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James Wan: «Soy especialmente bueno en el cine de terror»

El director acierta de pleno con esta nueva entrega, un taquillazo en Estados Unidos que ha conseguido asustar de verdad. Vera Farmiga y Patrick Wilson repiten como el matrimonio de parapsicólogos Warren
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El director acierta de pleno con esta nueva entrega, un taquillazo en Estados Unidos que ha conseguido asustar de verdad. Vera Farmiga y Patrick Wilson repiten como el matrimonio de parapsicólogos Warren
Alas 6:45 a.m. del 21 de septiembre de 2015, quince minutos antes del inicio oficial del rodaje de «Expediente Warren: El caso Enfield (The Conjuring)», el sacerdote Steven Sanchez, exorcista de la Iglesia Católica Romana de Albuquerque (Nuevo México, EE UU) y amigo personal de la demonóloga Lorraine Warren, bendijo a los actores y al equipo de la película en el plató 4 de los estudios de Warner Bros, en Burbank (California, EE UU). El sacerdote extendió la invitación a todos aquellos asistentes que deseasen una bendición personal. Después se desplazó por el plató utilizando agua bendita y aceite de unción para purificar cada una de las salas que conformaban el decorado principal. Es mejor no arriesgarse cuando haces una película sobre una posesión documentada. Entonces, y sólo entonces, se pudo decir: acción.
El director James Wan regresa con una secuela de «Expediente Warren: The Conjuring», que en 2013 cosechó el mejor estreno de la historia de una película de miedo. Recaudó más de 319 millones de dólares en todo el mundo y sigue ocupando el segundo lugar en la lista de mejores cintas de su género tras «El exorcista». De momento, la nueva entrega ya se ha convertido en la nueva reina de la taquilla estadounidense. El fin de semana de su estreno recaudó 40,4 millones de dólares, una cifra muy cercana a los 41,9 millones con los que debutó la primera cinta. La nominada al Oscar Vera Farmiga («Up in the Air») y el actor Patrick Wilson retoman sus papeles de Lorraine y Ed Warren, los investigadores paranormales de la vida real que adquirieron fama en Estados Unidos en los setenta.
La cinta comienza con una breve mirada al caso Amityville, donde una familia fue brutalmente asesinada en una casa. El autor del terrible crimen aseguró que era porque voces satánicas le obligaban. Los inquilinos que ocuparon después la vivienda huyeron, asegurando que en el lugar ocurrían sucesos paranormales. Cuando los Warren iban saliendo de ese complicado suceso, la Iglesia les pide ayuda para saber si otro caso en Londres es real o un engaño: Peggy Hodgson y sus cuatro hijos son atormentados por extraños sucesos en su casa y Janet, de 11 años, comienza a ser poseída.
El episodio es mundialmente famoso y de hecho, «The Enfield Haunting», una miniserie británica, se ha estrenado recientemente haciéndose eco de dichos sucesos por más que en su día hubiera quien los calificara de fraude.
- Cambio de género
«De todos los casos que investigaron en su carrera, Enfield es uno de los más convincentes... y aterradores», afirma Wan. Sin borrar la sonrisa de su cara y con una llamativa camisa nadie diría que se trata de uno de los directores de terror más aclamados del momento. «Me divierte hacer otras cosas completamente distintas. Por eso acepté ‘‘The Fast and the Furious 7’’ (la mítica saga de acción). Lo que ocurre es que al parecer en este género soy especialmente bueno», recalca. «No paro de imaginar escenas de miedo», explica con una risa contagiosa. El realizador asegura que, más que en fantasmas, cree en la espiritualidad. Aunque no duda ni por un momento de la historia de los Warren. Como ocurrió en la primera entrega, Lorraine Warren (Ed murió en 2006), acudió al set del rodaje, al igual que Janet Hodgson. «Pasara lo que pasara, esta gente sufrió muchísimo. Les preguntábamos con mucho respeto porque sabemos que lo pasaron realmente mal», matiza.Respecto a Lorraine, Wan asegura que se trata de una mujer «muy especial». «Cuando llegó al set me empezó a mirar raro... yo la dije “no me leas, por favor”... me daba mucho respeto... ella dijo que sentía algo extraño. Le dije que era un set de rodaje no una casa real, pero sí es cierto que todos los muebles eran de anticuario y había una consola que le transmitía algo particular», matiza.
Quitando la anécdota, el director siempre intenta crear un ambiente «divertido» en el equipo y que, de momento, asegura no haber vivido ningún episodio paranormal. «Bueno quizá yo no soy muy normal porque tengo la famosa muñeca de la primera película metida en mi armario. La verdad es que sí da un poco de miedo, con las muñecas pasa eso. No hace falta ni que hablen. Tan sólo que se queden mirándote», matiza. El productor Peter Safran consideró que el escenario de Enfield era sucesor natural de la historia de la primera entrega, en parte debido a que era «uno de los ejemplos más conocidos de posesión sobrenatural documentada, pero también porque las circunstancias permitían garantizar que la película tenía una apariencia y un ambiente diferentes a la anterior». El Londres de 1977, con las huelgas de mineros y el nacimiento del movimiento punk, era algo completamente distinto para los Warren.
Por otra parte, otro de los elementos únicos de esta historia es «el escepticismo en cuanto a estos sucesos». ¿De verdad estaban pasando esas cosas? La policía estaba implicada, los periodistas, los fotógrafos... Después de un tiempo el municipio llegó a concebirse en un circo. Incluso hubo un ventrílocuo que comprobó si la niña estaba fingiendo la voz. «Mientras que en la primera película, la geografía era recóndita, una granja en medio de la nada, ésta tiene lugar en una vivienda social de una gran ciudad, así que los vecinos viven cerca y hay tráfico. Simplemente por el tipo de escenario, la gente que vive cerca está más expuesta a lo que pasa en esta casa», sostiene Wan.
Con todo, una de las peculiaridades más aterradoras de la cinta es que, en esta ocasión, el ente no solo posee a la familia: sea lo que sea, también ataca directamente a los Warren. Antes de que ellos llegasen a la casa ya habían acudido la parapsicóloga alemana Anita Gregory, interpretada por Franka Potente, y el investigador británico de sucesos paranormales Maurice Grosse, al que da vida Simon McBurney. «Cuando Ed y Lorraine vinieron a casa sentí por primera vez algo de sosiego al saber que habían llegado para intentar ayudarnos», cuenta Janet Hodgson Winter, la mujer de la familia Hodgson que más sufrió cuando tenía unos 11 años. Ella, que fue la primera poseída, hizo de asesora de la película.
Por su parte, Wilson asegura que aunque nunca llegó a conocer a Ed Warren ha sido capaz de lograr a entenderle por todo el tiempo que pasó con Lorraine. «Le preguntaba muchas cosas de cómo reaccionaría con esto y con aquello. Quise centrarme más en la parte humana de su relación. Sin buenos personajes, sin buenas historias, no hay buenas películas. Independientemente que sean de terror o no, las películas tienen que trabajar las relaciones entre los personajes. Y en esta película buscábamos incluso más esos momentos de la vida que definen a los Warren de la vida real», matiza.
En «Expediente Warren: The Conjuring», el personaje de Wilson era el protector, pero a Wan le gusta que esta vez hayan cambiado las tornas. «Ahora ocurre lo contrario: es Lorraine la que tiene miedo y se preocupa por lo que pueda pasarle a Ed, y me encanta su dinámica y cómo Patrick interpreta a este hombre práctico, casi intrépido, que haría cualquier cosa por proteger a su mujer y ayudar a esta familia», matiza. Quizá en esta ocasión, puede que para ello deba dar todo lo que tiene.

