Arte contra el dolor
La pintora Paula Bonet y la periodista y poeta María Leach unen su talento en la exposición «No te acabes nunca»
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La pintora Paula Bonet y la periodista y poeta María Leach unen su talento en la exposición «No te acabes nunca»
El arte no es terapéutico, pero sí que ayuda a encontrar sentido y propósito a la vida. La belleza no es más que eso, exacerbar el sentido de las cosas, exaltarlo para darle valor y propósito. Necesitamos inventar esa belleza, hacerla evidente no sólo para nosotros, sino para los demás. Eso es el arte y por eso siempre ha de ser urgente, necesario, bello. Puede que no cure, pero por Dios si no da fuerza. La ilustradora y artista Paula Bonet y la poeta y periodista María Leach han utilizado esta intuición para unir su enorme talento y crear un conjunto de piezas que fusionan arte y poesía para hablar del duelo y el dolor.
El espacio Ailaic, en el corazón del Eixample, acoge hasta este domindo la exposición «No te acabes nunca» que reúne unos 15 óleos y 20 grabados de Bonet, inspirados por los versos de Leach, cuya propia experiencia con la pérdida de un ser querido le dio pie a buscar una salida al dolor y al duelo. Su propia experiencia, sin embargo, ha acabado por saltar de lo particular a lo universal y hablar así de tú a tú con el público. «Hemos intentado mostrar cómo se expresa el dolor en palabras e imágenes, y no un dolor abstracto, sino uno real, cotidiano, en un camino hacia la luz y la superación», señala Leach. Las dos protagonistas se conocieron en 2011, cuando Leach fue a hacer una entrevista a Bonet. A partir de allí se hicieron amigas y empezaron a colaborar. En noviembre de ese mismo año presentaban su primera exposición conjunta. Cuatro años después, con una Bonet ya convertida en una de las ilustradoras más buscadas y aplaudidas de la actualidad, regresan con una serie de piezas en las que Bonet vuelve a su primer amor, el óleo. «La temática de esta exposición me pedía tiempo, huir de la inmediatez de un contexto en el que todo se consume a demasiada velocidad. De ahí que retomara el óleo, que requiere un proceso de ejecución lento y mucha paciencia», comenta Bonet.
Las palabras de Leach consiguen que los cuadros tengan tres dimensiones, que conversen con el espectador, dándoles todavía más carga sensible.