¿Quién ganará la batalla de superpoderes?
Marvel enfrenta a su «dream team» en «Capitán América: Civil war», un filme con el que espera hacer de nuevo temblar la taquilla y en el que reflexiona sobre el poder ilimitado y sus consecuencias.
Marvel enfrenta a su «dream team» en «Capitán América: Civil war», un filme con el que espera hacer de nuevo temblar la taquilla y en el que reflexiona sobre el poder ilimitado y sus consecuencias.
Los superhéroes han sido siempre seres solitarios y aislados debido precisamente a sus superpoderes, la extrañeza de sus orígenes y sus excentricidades. Desde que Christopher Reeve se enfundara las mallas de Superman, pasando por Michael Keaton y Christian Bale interpretando a Batman, hemos experimentado la gran soledad y aislamiento de estos personajes, en ocasiones atormentados. Pero todo cambió a partir de 2012, cuando el equipo de Los Vengadores compuestos por Iron Man, Capitán América, Hulk, la Viuda Negra y Ojo de Halcón se unieron para luchar contra Loki, el hermano malvado de Thor. Esta apuesta recaudó tanto dinero que los ejecutivos de Hollywood no se lo pensaron dos veces y pusieron la maquinaria en marcha, ya que no hay nada que guste más en Hollywood que una fórmula que se sepa a priori que va a dar dinero.
«Los Vengadores: la era de Ultron» (2015) volvió a romper la taquilla. ¿Por qué esperar a una siguiente entrega? «Capitán América: Civil War» reúne al batallón más granado: Iron Man, la Viuda Negra, Falcon, Soldado de Invierno, Máquina de Guerra, Ojo de Halcón, Pantera Negra, Scarlet Witch, Ant-Man y Spider-Man. En ésta tendrán que unir sus fuerzas para reparar todo el daño colateral producido por un gran incidente. El Gobierno quiere instalar un sistema de depuración de responsabilidades organizando a un equipo que lo lleve a cabo, medida que crea una división entre Los Vengadores, de la que resultan dos bandos diferentes. A un lado del ring, Steve Rogers (Capitán América), cuyo deseo es defender a la humanidad y que Los Vengadores permanezcan independientes al Gobierno. Junto a él se alinean Bucky Barnes (Sebastian Stan), Falcon, Sharon Carter (Emily VanCamp), Ojo de Halcón y Ant-Man. Por otro lado, apoyando la decisión de las Naciones Unidas de controlar a los superhéroes, está el equipo capitaneado por Iron Man, acompañado por War Machine, Viuda Negra, Visión y Pantera Negra; por otro, Tony Stark (Iron Man) Chris Evans (Capitán América) describe así a su personaje: «Tiene buen corazón, el problema es que todos pensamos que lo tenemos, que lo que creemos es lo correcto».
Instinto propio
En pasadas entregas Capitán América actuaba con acierto porque todos sabían que los nazis son los malvados, sin embargo, en esta película no queda tan claro», explica Evans, quien añade: «Podemos, desde luego, ver paralelismos con la situación actual de nuestro país. Hay lógica en ambos lados. ¿Hasta dónde se compromete uno?, ¿dónde está el límite?, ¿por quién debo tomar partido? ¿me puedo equivocar?», son preguntas que se plantean.
Capitán América tiene un problema, que en ocasiones anteriores ha obedecido órdenes que después se han vuelto en su contra. Al final se siente más cómodo guiándose por sus propios instintos y no lo que le ordenan. Aunque en esta ocasión le asaltarán las dudas porque no está seguro de lo que realmente tiene que hacer.
Para el productor Nate Moore se trata de poner en un compromiso al superhéroe de mallas y escudo con estrella, de colocarle en situaciones en el mundo actual en las que sienta que puede desplegar su protección, porque al fin y al cabo es un soldado. Ha regresado setenta años más tarde y todo y todos los que conocía han desaparecido. Según Moore, había que darle un toque dramático a su personaje encontrando un nuevo hogar, con los Vengadores creciendo como persona y no solo dirigiendo al equipo. Para el productor llevar al personaje al límite y en situaciones incómodas es una forma de hacer que el resultado sea satisfactorio.
