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«First man»: La cara oculta del hombre de la Luna

Ryan Gosling da vida a Neil Armstrong en un «biopic» dirigido por el aclamado Damien Chazelle («La La Land») que «lanza al espectador al espacio» junto a un astronauta que renegó de la etiqueta de héroe.

«First man»: La cara oculta del hombre de la Luna
«First man»: La cara oculta del hombre de la Lunalarazon

Ryan Gosling da vida a Neil Armstrong en un «biopic» dirigido por el aclamado Damien Chazelle («La La Land») que «lanza al espectador al espacio» junto a un astronauta que renegó de la etiqueta de héroe.

Atendamos primero al título. El nombre de una película puede ser simplemente enunciativo, a veces anecdótico o a menudo evocativo. Pero en ocasiones, y ésta es una de ellas, se trata de una declaración de intenciones que dice mucho de la filosofía del director y su perspectiva ante la historia que pretende narrar. La hazaña de los primeros astronautas que pusieron un pie en la Luna –quizá el acontecimiento más trascendental del siglo XX– puede ser contada de muchas maneras, como todo, pero de entrada la épica es el tono que más le cuadra en el imaginario del público. La «americanada», incluso, con gran despliegue de fanfarrias y banderas al viento. Pero «First Man (El primer hombre», y aquí volvemos al título, opta, sin obviar la hazaña histórica, por centrarse de manera íntima en el ser humano que por vez primera dio aquel «gran salto para la humanidad». O, como dice Ryan Gosling, que encarna a Neil Armstrong en el filme, por «desvelar al hombre detrás del mito». Pues, más allá de ese paseo lunar que se vio por televisión en todo el mundo aquel 21 de julio de 1969, Armstrong fue alguien poco conocido, por esquivo, introvertido y refractario a ser etiquetado como héroe. Así pues, la idea del equipo de «First Man» pasaba por explicar, según Gosling, cómo alguien que se prepara para surcar el espacio hacia un destino nunca antes hollado «regresaba luego a casa con su familia y sacaba la basura». Ahí entra la relación con Janet, su esposa, y el trauma por la muerte de su hija Karen, con solo tres años a causa de un tumor cerebral, que se convierte en una de sus motivaciones para superarse profesionalmente.

Con la venia de la familia

Para entrar en la intimidad de este tipo que arrancó su carrera como piloto militar y acabó pisando la Luna en cierta manera por descarte, debido a las numerosas bajas de astronautas en misiones previas, Gosling contó con las facilidades de los herederos de Armstrong, que le permitieron acceder a su intimidad. «Los hijos han estado involucrados y tuve la suerte de conocer a Janet y de visitar la granja en la que creció Arsmtrong. Para mí el mayor orgullo de hacer esta película es que sus hijos la hayan aprobado».

Gosling, afirma, nunca fue de esos niños que soñaban con ir a la Luna. «Yo tenía tres años cuando ocurrió lo del Challenger –el transbordador que se desintegró con 7 pasajeros a bordo en 1986–, así que tuve una sensación de tragedia alrededor de los viajes espaciales». Con todo, no ha tenido reparos en meterse de lleno, varios meses, en un viaje fílmico muy realista, y es que el diseño de las naves y los simuladores en los que viajaban y ensayaban los astronautas ha sido minucioso y «a veces pasábamos seis y ocho horas en esos cacharros, escuchando además las grabaciones de Armstrong». La película, de hecho, reproduce numerosas conversaciones de los dos tripulantes del Apollo 11 con la NASA. La claustrofobia es uno de los puntales más destacados por la crítica. Y es que «First Man» aspira a integrar al espectador en los espacios que Armstrong experimentó. «Queríamos que la audiencia lo viviera desde dentro, literalmente lanzarles a la atmósfera», explica el actor.

La cinta se estrenó en el Festival de Venecia, certamen que de hecho inauguró. Las expectativas en torno a ella eran más que altas desde que se supo que Damien Chazelle, el nuevo niño prodigio de Hollywood, se encargaría de un «biopic» del astronauta. Chazelle emergió con solo 29 años como director de «Whiplash», una cinta sobre la obsesión por la música de un joven bateria y su controvertido profesor que logró colarse en la terna de candidatos a mejor película en los Oscar. Luego, dos años después, le llegó la consagración por todo lo alto con «La La Land», donde colaboró por primera vez con Ryan Gosling. El musical logró 6 premios de la Academia de un total de 14 nominaciones, las mismas que en su día cosecharon «Titanic» y «Eva al desnudo». Además, recaudó 445 millones en todo el mundo. Qué camino tomaría Chazelle tras tocar con las manos las estrellas era una de las preguntas que «First Man» planteaba de entrada y la acogida en Venecia fue menos triunfal de lo esperado. Fuera del ámbito de la música, en la que ha forjado su estilo, este «biopic» suponía todo un reto para el norteamericano. A partir de ahora se sabrá si el público respalda esta aventura espacial de 60 millones de dólares de producción (el doble que «La La Land»).

¿Antipatriótica?

Quien seguro no abonará su entrada para «First Man» será Donald Trump. El presidente norteamericano se quejó del «antipatriotismo» de la cinta por no reflejar en sus dos horas y 18 minutos de metraje el momento en el que Armstrong y Aldrin clavan la bandera norteamericana en la Luna. Esta omisión no ha pasado en absoluto desapercibida en Estados Unidos y ha generado una polémica que puede afectar a los ingresos del filme después de que varios cargos políticos republicanos afearan la ausencia de la bandera y hasta Aldrin lanzara un tuit con la instantánea que «First Man» omite y el hashtag «orgulloso de ser americano». Damien Chazelle y Ryan Gosling se han abrazado desde entonces al mantra de que, por una parte, la misión del Apollo 11 fue un logro de la humanidad y no solo norteamercano y, por otro, que, como dice el actor, quienes hablan de ésta como una cinta antipatriótica «es que no la han visto».

Por otra parte, el intérprete asegura estar impresionado por el «sacrificio de cientos de personas para llegar a la Luna», un hito que desde 1972 no ha vuelto a repetirse y un debate que sigue en el aire después de que numerosas voces pidan una expedición a Marte. ¿Vale la pena? «First Man», alejada de la épica facilona, no oculta el drama en vidas y el elevado coste económico de la carrera espacial, pero deja al espectador responder la pregunta de si vale la pena conquistar otros planetas.

Lo que queda claro, al menos para Gosling después del rodaje, es que las dudas conspiranoicas sobre una hipotética filmación en la Tierra de la llegada a la Luna –rodada por Stanley Kubrick según el documental jocoso «Operación Luna» (2002)– no tienen sentido. «La gran cantidad de pruebas ganan a los más escépticos», asegura. En cualquier caso, ese no es el cometido de este «First Man» que es, ante todo, un retrato lo más íntimo posible de una hazaña de magnitudes colosales.