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Mou: «No entiendo el humor que ofende, eso es escarnio»

Estrena «Cash & Flow: El evento», su primer largometraje, basado en un universo creado por él, donde apuesta por una comedia diferente
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Estrena «Cash & Flow: El evento», su primer largometraje, basado en un universo creado por él, donde apuesta por una comedia diferente.
Ilusión. Esa sería la palabra que mejor define el momento actual de Anselmo Gómez, conocido artísticamente como «Mou». Este humorista y actor gallego estrena «Cash & Flow: El evento», su primer largometraje dentro del universo que denomina «Cash & Flow», creado por él, y en el que ya había contextualizado varios de sus cortometrajes anteriores. Este original filme también lo será en su manera de llegar al público: gratuitamente, a través de Youtube.
–¿Qué es «Cash & Flow»?
–Es la culminación de muchos años de trabajo. Pero la definición más exacta sería que es mi universo de ficción. Mío como podría ser el tuyo. Mi obsesión es que los personajes traspasen los años, aunque no gane dinero. Es decir, yo he hecho mis cortos y no he sacado un duro, pero la satisfacción de crear un universo no tiene precio.
–¿Cómo nació la idea?
–Desde que soy adolescente quise ser mi héroe de acción. Quería ser actor, interpretar ciertas películas. Un Eddie Murphy mezclado con Cantinflas y Disney. Luego estalló la crisis y tuve que dejarlo todo, me fui a Barcelona a repartir «flyers» y copas. Cuando después de tres años salió un casting de monólogos para un programa pude retomarlo todo.
–Por eso tenía claro que quería protagonizarla también.
–Sí. Por encima de todo soy un actor al que la industria no le dejó otra que hacer su película. Ojalá me hubieran cogido con 29 años para interpretar una serie de comedia.
–En «El evento» todos van detrás de un misterioso objeto llamado «la cajita», ¿qué representa?
–Todo en «Cash & Flow» está al servicio de la emoción del espectador. No necesito justificarlo por guión. La cajita era para crear expectación, es un juego de trileros, no significa nada. Es un vacile que lleva implícito el mensaje de que no es una película seria.
–¿Es una parodia de las películas de espías?
–Es una parodia de todo. Se burla de los géneros. Un batiburrillo.
–Define el rodaje como un infierno, ¿fue así o es paródico?
–Es paródico la forma de decirlo, pero realmente lo fue porque se me fue de las manos. Va en la naturaleza humana pensar que puedes hacer más de lo que crees. Además, me esperaba de todo el mundo que se lo tomase tan en serio como yo. No fue así.
–¿La gente no estaba involucrada?
–Fue como pasear diez perros y conseguir que fuesen todos por el mismo camino, que no se mordiesen y que hicieran todos sus necesidades, que después tenía que recoger yo. Era un juego de egos con los que había que lidiar.
–¿Se puede hacer una película hoy sin el apoyo de una productora fuerte?
–Gracias a la tecnología, sí. Una persona de clase media con una réflex y mucho trabajo puede poner en pie una ficción. Soy un cineasta «amateur» que he sacado adelante el proyecto con las uñas. Realmente estiramos los recursos al infinito.
–¿Cuál es el plan de distribución?
–Después de estrenarla en algunas salas la vamos a colgar en Youtube para todo el mundo. Lo que me interesa es darla a conocer. Confío tanto en que sí lo conoce la gente acabará por gustar que no me importa dedicar un montón de recursos a darlo a conocer.
–¿Aunque no obtenga beneficios?
–Claro, porque prefiero que la conozca mucha gente y no sacar nada que obtener 5.000 euros y quedarme en 20.000 espectadores.
–¿Y si es un fracaso?
–Ya no lo. Si estás aquí sentado, para mí ya no lo es.
–Ha pasado diez años haciendo monólogos, ¿qué es el humor para usted?
–Una de las pocas cosas por las que vale la pena estar vivo. Cualquier recuerdo de felicidad está enganchado a alguien sonriendo. Respeto mucho a los autores y cineastas dramáticos, pero no los entiendo. Hay demasiado drama en el mundo como para mostrarlo además en una película.
–¿Nunca haría drama?
–Me costaría. Para hacer pensar cosas tristes ya hay muchas películas. No las critico. Me parecen geniales, pero yo no puedo. Me paso 24 horas al día pensando en mi universo, no podría estar haciéndolo en una escena de una violación o un asesinato.
–¿Hay límites en el humor?
–No puedo entender el humor que ofende, porque entonces no es humor puro, es escarnio. Es «bullying».
–¿Cuál es el público de sus creaciones?
–En primer lugar, la persona que lo ve como algo ligero, que no te fascina pero te entretiene. Pero a los que realmente voy dirigido son a esos niños que ven su primera película de actores reales. Ese es el gran público. Si creen en la película y les gusta los tienes ya para toda la vida.
–¿Por eso afirma que en sus películas nunca habrá violencia explícita, sexo o drogas?
–Claro, porque quiero que las puedan ver los niños, y los padres con ellos. Y aparte porque creo en ello. Una cosa que critico mucho es que parece que no se puede hacer humor en España sin meter una teta o una raya. Nunca lo he entendido. Esto lo llevo a rajatabla también en mis producciones. Si me entero de que uno del equipo lo hace está fuera. No me gusta. Si me ofreciesen dinero por meter sexo o drogas tlo rechazaría. Me volvería a repartir «flyers».
–¿Cuál es su siguiente paso en este universo?
–Decirles a las productoras que me den dinero para hacer algo más. Porque yo no puedo seguir. No puedo ni repetir la que he hecho.
–Ha sido una moneda al aire.
–Ha sido una moneda al mar.
–Acaba con el lema «El cine es posible si sueñas muy fuerte»
–Sí. Me lo he repetido día tras día. Todo es posible si sueñas muy fuerte.

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