Crítica de cine
«Papusza»: El tiempo de los gitanos
Dirección y guión: Joanna Kos-Krauze y Krzysztof Krauze. Intérpretes: Jowita Budnik, Zbigniew Waleris, Antoni Pawlicki. Polonia, 2013. Duración: 131 min. Drama.
En lengua romaní una misma palabra designa el ayer y el mañana. Como declara la poetisa que da nombre a la película, el pueblo gitano carece de memoria. Si el nomadismo era parte del ADN de su cultura, es lógico que la oralidad fuera el modo de transmisión de sus tradiciones. Cuando una gitana de sensibilidad deslumbrante empieza a escribir poemas, sus familiares y amigos lo perciben como una traición. La palabra escrita es su enemiga porque fija lo que quiere ser móvil. Y la movilidad es su estrategia de defensa.
«Papusza» cuenta los pormenores de la cultura romaní con la paciencia de un documental, a veces mezclando tiempos de una forma un tanto abrupta para que entendamos que la persecución a la que fueron sometidos los gitanos y su resistencia a asentarse atraviesa diversas épocas, más allá de la coyuntura de la Segunda Guerra Mundial. El rigor formal del filme, apoyado en su excelente fotografía en blanco y negro, pretende recoger la mirada transida y lírica de una poetisa que acaba siendo víctima de su curiosidad. El problema de la película es que, ante el poderoso retrato de esa cultura, el contexto acaba desdibujando el drama de Papusza, que podría ser el de tantas mujeres con talento que fueron silenciadas por una cultura patriarcal que no soportaba que dieran la espalda a sus normas.
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Pasividad ante la tragedia