La taquilla, embrujada con «Warren»

A nivel de taquilla sólo una película puede hacer sombra a «Expediente Warren: The Conjuring», la cinta que arrancó en 2013 lo que ahora, con esta segunda parte, va camino de ser una saga. Ese filme es nada más y nada menos que «El exorcista», el clásico de 1973 que aún hoy lidera la recaudación mundial de una producción de terror. «The Conjuring» (en la imagen, un fotograma) acumuló 318 millones de dólares y su estreno fue uno de los más potentes en una cinta de este género, lo que se suma a las buenas críticas cosechadas en todo el mundo. Gran parte de su éxito se debe a beber de una fuente original, la escalofriante historia vivida por una familia en Rhode Island en los años 70. Los demonólogos Ed y Lorraine Warren investigaron exhaustivamente aquel suceso de casa encantada y documentaron sus hallazgos en el expediente al que hace mención la saga. Los Warren no eran unos recién llegados al mundo del misterio. En el 52 fundaron la Sociedad de Investigación Psíquica de Nueva Inglaterra y el Museo del Ocultismo. Fue en el 71 cuando recalaron en el domicilio de la familia Perron y asistieron a los extraños sucesos que se relatan en la película. Durante su vida, la pareja llegó a investigar cerca de 10.000 casos y Lorraine, que aún sigue viva, participó con un cameo en el rodaje de «The Conjuring».