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Doherty, arte con sangre entra

El polémico cantante muestra en Barcelona sus pinturas en una singular exposición que incluye obras hechas a partir de la autolesión

Doherty, arte con sangre entra
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A Peter Doherty ya no le persiguen los escándalos como cuando protagonizaba portadas en los diarios sensacionalistas británicos. Intenta ser un buen chico y eso lo ha logrado gracias a la pintura, una pasión a la que se viene consagrando desde los catorce años. El polifacético artista presentó ayer en Barcelona por primera vez sus pinturas, algo que le gusta definir como «mi diario personal». En el barrio de Sarrià, en el Espaï d'Art Puntoaparte, pueden verse sus dibujos, óleos y collages hasta el 31 de mayo. El autor no descarta poder vivir allí en ese espacio porque quiere estar rodeado de sus cuadros. Doherty, en una entrevista a LA RAZÓN, explicó que «empecé pintando en cuadernos cuando tenía catorce años. Desde 2006, expongo mis trabajos y tras Barcelona, me esperan Moscú y Nueva York». Y eso lo hace en París, donde reside desde que dejó Londres porque «quería desvincularme de ese mundo, de la droga. Seguir viviendo en Londres sería recaer en un círculo vicioso». La capital francesa también le motiva porque, «pese a que soy británico, tengo orígenes familiares rusos y franceses».

Artista premiado

El músico señala que sus inspiraciones son literarias. «Me gustan mucho Baudelaire, Rimbaud, Wilde y, sobre todo, Artaud. Hace unos años me enseñaron la producción de Basquiat y me entusiasma, pero soy más escritor que pintor». En este sentido, le gusta recordar que de adolescente ganó un premio otorgado por el British Council, además de tener publicado un libro de poemas. Por eso señala que viaja por todo el mundo con una vieja máquina de escribir, «el portátil que existía antes», dice.

Los temas en la obra de Doherty son diversos, pero su principal interés es el de explorar su yo interior. Priman los autorretratos realizados con las técnicas más diversas, incluso incorporando su propia sangre. «Antes me cortaba mucho para poder usarla, pero cada vez lo hago menos. Para mí es como un símbolo del pintor que se entrega. Los artistas verdaderos son los que pagan con sus vidas hasta el final volcando todo lo que llevan en su interior», asegura. Uno de los cuadros más llamativos es un collage a base de los diferentes retratos que le dedicaron sus admiradores. Él mismo interviene en esa pieza dibujándose. «Quería expresar mi relación con la fama y el problema de identidad que me crea. En realidad no sé quién soy y traté de buscarme entre esas imágenes», matiza. Ser una celebridad es algo que le incomoda y que ha querido también reflejarlo con la actriz Marilyn Monroe, con quien comparte protagonismo en uno de sus cuadros. «Los dos sufrimos mucho por culpa de la notoriedad que nos dio la Prensa». En otro lienzo aparece una jeringuilla con la que «quiero señalar el peligro que representan las drogas, sobre todo la heroína. Es algo de lo que quiero salir, pero ahí está. Ese cuadro no es una apología sino una manera de demostrar que estoy en contra».

Sin renunciar a la música

El pintor también explica que no renuncia a la música; lo demuestra al combinar la pintura con los conciertos. «Todo se puede mezclar. Lirismo puede encontrarse tanto en la pintura como en la música. De hecho, creo que pueden combinarse entre sí e influir una en la otra. No contemplo una disociación porque caminan completamente juntas», asegura Doherty (en la imagen).