En esta cinta hay una secuencia especialmente atractiva. Se desarrolla durante 17 minutos y es el enfrentamiento entre ambos bandos, seis contra seis. Detrás de la batalla pura y dura subyacen temas de calado más hondo, como el peso de los ideales, lo que significa la lealtad o el coste que puede tener la venganza.
Para Evans, meterse por quinta vez en la piel de Capitán América ha sido bastante más fácil. Es un personaje que ya conoce y con el que se encuentra cómodo. «La dos primeras películas fueron un poco duras porque quiería interpretar al personaje con el máximo respeto. Ahora forma parte de mi», explica con convicción. Y añade: «Es un personaje que no tiene término medio. Ha supuesto un enorme reto verle en esta entrega nadando en un mar de dudas».
En la cinta nadie en este planeta conoce a Steve Rogers, no queda nadie vivo, así que su propósito será encontrarse a sí mismo. Iron Man, por el contrario, ha pasado de ser protagonista a antagonista. Según Robert Downey jr., que interpreta al superhéroe, es antagónico. Entiende los problemas porque él es un problema y tiende a crearlos; además, jamás piensa que se puede equivocar. «Creo que la reacción de Iron Man de tomar postura a favor del poder político es una cuestión de edad, de madurez, lo que pensaba antes puede que ahora ya no lo comparta. La rigidez y la cabezonería se van diluyendo con el paso del tiempo y considero que eso es lo que le ha pasado al personaje», asegura.
Como una segunda piel
Para el actor ya acostumbrado a llevar un traje extremadamente pesado fue una sorpresa cuando leyó el guión que los Vengadores se enfrentaran unos a otros. «Estoy contento de que se haya llevado a la pantalla esta entrega. La idea, cuando la leí en los cómics, me entusiasmó y pensé que sería una gran aportación llevarlo algún día a la pantalla. Respecto al traje, ya estoy medio acostumbrado a llevarlo, es como una segunda piel, complicado, pero ya me he hecho a él Además, afortunadamente quien sale en casi cada plano es Chris Evans no yo», explica. Para Downey, Evans es el Capitán América perfecto, no se puede imaginar a ningún otro actor interpretándolo. «Posee la perfecta mezcla de humildad y confianza que requiere el personaje y otra cosa aún más importante: aunque parezca mentira, resulta de lo más atractivo con ese casco que lleva, algo que otros, y no quiero dar nombres, no podrían lucir», comenta riéndose. Downey ha tenido que lidiar con dos directores en el filme, algo que le ha resultado bastante satisfactorio. Pero la batalla que se ve en la pantalla no se ha trasladado al set de rodaje. El ambiente que ha reinado, dicen los actores, ha sido muy bueno, como si fuera una reunión de viejos amigos, con alguno nuevo. «Ya nos conocemos y no nos llevamos mal, al contrario. Da gusto volver a ver caras conocidas. Y tengo la sensación de que no será la última vez. Por otra parte, cualquier película que me permita pasar los fines de semana con Jeremy Renner merece la pena», confiesa Downey Jr., quien añade que ha echado de menos a Thor, ausente lo mismo que Hulk en esta nueva película. Él mismo se encargó de colgar en internet un vídeo en el que demostraba de manera jocosa el porqué: en él se veía a Chris Hemsworth demostrando sus escasa dotes con el martillo.
Que hay buen ambiente queda de manifiesto cuando a Evans, en rueda de Prensa y sin disfraz, se le pone entre la espada y la pared: ¿por cuál de los dos bandos se decantaría? Perfectamente peinado hacia atrás, el actor no lo duda: «Me iría con el de Iron Man». Y todos ríen la ocurrencia, sobre todo el hombre de acero, que esboza, muy ufano,una gran carcajada.