Cine

"Volver a empezar": 40 años del Oscar a la resiliencia de Garci

Un día como hoy de 1983 se concedía por primera vez la prestigiosa estatuilla a una película española

Encarna Paso recoge el Oscar por “Volver a empezar” junto a Jose Luis Garci y Antonio Ferrandis/ EFE
Encarna Paso recoge el Oscar por “Volver a empezar” junto a Jose Luis Garci y Antonio Ferrandis/ EFElarazon

De nuevo, se supo abrazar en Hollywood lo que en España en parte se rechazó. Como si un premio, además de reconocer y recompensar, fuese capaz de reivindicar, José Luis Garci se sintió de alguna manera resarcido al recibir un día como hoy un Oscar. Ocurrió en 1983, cuando finalmente el cine español por fin se subió al escenario de los premios más importantes de Hollywood y del cine internacional. Hubo varios intentos antes del reconocimiento a la cinta de Garci, pues Juan Antonio Bardem ("La venganza", 1983), Luis García Berlanga ("Plácido", 1961), Francisco Rovira Beleta ("Los Tarantos", 1963, "El amor brujo", 1967) y Luis Buñuel ("Tristana", 1972), ya habían figurado entre los nominados a Mejor Película Internacional en representación a España. No obstante, no se hicieron con la estatuilla, siendo Garci el primer director que finalmente rompió el hielo y puso al cine español en su debido lugar. Se cumplen hoy 40 años desde que aquella madrugada (en horario español), la actriz alemana Luise Rainer alzase su voz: "¡Volveeer a empesssaaar!".La cinta se convertía en la primera española reconocida con un Premio Oscar, además de la primera rodada plenamente en castellano. Un aspecto que, además, favoreció a la visibilidad del mundo hispanohablante en el mundo del cine y en el cultural.

 

"Toda mi vida, desde que era un niño, he soñado con este momento. Los sueños se vuelven realidad a veces", explicó Garci emocionado, en el momento en que recogía la dorada estatuilla. "Estamos todos los que hemos hecho esta película muy contentos y muy agradecidos, y también todos los que hacemos cine en mi país, en España", dijo, en representación a figuras como Esteban Alenda, Enrique Herreros o Alfonso Sánchez. Y, por supuesto, a los grandes protagonistas que, además de Garci, brillaron en aquella película y aquella noche: Encarna Paso y Antonio Ferrandis. Era todo el equipo consciente de hasta qué punto ese reconocimiento abría por completo las puertas de España hacia una efervescencia cinematográfica y cultural, necesaria en nuestro país tras la dictadura y en plena consolación de la democracia. Un premio dedicado a esas personas que vivieron su juventud en los años 30 o 40, y que al fin podían ser testigos de un claro desarrollo expresivo y cultural. Todo ello, teniendo en cuenta un aspecto clave para entender el triunfo de Garci: en Hollywood fue reconocido, pero hasta entonces fueron varias las críticas que envolvieron "Volver a empezar".

Amor asturiano

Se habla actualmente, y cada vez parece que más, de la resiliencia como esa capacidad humana de adaptarse a lo adverso, ese proceso individual que permite avanzar pese a las presiones o tensiones externas. Y Garci fue un claro ejemplo de ello aquel 11 de abril de 1983. Antes de aterrizar a Los Ángeles y desde que "Volver a empezar" se estrenase en los cines de España, el director y la película recibieron varias críticas, nacidas de la incomprensión y de la frialdad. No obstante, si algo es cierto ya no es solo que a partir del Oscar la perspectiva hacia este cine cambiase por completo, sino que también se trata de una película que ha trascendido a lo largo de la historia como un icónico canto al amor y los sentimientos, como aspectos que no entienden de edades.

Todo arrancó cuando Alfonso Sánchez Martínez propusiera a Garci realizar una película de dos enamorados eternos. Y es a partir de esta idea que puso frente a las cámaras a Antonio Miguel Albajara (Ferrandis), un famoso escritor que vuelve a Gijón, su ciudad natal, procedente de Estocolmo, y a Elena (Paso), su amor de la juventud. A él le quedan meses de vida, y quiere pasar un tiempo con la mujer que le hizo feliz. Hospedado en el hotel Asturias, el protagonista recibe la llamada, nada menos, que del rey Juan Carlos I, quien le felicita por haber recibido el Premio Nobel de Literatura. Los medios quieren entrevistarle aprovechando que está en la ciudad, pero él solo quiere dedicarse a Elena. Y así comienzan a recorrer los hipnotizantes paisajes asturianos, y así desarrolla poco a poco sus sentimientos más profundos. "Quiero rendir homenaje a los hombres y mujeres que empezaron a vivir su juventud en los años treinta; y en especial, a los que aún están aquí, dándonos ejemplo de esperanza, amor, entusiasmo, coraje y fe en la vida. A esa generación interrumpida, gracias", explicaría Garci respecto a la película que le hizo ser (aún más) eterno.