos tenido todos. No obstante, no he llegado a hacerlo nunca.
–Igual en el siguiente disco...
–Es que hoy día... con el acceso libre a la pornografía que hay... a lo mejor no tiene nada que ver con la vida real, o sí, pero en el mundo de la fantasía no sé qué problema hay. Por otra parte, todo el mundo que ha tenido poder para hacerlo lo ha hecho. Imagino que es cosa de preguntarle a las mujeres que se prestaron. A las que participaron con Maluma, ¿qué dicen? Creo que habría que preguntarles.