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El Festival de Berlín castiga a la extrema derecha y veta al partido AfD

La Berlinale ha retirado la invitación de estos políticos tras las protestas de más de 200 figuras del sector
Berlinale posters promote upcoming film festival in Berlin
Berlinale posters promote upcoming film festival in BerlinCLEMENS BILANEFE

Madrid Creada:

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Política y cultura: ¿mejor juntas y revueltas o cada una por su lado? El eterno debate. Se retroalimentan casi tanto como se repelen, y quizá en ello resida la esencia de la creación y del progreso. O quizá sean su tormento. Sea como fuere, la Berlinale lo ha tenido claro: mejor separarlas para prevenir protestas. Quieren una edición pacífica, y no habían comenzado con buen pie. Entre el jueves 15 y el domingo 25 de febrero, se celebra en la capital alemana la 74ª edición del Festival Internacional de Cine de Berlín, comúnmente conocido como la Berlinale. Al anunciar su organización que miembros del partido de ultra derecha AfD asistiría a la gala inaugural, más de 200 figuras del cine alemán se pronunciaron y realizaron fuertes críticas. Un rechazo que ha provocado que el Festival de marcha atrás: anuncia que ha cancelado la invitación a políticos de Alternativa para Alemania (AfD).
Según los medios de comunicación alemanes, han sido Mariette Rissenbeek y Carlo Chatrian, quienes dirigen el certamen, los encargados de lanzar un comunicado: "Especialmente a la luz de las revelaciones que se han hecho en las últimas semanas sobre posiciones explícitamente antidemocráticas es importante adoptar una postura inequívoca a favor de una democracia abierta", sostienen. Justifican la decisión, que va más allá de las críticas del cine alemán: citan informes de AfD en el que estudian planes de deportación masiva, un "plan maestro" que busca deportar a millones de personas de ascendencia migrante, incluidos ciudadanos con pasaporte alemán pero supuestamente "no integrados". Un proyecto que despertó la reticencia de la población y unas protestas contra un partido que, sin embargo, continúa en auge.
"La discusión actual volvió a dejar muy claro hasta qué punto el compromiso con una sociedad libre y tolerante y contra el extremismo de derechas forma parte del ADN de la Berlinale", escribieron, y reivindican que "el festival ha señalado en repetidas ocasiones que observa con preocupación cómo el antisemitismo, el resentimiento anti musulmán, el discurso del odio y otras actitudes antidemocráticas y discriminatorias van en aumento en Alemania".
Entre los invitados de AfD figuraba la presidenta regional de Berlín, Kristin Brinker, así como el secretario general parlamentario, Ronald Gläser. Esto suscitó críticas tanto de la sociedad alemana como de los propios integrantes de la comunidad cinematográfica, quienes formularon una carta abierta a la Berlinale, en la que mostraban su "indignación", calificando dichas invitaciones de "un ejemplo más del ambiente hostil e hipócrita al que se enfrenta el arte y la cultura en Berlín y Alemania2.