Sin pena y sin gloria

La opinión generalizada entre los asistentes, críticos y público, es haber estado en una floja edición. Las tres últimas películas a concurso no han aportado nada al denominado séptimo arte. Hablamos de la china «Regreso al Norte», escrita y dirigida por Liu Hao. Con una historia válida, cuenta cómo en China sólo se puede tener un hijo y si éste muere –y por tanto nadie puede cuidar a los padres– éstos se convierten en familias perdidas. Para relatar esta situación, y la solución que plantea una familia, el autor emplea dos horas, cuando con una habría tenido más que suficiente. Abusa de los planos estáticos interminables, y, además, el autor la filma en blanco y negro, con lo cual ninguna televisión de interesará por ella y será difícil que llegue a las salas españolas.

La segunda es «Un día perfecto para volar», de Marc Recha. Setenta minutos de duración (y a los diez apetece ya abandonar la sala). Sólo destacaría una magnífica interpretación de Sergi López. Toda la película son él y el hijo del director, y una cometa. Pero, claro, al final, es otra película, fantástica, como muchas de las que ha habido en este festival. En tercer lugar está la canadiense «Les Demons», de Philippe Lesage, que es la nada absoluta a todos los niveles, con demasiados planos que no dicen nada. Francamente mala y aburrida.