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Cómo construye sus personajes un Premio Planeta

Los galardonados comentan la relación que mantienen con sus protagonistas y qué es lo que hace que pervivan en la memoria del lector
Jorge Díaz, Agustín Martínez y Antonio Mercero, los autores que hay detrás de Carmen Mola, junto a la novelista Luz Gabas
Jorge Díaz, Agustín Martínez y Antonio Mercero, los autores que hay detrás de Carmen Mola, junto a la novelista Luz GabasAlberto R. RoldánPHOTOGRAPHERS
  • Javier Ors

  • Víctor Fernández está en LA RAZÓN desde que publicó su primer artículo en diciembre de 1999. Periodista cultural y otras cosas en forma de libro, como comisario de exposiciones o editor de Lorca, Dalí, Pla, Machado o Hernández.

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«El personaje comienza como si pasara alguien por la calle o vas en el metro y ves a una persona que te llama la atención o intuyes que alberga dentro de él más de lo que aparenta o deja ver. Una vez que conoces al personaje, te vas metiendo en su psicología, en su vida, y te das cuentas de que va cambiando delante de tus propios ojos, a veces a peor y, otras, a mejor». Clara Sánchez está atravesando un momento dulce en su trayectoria. Acaba de ingresar en la Real Academia Española, donde ocupará la silla X, y al mismo tiempo las librerías reciben en estos días su nueva obra, «Los pecados de Marisa Salas» (Planeta). La novelista reconoce que en un personaje «depositas una potencia que por lo normal no desarrollas en tu vida de manera habitual. Luego él es capaz de devolverte parte de esa energía. Un personaje es como un búmeran, que siempre acaba devolviéndote algo». Ella misma sostiene cuál es la clave para que un protagonista de ficción sea bueno: «aquel que no es monolítico, sino maleable en la imaginación del lector».
Miguel de Miguel de Unamuno ya había tocado la relación entre autor y personaje en «Niebla» y Luigi Pirandello reflexionaba sobre esto en «Seis personajes en busca de autor». Jorge Díaz, uno de los escritores que hay detrás del seudónimo Carmen Mola, explica algunos aspectos del estrecho vínculo entre el creador y la criatura derivada de su imaginación: «El personaje marca más que la trama, que se va olvidando. El lector recuerda al Quijote. Lo que hace, en cambio, es más secundario; de Lolita te acuerdas perfectamente, pero lo que sucedía en la novela de Nabokov... Lo que te queda en la memoria es el protagonista». Agustín Martínez, otro de los «Mola», comenta un aspecto que le llama la atención: «Estos personajes se convierten en modelos de conducta. Los mafiosos no escuchaban ópera, pero desde “El padrino” lo hacen. De los personajes del cine y la novela se heredan costumbres que inciden en la realidad, lo cual tiene también un lado peligroso, porque no es nada bonito, por ejemplo, un sicario».
Antonio, el tercer escritor que forma parte de Carmen Mola, reafirma esta idea: «Los personajes de ficción pueden marcar una clara tendencia, y los lectores, o el público que ve las películas, pasan a imitarlos. Todos emulamos respuestas de Bogart, de John Wayne o del que sea». Los tres autores detrás de Carmen Mola, que ahora están en medio de la promoción de «El infierno» (Planeta), su nueva obra y donde denuncian el esclavismo en Cuba, coinciden en un punto esencial que comentan bromeando: «Nunca se nos escapa el personaje y, si se quiere escapar, lo matamos».
[[H3:Algo «maravilloso»]]
Esto es justo lo contrario de lo que le sucede a Vilas, cuya última novela se está traduciendo al italiano. «Se me van todos los personajes, pero me parece maravilloso. Me gusta que ellos hagan lo que les dé la gana. Eso quiere decir que tienen vida. Estoy convencido de que a Cervantes se le marchó don Quijote». A continuación, recapacita sobre un aspecto axial a través de una comparación muy bien traída y que resulta tan visual como inequívoca: «Cuando creas un personaje les das cosas tuyas. Yo lo comparo con un hijo. Hasta los diez o los once años tiene la identidad que los padres le han dado, pero con la crisis de la adolescencia no le vale ya esa y tiene que buscar una suya propia. Ahí es cuando se pueden poner en tu contra y te cuestionan la autoridad».
Vilas subraya también un fenómeno que está ocurriendo y le preocupa: «De hecho, ahí veo una crisis horrorosa. Es cuando los lectores te piden explicaciones sobre lo que hacen tus personajes. Si uno de un libro hace algo políticamente incorrecto, muchos se cabrean contigo y te piden explicaciones. He tenido que salir a defender a mis personajes y esto es un síntoma terrible del empobrecimiento cultural de este mundo. Un personaje no es un dechado de virtudes, si no sería un coñazo. No puede ser un santo y la culpa no es del escritor, pero la gente se cabrea y te piden cuentas a ti. Yo, como ciudadano, me comporto con civismo, pero si un personaje hace una barbaridad, muchos te protestan. La mezcla de realidad y ficción es lúdica, pero ya no. Son motivo de juicios sumarios y condenas inmediatas.
Luz Gabás, anterior ganadora del Premio Planeta con «Lejos de Luisiana» (Planeta), que ha conseguido ventas récords, reconoce que ella es la que «crea y dirige la orquesta. Soy quien moldea a los protagonistas y ninguno se me va. Les suceden cosas imprevistas, pero soy muy controladora con ellos». Después revela un asunto crucial sobre los protagonistas de los libros: «Los grandes personajes nos inspiran por sus acciones y su nobleza». También porque, como explica, «nos sentimos identificados con sus errores y deseos». El motivo de que perduren tanto en la imaginación, para ella, depende de otro punto: «No son solo un reflejo de la sociedad, sino que van por delante de ella. El personaje es mejor que la sociedad que le ha tocado vivir y por eso tiene sentido. Poseen nobleza, integridad y muchas dudas. Son vulnerables».
Elvira Mínguez, actriz y autora de «La sombra de la tierra», reconoce la importancia de la psicología en ellos: «Los gestos deben salir de su interior, de una motivación». Y sostiene que «en la escritura soy un pequeño demiurgo y hago con los personajes lo que quiero». Megan Maxvell, toda una superventas, asegura que «busco los sentimientos de los personajes y los termino asociando con personas». Admite que sus protagonistas adquieren vida propia y reconoce que «todo escritor parte de su esencia, personalidad y vivencias para construir un personaje»
Eva García Sáenz de Urturi, autora de la exitosa «Trilogía de la ciudad blanca», reconoce que «yo, normalmente, tengo el personaje, y luego la localización y la trama. Para mí, siempre es a quién le sucede algo y, alrededor de eso, creo la trama». Y añade una oportuna reflexión: «La ficción siempre ha sido muy potente, pero estamos en un tiempo en que los libros los puedes escuchar, ver o leer. El lector quiere absorber lo que pasa en ellos con los cinco sentidos. Esto nos dice que la capacidad de ficcionar es lo que nos ha hecho humanos. Lo que nos ha traído la tecnología es la imaginación humana. Creo que es lo que nos ha dado la civilización».