«La Callas se sacrificó por un imbécil»
Marina Abramovic lleva al Liceu su personal mirada sobre la gran diva de la ópera
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A lo largo de su vida, Maria Callas supo seducir a públicos de todo el mundo gracias no solamente a su prodigiosa e inevitable voz, sino también por su personal manera de interpretar partituras de Puccini, Bellini o Bizet. Sin embargo, hubo un auditorio que se le resistió hasta el punto que fue una única vez la que actuó en él. Fue el 5 de mayo de 1959 cuando se subió al escenario del Gran Teatre del Liceu, en Barcelona. La gran diva ofreció un recital en el que interpretó obras menores y que recibió críticas y comentarios algo desiguales. Callas ha sido, por tanto, una asignatura pendiente para este centro de la lírica. El Liceu intenta ahora pagar esa deuda a lo grande, de la mano de una de las más importantes artistas contemporáneas como es Marina Abramovic. El jueves, el viernes y el sábado, la artista serbia presenta el espectáculo «7 Deaths of Maria Callas», una aproximación a la mujer y al mito en la que se dan la mano la «performance» y la videocreación, pero sin olvidar la música, especialmente aquellas arias que se convirtieron en icónicas en la voz de aquella grandiosa cantante.
Abramovic habló ayer de un proyecto que ha podido verse en Múnich, Berlín, Ámsterdam, Nápoles y París. Junto con el director artístico de la institución, Víctor Garcia de Gomar, la artista explicó cómo nació su fascinación por la Callas. «Mi fascinación nació con 14 años, estando con mi abuela escuchando la radio en la cocina mientras desayunaba. Empecé a llorar. Fue muy emocionante escucharla. Pregunté quién es esa voz que estaba escuchando y me dijeron que era Maria Callas la que sonaba en la radio. Desde entonces tuve que saber quién era, quién tenía esa voz llena de emoción por como cantaba y ya nunca me ha abandonado la admiración que siento por ella. Me he leído todas las biografías, escuchado todas sus óperas, pero no tuve la oportunidad de conocerla», explicó la artista.
En 1989 empezó a trabajar en un proyecto alrededor de la vida. La idea era, con la participación de siete directores cinematográficos diferentes, aproximarse a la Callas, una idea que Abramovic definió como «alocada». Pese a sus reuniones con realizadores de la talla de Roman Polanski, el proyecto no pasó del papel y de varias reuniones. «Fue algo que me llevó muchos años para luego no pasar nada», reconoció esta creadora.Cuando parecía que la posibilidad de trabajar sobre la Callas se había desdibujado completamente en su horizonte, en 2017, Nikolaus Bachler, responsable de la Ópera Estatal de Baviera, le escribió una carta en la que invitaba a Marina Abramovic a crear un espectáculo operístico. «Le hablé de mi proyecto sobre Callas. Me miró durante tres minutos y me dijo adelante», apuntó. Con la crisis sanitaria, la artista trabajó más y más en el proyecto de adentrarse en las siete muertes de Maria Callas. Lo que subirá el telón en el Gran Teatre del Liceu intenta mostrar las dos caras de la cantante, los aspectos que de ella interesan a Abramovic. «Me fascina la mezcla entre una fortaleza increíble y una gran fragilidad. Ella era las dos dimensiones. Cuando dejaba de cantar, cuando saludaba al público era un momento mágico. Se volvía un pajarillo pequeño y frágil. Creo que mi vida es un poco lo mismo. Soy una guerrera, que tira siempre hacia adelante, pero soy como una niña frágil», comentó durante su encuentro ante los medios.
Tragedia de una diva
En esta búsqueda de la persona y el mito, la artista ha intentado verlo todo, estudiar aquellos materiales que la han ayudado a dibujar su retrato sobre esa voz. Eso ha hecho que en alguna ocasión se haya irritado ante lo que se le ofrecía. Eso es lo que pasó con un documental, «Maria by Callas», muy celebrado y premiado que recuperaba algunas entrevistas del icono de la lírica por excelencia. «Me enfadé mucho porque viendo ese documental tenías la impresión que solamente quería ser una ama de casa, estar casada con Onassis y tener hijos con él. Eso es algo inaceptable cuando tienes el talento y el tono que tenía ella. ¿Cómo es que solo aspiraba a eso y sacrificó su vida por un imbécil?», se preguntó.
El multimillonario griego es uno de los principales nombres en la leyenda y la tragedia de Maria Callas. Abramovic encontró cierto paralelismo entre ella y la diva en lo referente a su manera de ver el amor, aunque con matices porque «ella murió por tener el corazón roto por Onassis y yo también estuve a punto de morir por un desamor. Lo único que me salvó fue el trabajo, mientras que a Callas, no». Además de la artista serbia, en esta producción se cuenta con la participación de siete sopranos en escena que serán Gilda Fiume (Violetta Valéry), Vanessa Goikoetxea (Floria Tosca), Benedetta Torre (Desdemona), Antonia Ahyoung Kim (Cio-Cio-San), Rinat Shaham (Carmen), Leonor Bonilla (Lucia Ashton) y Marta Mathéu (Norma). Otro aspecto importante en este montaje, aunque no estará en vivo sobre el escenario del Liceu, es la interactuación en piezas de videocreación entre Marina Abramovic y el actor Willem Dafoe.