Los vínculos entre teatro y artes plásticas, a través de la colección Goetz
La mayor exposición de la Colección Goetz en España, una de las colecciones de arte contemporáneo más importante del mundo, llega a la Sala de Arte Santander.
”Todo el mundo es un teatro y todos los hombres y mujeres meramente actores”. En torno a esta afirmación de Shakespeare en su comedia “Como gustéis” gira la exposición que revela los vínculos entre teatro y artes plásticas a través de la Colección Goetz, una de las más importantes del mundo.
La muestra plantea un dialogo entre el arte contemporáneo y las artes escénicas en un atractivo recorrido por la Sala de Arte Santander de Boadilla del Monte (Madrid), en el que el comisario Karsten Löckemann ha seleccionado más de noventa obras de 27 artistas de la colección creada por Ingvild Goetz, la más importante de Alemania y entre las diez más reconocidas a nivel mundial.
El poder que el teatro y las artes escénicas han ejercido sobre los artistas plásticos se refleja en fotografías, vídeo arte, instalaciones, esculturas y pinturas seleccionadas por Löckemann con el fin de mostrar que “el escenario sigue actuando, aún, en nuestra sociedad multimedia, como un resorte o una fuente de inspiración en las artes plásticas”.
Su intención ha sido que las obras “conduzcan al espectador de una manera u otra a este diálogo entre arte y teatro, y que esta selección tan interdisciplinar sea capaz de trasladarlo a otra realidad”.
De manera introductoria en este camino se exhibe el misterioso tríptico de Michael Kunze titulado “Vormittag” (La mañana), de casi seis metros de largo por más de tres de ancho, en el que veinticuatro figuras fantásticas, casi oníricas, se funden con el entorno creando un mundo a caballo entre la ensoñación y la realidad.
Delante de esta obra, seis esculturas de bronce de Jonathan Meese muestran criaturas fantásticas y personajes extraídos del mundo del cómic y de los videojuegos.
La fotografía es protagonista especial del recorrido con 42 piezas de artistas como Stan Douglas, Jeff Wall y Rodney Graham, los tres grandes representantes de la llamada Escuela Conceptual de Vancouver.
También esta presente Hiroshi Sugimoto, que ha retratado salas de cine de los inicios de la cinematografía como si fueran espacios sagrados; Candida Höfer, quien durante años ha fotografiado grandes salas de ópera y teatro desiertas, así como la norteamericana Nan Goldin con su fascinante mundo de las “drag queens”.
Otro de los géneros más representados es el vídeo arte. Ulrike Ottinger, figura emblemática del Nuevo Cine Alemán, recrea en su película “Freak Orlando” un teatro del mundo inspirado en la novela homónima de Virginia Woolf, y la estadounidense Matthew Barney, en “Cremaster 5”, crea una epopeya operística en cinco actos.
El belga Hans Op de Beck, con su film “Staging Silence”, la norteamericana Catherine Sullivan, que se apropia en “Big Hunt” de fragmentos de películas clásicas de Hollywood, y Candice Breitz, con una reflexión sobre los medios de comunicación de masas, figuran también en este apartado.
En el área de las instalaciones destaca la propuesta de Janet Cardiff & George Bures Miller que han creado un teatro para un único espectador, así como la tarima de baile desierta de Elmgreen & Dragset o su camerino vacío, con una soga colgada del techo, una rosa marchita y una nariz de payaso.
Lothar Hempel y Hans-Peter Feldmann juegan con el espacio como escenario de sus múltiples figuras. En la instalación de Hempel aparecen personajes extraídos de la obra “Los veraneantes” de Máximo Gorki, y la de Feldmann recuerda a un pequeño teatro de sombras.
“Rondo”, de Zilla Leutenegger, es una de las piezas más poéticas del recorrido. En ella la artista analiza el tiempo y el movimiento a través de una videoinstalación en la que la sombra de la propia creadora se proyecta mientras toca el piano, creando un juego de planos visuales.
En “Vitruvian Figure”, Paul Pfeiffer realiza una reproducción a escala del antiguo estadio de Wembley.
La pintura tiene menor presencia pero cuenta con ejemplos como los delicados cuadros de Hiroshi Sugito y la obra en la que de Matthias Weischer muestra su pasión por los decorados, los patrones y la perspectiva.
Los imprescindibles títeres y muñecos están presentes en piezas de Laurie Simmons, del austríaco Markus Schinwald y de Asta Gröting.
Para finalizar el recorrido el comisario ha seleccionado “Trough the Green Door”, en la que el artista Johannes Wohnseifer deja la puerta abierta para que el visitante decida si ser actor o espectador de este teatro que es el mundo.
Con una colección con más de 5.000 obras en sus fondos, Ingvild Goetz manifestó su particular interés por el arte actual, “evitando las corrientes dominantes y fijándome en aquellos artistas a los que se presta menos atención así como en las mujeres creadoras”. Efe