cultura
Las patatas fritas gallegas de 'Parásitos' vuelven a Hollywood y se cuelan en los Oscar
Además de su aparición en la cinta de Bong Joon-ho, el 'New York Times' las incluyó en el top 15 de mejores productos gastronómicos
Las patatas fritas de la empresa gallega Bonilla a la Vista tendrán presencia en los Premios Oscar, que se celebran este domingo, ya que formarán parte de los obsequios que la compañía DPA dará a los invitados a su fiesta.
Las patatas de Bonilla se servirán en el aperitivo que ofrecerá DPA antes de la ceremonia de la industria cinematográfica. En la gala, la empresa gallega compartirá protagonismo con una treintena de marcas, desde productos de belleza y ropa hasta gastronomía.
La relación de Bonilla a la Vista con los Oscar viene de atrás, pues una lata de patatas apareció en dos escenas en la cinta surcoreana 'Parásitos', que en 2020 recibió cuatro estatuillas, incluida la de mejor película. A raíz de este cameo, la firma coruñesa duplicó su producción.
Lo que también ayudó a aumentar su popularidad en Estados Unidos fue la aparición de la marca en televisión de la mano de la presentadora y actriz Oprah Winfrey, que incluyó las patatas en la lista de sus cosas favoritas que elabora desde 1990.
Las patatas gallegas aparecieron, además, en la relación de los 15 mejores gastronómicos elaborada por el diario 'The New York Times'.
Actualmente, Bonilla a la Vista exporta a 23 países, entre los que se encuentran Corea del Sur, Panamá, Taiwán, Canadá o Australia, y produce unas 400 toneladas de patatas fritas al año.
La empresa gallega logra un nuevo hito en su trayectoria solo un año después de perder a su fundador, César Bonilla. Los vecinos de Arteixo despedían a su vecino en febrero de 2024. Hijo de Salvador Bonilla, un cabo de la marina que a su retirada se dedicó a vender churros en la feria, recogió esta tradición con la freidora para ir un paso más allá. César, al igual que sus hermanos, no dudó en abrir su propia churrería en Ferrol para continuar con parte del legado de su padre.
Sin embargo, el ingenio del empresario fue más allá y rápidamente formó su propia empresa, Bonilla a la Vista. En 1949 se trasladó a A Coruña para aumentar el negocio y donde contaba con una gran red de apoyos.