Viena

Beethoven como debe ser

«Fidelio». De Beethoven. Solistas: Clemens Unterreiner, Falk Struckmann, Lance Ryan, Anja Kampe, Walter Fink, Valentina Nafornitâ, Norbert Ernst. Director: Adam Fischer. Director de escena: Otto Schenk. Staatsoper de Viena. 6-IV-2013.

La Razón
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La producción de Otto Schenk para «Fidelio» es un alarde de adecuación al libreto, a la época y al estilo, con una cárcel que, además de parecerlo, tiene unos aires verdaderamente andaluces. Lástima que en la última escena, cuando se vuelve al exterior para la entrada de Don Fernando y se baja el puente levadizo, el fondo sea tan gris y no aparezca, no ya el paisaje sevillano, sino por lo menos un cielo claramente mediterráneo.

Por lo demás, todas las escenas funcionan a la perfección y la dirección de actores es bastante convincente, a excepción de los movimientos del coro de prisioneros, demasiado forzados y poco naturales y espontáneos, tanto en el primero como en el segundo acto. El brillante reparto estaba encabezado por la soprano Anja Kampe como una Leonore de excelente línea canora, gran emotividad y espectacular emisión en una recreación fiel del personaje. Lance Ryan, por su parte, tiene la prestancia y el volumen adecuado para el exigente papel de Florestan, aunque su emisión quedó algo estridente en el registro agudo.

Fischer, muy ajustado

Falk Struckmann modeló un excelente Don Pizarro, con el volumen adecuado, una línea sobresaliente y una perfecta adecuación al personaje, al igual que el también experimentado y veterano Walter Fink como un Rocco de manual. Sorprendente la calidad canora e interpretativa de la joven Valentina Nafornitâ como Marzelline, con una línea vocal realmente admirable, y muy adecuado el Jaquino de Norbert Ernst. Pero, una vez más, merece ser destacado el extraordinario coro de la ópera, con una emocionante actuación de enorme nivel, y muy especialmente la Orquesta de la Staatsoper de Viena, que en este título tan sinfónico consigue unas prestaciones increíbles tanto en la conjunción sonora como en la calidad del sonido en todas las familias –muy especialmente en las cuerdas y los metales–, además de contar con una dirección especialmente ajustada a lo que se espera de esta magnífica partitura beethoveniana a cargo del Adam Fischer, que fue el más aplaudido de la velada junto a la Leonore de Anja Kampe.