Encuentro con Van Gogh
«Giralunas» se forma como homenaje de las nuevas generaciones a un referente ineludible, Luis Eduardo Aute
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«Giralunas» se forma como homenaje de las nuevas generaciones a un referente ineludible, Luis Eduardo Aute
«Un artista multidisciplinar comprometido con la canción... un tipo que cuenta cosas y que ha sobrevivido al tiempo a golpe de canciones y pasión. Creo que debemos mostrar respeto y admiración», Leiva. «Tiene una manera de decir las cosas muy diferente al resto, una manera de ver la belleza y una elegancia que pocos tienen», Rozalén. «Posee la capacidad de crear imágenes muy bellas, muy poéticas y a la vez muy canallas cuando él quiere», Vanesa Martín. «Siempre fue una referencia clave en el crisol musical que se escuchaba en mi casa», Xoel López. Cuando a Aute le propusieron este disco homenaje, sólo puso dos condiciones: «Que los cantantes fueran gente que le tuvieran cierto afecto –sin marketing– y que incluyera el corto “Vincent y el Giraluna”. Así nació “Giralunas”», el homenaje de una nueva generación de artistas, que, como muestran sus declaraciones, han crecido escuchando su música y admirando y respetando su persona. Ya no son los Sabina, Serrat... sino, además de los nombrados, artistas como Miguel Poveda, Depedro, Estopa, Rubén Pozo o Soleá Morente.
«Me gusta escuchar mi música en otros hecha a su manera. Yo no me gusto y cuanto menos se parezcan a lo mío, mejor», explica un Aute que a sus 71 años dice encontrarse «mejor que nunca». «He permanecido al margen de todo. Son versiones elegidas libremente que han hecho suyas de forma original y eso me gusta mucho. Me resulta apasionante escucharlas desde esa perspectiva». ¿Significa esto que su música no ha envejecido?: «Se podría entender así. Lo que me preocupa más es ser un referente porque implica una responsabilidad. Más que la admiración, valoro el respeto porque es un valor en desuso. Se está perdiendo el respeto a todo y agradezco que se tenga por mi trabajo porque yo he intentado respetarme». Algo que se gana desde la coherencia de una trayectoria: «Es la primera condición del respeto a uno mismo, pero a mí no me resulta difícil porque es lo que sale de forma natural. No sabría hacerlo de otro modo».
La segunda condición era la inclusión de un corto de 30 minutos con dibujos, guión, música y realización suyos. «Vincent y el Giraluna» es una descarga poética, la fábula de un girasol que, llevado de su curiosidad y ganas de saber, se convierte en «Giraluna» y es un homenaje a Van Gogh, el pintor de los girasoles. «Su historia es la de un disidente, un insumiso, un “rarito” que quiere hacer las cosas a su manera, que piensa que perder la inquietud por saber es dejar de estar vivo», dice Aute. Su triunfo es no perder la fe ni la curiosidad y tener criterio propio, aunque no puede estar tranquilo porque los peligros acechan. Según su autor: «Toda una metáfora de la realidad que vivimos. Son tiempos feos y difíciles, pero están ocurriendo cosas que pueden ilusionar. Hay una necesidad de cambio y ya están saliendo algunos “giralunas”, que son antisistema que el propio sistema ha creado. Porque no se puede seguir sin horizonte y sin futuro para los jóvenes y porque en algunos aspectos parece que volvemos a tiempos feudales. El poder económico y político tienen todos los derechos y nosotros crisis, epidemias y paro. Pero hay que tener fe como la tuvo el “giraluna” –prosigue–. Fe en la trascendencia, en un proyecto de vida, en los valores... En un mundo tan despersonalizado es difícil ir a contracorriente, pero es necesario y urgente recuperar el sentido de la vida, apostar por la cultura, la lucidez y el conocimiento, que es lo que nos lleva a ser seres humanos». Y concluye: «Es necesario seguir soñando. Quien no tenga sueños que tenga dueños. Y cada vez se puede soñar menos, porque la realidad es tan dura, que asusta».
El «Giraluna» y Van Gogh se encuentran y se reconocen. «Es curioso cómo, no habiendo vendido jamás un cuadro y siendo el más maldito entre los malditos –dice Aute–, “Los girasoles” es uno de los más cotizados de la Historia. Él sería la representación perfecta de un ‘‘giraluna’’, un lobo solitario que entendió pintura como una razón de vivir y una pasión, como un símbolo de la vida. Lo que aquí vemos es una metáfora de su muerte».