"Los espejos del alma"de los pintores románticos alemanes
Veinte dibujos y acuarelas procedentes del Museo Kunspalast de Düsseldorf han salido por primera vez después de treinta años de Alemania
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Caspar David Friedrich (1774-1840) fue una de las grandes figuras de la pintura del romanticismo en Alemania y con uno de sus dibujos se inicia la exposición que el Museo del Romanticismo de Madrid dedica a "Los espejos del alma. Paisaje alemán en el Romanticismo".
Veinte dibujos y acuarelas procedentes del Museo Kunspalast de Düsseldorf han salido por primera vez después de treinta años de Alemania para formar parte de la muestra, con la que se quiere rendir homenaje a los orígenes del movimiento romántico.
"En el recorrido, geográfico y temático, se propone un paseo por el paisaje alemán del siglo XIX a través de la mirada de los artistas que hicieron del paisaje un espejo del alma", señaló durante la presentación Asunción Cardona, directora del museo y comisaria de la exposición junto a Gunda Luyken, conservadora del museo Kunspalast de Düsseldorf.
En opinión de Cardona, la muestra quiere reivindicar algunas de las características estéticas más importantes del romanticismo "con valores como el subjetivismo. El artista del paisaje parte del yo subjetivo y se empieza a tener en cuenta al espectador".
Esta idea se refleja en la afirmación de Friedrich, pintor de grandes impulsos subjetivos, en la que señalaba: "El pintor no debe pintar solamente aquello que ve exteriormente, sino lo que descubre en sí mismo. Y si en sí mismo no ve nada, más vale que deje de pintar lo que tiene delante".
Otra de las principales novedades del romanticismo es que por primera vez se le otorga al dibujo protagonismo como género artístico en sí mismo. "Con anterioridad, el dibujo formaba parte del proceso de creación del artista. A partir del romanticismo se empieza a tratar el dibujo como obra de arte en si", comentó Asunción Cardona.
Las obras procedentes del Kunstpalast permiten hacer un repaso por varias escuelas artísticas. La escuela de Munich, señaló la comisaria, concede al color gran importancia destacando la acuarela, con bellos y delicados paisajes de artistas como Johann Georg von Dillis o Willhelm Alexander von Kobell.
En la escuela de Dresde existe una tendencia hacia las tintas monocromas, en una interpretación más simbólica y espiritual de la naturaleza. Su máximo representante, con el que se consagra de manera definitiva el paisaje romántico, es Caspar David Friedrich.
Entre sus seguidores destaca la figura de Carl Gustav Carus, uno de los principales teóricos del género del paisaje poco conocido en España.
El tercer centro importante es el de la escuela de Berlín, cuya figura más destacada es Carl Blechen. Uno de los escenarios predilectos es la ruina gótica, que se convierte en emblema del movimiento romántico.
Por último, en la escuela de Düsseldorf, los artistas más representativos son Carl Friedrich Lessing y los hermanos Andreas y Oswald Achenbach, en cuyas obras se integra lo narrativo con la naturaleza.
Además del recorrido geográfico, a través de las distintas escuelas presentes, existe un recorrido cronológico a lo largo de todo el siglo XIX: desde artistas aún dentro de la tradición artística del siglo XVIII hacia una mirada más objetiva y realista.
En la escuela de Dresde el tránsito lo marca Adrian Ludwig Richter, que realiza escenas de género inspiradas en cuentos y canciones populares germanas, un mundo mágico y fantástico también muy del gusto romántico.
Además, muchos pintores alemanes viajaron a Italia para completar su formación artística dejándose influir por la visión del paisaje italiano, como se observa en alguna de las obras expuestas.
Se cierra este recorrido "con una acuarela muy peculiar", de Adolf von Menzel, "que da inicio a otro movimiento estético, el realismo", según la comisaria de la exposición que permanecerá abierta hasta el 31 de marzo.