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arte
Tres mujeres bebiendo arte
Julieta de Haro nos recibe en CentroCentro junto a la pintora Elena Ksanti para hablar sobre arte y artistas

Hay veces que, al final de la tarde, se tiene la sensación de que los pulmones se han ensanchado con el aire que se ha respirado en el ambiente por las partículas de arte que hemos inhalado, por lo que nuestra mirada ha podido captar, por lo que nuestra anfitriona ha sabido explicarnos a partir de su experiencia y sus amplios conocimientos.
Julieta de Haro nos recibe en CentroCentro, un espacio del que es directora, y que se encuentra incluido en el Palacio de Cibeles de Madrid que, en otro tiempo, fue la central de Correos, edificio que hoy acoge la Alcaldía, un ejemplo destacado de la arquitectura del neoplateresco, con toques de un estilo renacentista español. Cabe señalar la belleza de las vidrieras y de la cúpula y de los puentes tendidos de un lado al otro del edificio, desde donde se contempla en toda su amplitud la ampulosidad del mismo.
Julieta, la pintora Elena Ksanti y yo comenzamos el recorrido por el tercer nivel, donde se exhibe una gran antología de Rafael Canogar, y de esta forma fluye la charla.
Marina: ¿Existe un país idóneo para formarse en arte?
Julieta: Pienso que cualquier país te ofrece colecciones y foros interesantes para formarte en arte, depende de lo que persigas o cuales sean tus intereses artísticos. España atesora grandes pinacotecas con colecciones excepcionales que van desde arte antiguo a contemporáneo. El artista actual necesita estar presente en mercados internacionales que le ofrezcan credibilidad y mantengan su cotización, por ejemplo.
Marina: Elena, ¿cómo han influido tu origen multicultural y tu educación en EE UU en su visión artística?
Elena: Mi experiencia multicultural me ha permitido ver el arte como un lenguaje universal que trasciende fronteras. Crecer en un entorno diverso y luego estudiar en los Estados Unidos me brindó una perspectiva amplia sobre diferentes estilos, corrientes y formas de expresión. Gracias a mi educación en EE UU, aprendí a valorar la experimentación y la libertad creativa, mientras que mi identidad multicultural me ha permitido fusionar en mi trabajo influencias de distintas tradiciones.
Marina: Julieta, ¿es el arte algo que tiene que nacer con la persona, formar parte de su ADN, o también puede ser una fascinación adquirida o una profesión hasta la que se llega por cuestiones miméticas?
Julieta: Creo que es fundamental la familia y el lugar donde naces. El arte, la dedicación al arte es vocacional, pertenece al mundo de la percepción y la sensibilidad. En concreto ser artista necesita de una fuerte vocación para poder resistir los altibajos que conlleva la profesión.
Marina: Julieta, ¿cómo comenzaste a involucrarte en la organización de exposiciones y en el coleccionismo?
Julieta: Mi padre y mi madre eran apasionados del arte contemporáneo y nos inocularon a mi hermano y a mi ese gusto, vivíamos en París en un momento muy dinámico para el arte y el tejido artístico, y mi inicio en la gestión cultural fue a los 25 años de la mano del escultor Martín Chirino en el Círculo de Bellas Artes, donde era presidente, yo me convertí en su asistente, aprendí gestionando algunos asuntos de sus exposiciones internacionales que realizaba. Más tarde, en el CAAM (Centro Atlántico de Arte Moderno), entré en el departamento de exposiciones, aunque seguí siendo asistente de Martín Chirino, entonces director del centro. Fue una persona muy interesante y especial de la que aprendías mucho a través de sus observaciones sobre el arte y también sobre la vida.
Marina: Elena, ¿qué te inspiró a participar en la escena artística española?
Elena: España tiene una historia artística increíble, cuya riqueza visual y cultural siempre me ha fascinado. Desde los grandes maestros como Velázquez y Goya hasta el surrealismo de Dalí y Miró, la conexión entre la historia y la modernidad en el arte español es única. También me atrae cómo el arte en España se vive en las calles, en la arquitectura y en la forma en que las personas se relacionan con la creatividad.
Marina: ¿Cómo crees que percibe el público español tu arte?
Elena: En España, me han recibido con mucha calidez y entusiasmo. Me sorprende lo abierta que es la audiencia a nuevas propuestas y su búsqueda de una conexión emocional con el arte. Valoran la autenticidad y la experimentación, lo que me motiva a seguir explorando nuevas técnicas y formas de expresión.
Marina: Julieta, ¿qué aspectos son esenciales para el éxito de una muestra?
Julieta: Es muy difícil determinarlo, pero yo diría que lo importante es que la obra del o de los artistas sea solvente, que tenga interés conceptual y formal, que tenga fundamento, que denote experimentación, investigación, autenticidad, relato personal y que el o los artistas tengan un recorrido continuo y coherente.
Marina: ¿Cómo ves el futuro del arte en la era digital?
Julieta: Podríamos decir que el futuro respecto a la era digital ha comenzado, aunque por el momento son herramientas que se suman a la creatividad humana del artista. Pienso que va a depender de cómo evolucione el concepto “creatividad”, por el momento es una capacidad humana que no sabemos si finalmente podrá ser traspasada a un ámbito cien por cien robótico, aun así, pienso que el hombre no se resistirá a expresarse creativamente.
Marina: En nuestros días, ¿es difícil comenzar desde cero y abrirse camino en el mundo del arte? ¿se puede vivir del arte?
Julieta: Empezar de cero en cualquier actividad creativa requiere de un gran esfuerzo personal y una gran vocación. Vivir del arte es un tema que depende de muchos factores, actualmente en torno a un 15% de artistas vive del arte en España, esto aumenta en países donde el mercado del arte es más fuerte.
Marina: Elena, ¿qué consejo darías a los jóvenes artistas que desean integrarse en la comunidad artística internacional?
Elena: Les aconsejaría que sean auténticos y que no teman explorar su propia voz. Es importante conocer diferentes culturas y corrientes artísticas, pero siempre manteniendo su identidad. También es fundamental construir una red de contactos, participar en exposiciones, ferias y residencias artísticas, y estar abiertos a nuevas oportunidades.
Y así, repasando la obra de los más jóvenes en la primera planta del edificio, discurre la tarde, bebiendo arte, mientras en la calle llueve mansamente y sin descanso.
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